Yo les preguntaría a todos los
que siguen oponiéndose a la actual e insuficiente
ley qué hacer si un feto tiene graves malformaciones
¿le obligamos a nacer para que pueda vegetar?, ¿si
hay peligro para la salud física o mental de la
madre, dejamos que el embarazo siga su curso
ignorando los riesgos para una mujer que sí ha
nacido ya? y ¿si el embarazo es fruto de una
violación? Cada mujer sustenta su propia realidad,
sus circunstancias personales y sociales conforman
una existencia única. Las mujeres como colectivo
tenemos una realidad común que no excluye nuestra
propia idiosincrasia personal que está configurada
por los acontecimientos personales vividos.
“El castigo de la excomunión no es solo para las
mujeres, sino para todos aquellos cuya colaboración
directa haya sido necesaria para la ejecución de un
aborto”. Señores diputados, si no quieren ser
excomulgados en una ceremonia que rememore los
mejores momentos de la Santa Inquisición, no avancen
ustedes en la reforma de la L.O. 9/1985 que
introdujo el artículo 417bis al código penal
mediante el cual se
despenalizó el aborto en ciertos supuestos.
Esta ley supuso un importante avance en las tres
posibilidades que contempla durante el primer
trimestre de gestación: malformación del feto,
embarazo por violación y peligro para la salud
física y psíquica de la madre, pero es insuficiente
porque también existen los diagnósticos tardíos.
Carmen Montón, portavoz de La Subcomisión
Parlamentaria para reformar La Ley del Aborto, dice
que en nuestro país se dan “casos de mujeres con
embarazos deseados que reciben un diagnóstico
prenatal pasadas las 22 semanas de gestación (...)
que han tenido que ir a otros países a solicitar la
interrupción del embarazo”, ha expresado también su
deseo de “que las mujeres puedan elegir y que se
sientan respaldadas por La Ley y por la sociedad”.
En referencia a la postura del PP fue muy clara
“cuando hace 25 años se aprobó la ley actual, el PP
no la apoyó, pero tampoco la derogaron cuando
gobernaron”.
El villalbés Monseñor Rouco acusa a los
representantes del PP de
cobardes por
no haber contado para la Subcomisión del aborto con
“ninguno de los diputados que forman parte de la
Asociación Familia y Dignidad Humana, es decir, con
un grupo de políticos comprometidos activamente”.
El grupo del que habla Rouco es un conglomerado de
representantes de los poderes legislativo,
ejecutivo, y judicial que cuentan con diversos
medios de comunicación que apoyan su cruzada
integrista. En algunos medios se les conoce como el
“lobby cristofascista”
Las palabras publicadas en Alfa y Omega son muy
claras al respecto: “Parece que en el PP hay temor a
que los diputados -“pro-vida”- digan la verdad y que
critiquen el aborto porque es un crimen, y no sólo
porque no hay demanda social”.
¿Veremos algún día a estos monseñores salir a la
calle a defender con tanta vehemencia a todos
aquellos a los que se les niega el derecho a vivir
dignamente?
Está claro que para los monseñores los cientos de
niños palestinos que están siendo masacrados a manos
del ejército israelí no merecen su defensa, ni todos
los niños que diariamente mueren de inanición, ni
los niños que son víctimas de malos tratos y de
pederastia, concepto que conocen de primera mano en
sus propias filas.