A nadie se le
escapa que el silencio de los medios
de comunicación sobre algún
acontecimiento equivale a su no
existencia. A pesar del evidente
avance del pensamiento laico en
nuestro país, las posibilidades de
hacer públicos y visibles sus
planteamientos y principios son
prácticamente inexistentes, lo que
conduce a un desconocimiento que
permite la manipulación y la
tergiversación de los valores
laicos. Éste es el segundo problema,
en las contadas ocasiones en que
aparece alguna noticia referida a
ello, es sorprendente el manifiesto
desconocimiento, casual o
intencionado, que muestran al
respecto los informantes.
El pasado día 24 de Enero se celebró
en Rivas Vaciamadrid la V Jornada
Laicista de Europa Laica, con una
gran asistencia y participación;
pero la noticia no ha merecido el
más mínimo comentario en la gran
mayoría de los medios y los pocos
que lo han hecho, caso de Público,
lo hace con afirmaciones totalmente
inexactas, confundiendo una y otra
vez laicismo con ateismo y haciendo
afirmaciones cómo: “los laicos
reivindicaron en Rivas una ley
anticlerical”.
Esta es la gran confusión, el
laicismo no es anticlerical, ni
“beligerante”, ni practica la “cristofobia”,
ni pretende acabar con las
religiones. El laicismo busca la
convivencia de todas las creencias
religiosas y de todas las creencias
humanistas e ideológicas
individuales. Ambiciona un Estado
común a todos, donde no existan
privilegios ni imposiciones; donde
las religiones ocupen la esfera
particular; donde la enseñanza de
cada una de ellas se lleve a cabo en
los ámbitos apropiados, las
catequesis, las sinagogas, las
mezquitas, nunca en unas escuelas
interculturales donde conviven
diferentes etnias y creencias.
Estamos en contra de que para
conciliar este multiculturalismo y
al mismo tiempo mantener los
privilegios de que goza la iglesia
católica, la solución que plantean
sea la de ampliar las mismas
prerrogativas al resto de las
religiones que conviven en nuestro
Estado. Con esta solución, en lugar
de financiar una tendríamos que
hacerlo con toda religión emergente,
y, en lugar de tener una jerarquía
eclesiástica interfiriendo en el
normal desarrollo de nuestra
democracia, pasaríamos a tener tres,
o cuatro, o..
Estamos en contra de que para
justificar la existencia de
profesores de religión católica
pagados por el erario público y
formando parte de los Consejos
Escolares, pasemos a tener también
profesores islamistas, judaicos o
evangelistas dentro de nuestras
escuelas.
Denunciar y combatir estas
tendencias no es anticlericalismo,
el laicismo no está en contra de
ninguna creencia, sólo exige que
ocupen el lugar que les corresponde,
que se autofinancien todas ellas y
que se respete la libertad de
conciencia individual. Repito, esto
no es anticlericalismo, esto es
simplemente ecuanimidad, equidad y
justicia.