Mentes Cautivas
Emilio del Barco
UCR 9 de
Enero de 2009
Los
partidos políticos no pueden convertirse en organizaciones de
creencias, con dogmas inamovibles. Han de adaptarse al correr de
los tiempos y a las necesidades de los ciudadanos. Un partido
político, no puede estar concebido como un ejército
disciplinado, con su general en jefe a la cabeza. Entonces se
cae en el más puro fascismo. En tales organizaciones, no se
permite dudar sobre la legitimidad práctica de sus
estructuras. Cercenadoras de la libertad individual. Pues
funcionan, en la práctica diaria, como organizaciones de poder
absolutista. Ignorar un problema, no lo resuelve. La traición al
bien general, para contentar las ambiciones visionarias de un
individuo, con delirios de grandeza, puede conducirnos a la
sinrazón de ceder los derechos de todos, al capricho de uno
solo.
Las
creencias, si adquiriesen toques de fanatismo inflexible,
pretenderían la sumisión indivisa del individuo. Obligando a la
aceptación de las más irracionales teorías. Con ello, tuercen
la voluntad natural del individuo, embotando su raciocinio.
El estudio
continuado de la naturaleza humana, ayuda a mejorarla. A más
profundos conocimientos, mayor es la comprensión adquirida. El
fanatismo, en cambio, es un subproducto del cultivo de la
ignorancia. El triunfo del no-pensar. Que, históricamente,
cultivan las organizaciones de creencias. Quien es enseñado a
no dudar, no piensa que puede estar equivocado. Los militantes
de una creencia, no pueden dudar sobre ella. Eso los colocaría
fuera de la organización de poder.
‘Quien
presencia un acto contra la ley divina, sin denunciarlo, incurre
en parte de la culpa’. Este principio, está recogido en
diversas normas religiosas. Desde tiempo inmemorial. En el
Levítico también se representa este criterio. Complemento
perfecto para el control de las conciencias. Y la creación del
sentimiento de culpa, no sólo individual, sino colectiva.
Todo lo
relacionado con la actividad sexual está fuertemente regulado,
tanto en la Biblia como en el Corán. Una de las posibles causas
prácticas de tal condena generalizada puede ser el ansia de
dominio, de poder, que los hombres 'santos' quieran tener sobre
los 'pecadores'. Se trata de colocar al creyente en situaciones
de difícil amaestramiento, como medio de aumentar los
sentimientos de culpabilidad, para que no escapen de su
gobierno. Por ello, son amenazados con especial dureza, quienes
no sólo pecan contra la carne, sino que además lo hacen con
mujeres extrañas a su pueblo y religión. Puesto que esto
conlleva el peligro de poder sustraerse al dominio de la
comunidad religiosa. Y, peor aún, el peligro latente de perder
un sumiso correligionario, en favor de otra doctrina.
De la
Biblia, heredó el Corán algunos principios: "Destruiremos a los
injustos y os instalaremos en sus tierras". Así que, quienes
crean firmemente, en una doctrina, recibirán las tierras de
sus contrarios. Sin sentir remordimiento alguno por ello. ’Los
nuestros’, son “hijos de Dios”, y “los otros”, son` ”los hijos
de los hombres”’, o “del diablo”. A veces, no resulta edificante
la lectura de algunos capítulos de la Biblia. Ni del Corán, su
hijo y heredero.
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Emilio del Barco.
delbarco23@hotmail.com
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