V Jornada laicista en Rivas. Resumen de Prensa y
Manifiesto final
Europa Laica
24 de enero de 2009
Más de
200 personas y representantes de más de 20 entidades,
asociaciones y organizaciones del estado español y de diversos
países europeos, asistieron el día 24 a un gran encuentro
laicista, en la localidad madrileña de Rivas Vaciamadrid.
Activistas del laicismo, organizaciones políticas, sindicales y
sociales de diversa índole, intelectuales, artistas y
periodistas, en suma, personas que profesan una gran pluralidad
de convicciones, de creencias y no creencias, han demandado al
Gobierno y a quienes ocupan cargos públicos que "salgan del
armario" y defiendan los valores del laicismo, que trabajen para
eliminar los privilegios de los que goza, especialmente, la
Iglesia Católica oficial y poco a poco, cada más, otras
confesiones religiosas, para que todos los ciudadanos sean
tratados en condiciones de igualdad por parte del Estado.
Europa Laica, demanda la separación
del estado de las iglesias, la derogación de los Acuerdos con la
Santa Sede y de la Ley de Libertad Religiosa, la eliminación de
todos los privilegios económicos, jurídicos y simbólicos de los
que goza la Iglesia Católica y otras confesiones, que no se
financie con fondos públicos la enseñanza de ideario religioso,
la no intromisión de los dogmas religiosos en las cuestiones
civiles y que pertenecen al conjunto de la ciudadanía, el
avanzar en valores democráticos y en los derechos cívicos
universales.
Se rechazan las permanentes relaciones que
el Gobierno de España al más alto nivel mantienen con la
jerarquía católica, como la que, previsiblemente, mantendrán el
secretario de Estado y número 2 del Vaticano, Tarcisio Bertone,
y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para
hablar sobre la reforma de la Ley de Libertad Religiosa, blindar
los Acuerdos entre el Estado Español y el Vaticano de 1979, y
arrancar la colaboración del Gobierno para la organización de la
Jornada Mundial de la Juventud en Madrid, en el año de 2011.
A esta jornada, también, asistieron a
título particular y no de forma oficial algunos representantes
de los poderes públicos estatales.
En el acto de apertura del encuentro,
José Masa, alcalde de Rivas (IU), que gobierna en coalición
con el PSOE, afirmó que "los ayuntamientos también somos Estado
y, por tanto, tenemos que trabajar por los derechos y libertades
ciudadanas, desde la flexibilidad y generosidad, en ningún caso
desde el dogmatismo, que es la antítesis del laicismo".
Francisco Delgado, presidente de
Europa Laica, manifestó que "hay que hacer ver a
los poderes públicos que apenas hemos avanzado en los treinta
años de democracia en la separación iglesias-Estado…
en cambio, en algunas cuestiones, como en el ámbito de la
educación y la financiación de la iglesia católica se ha sufrido
un profundo retroceso… ha denunciado, asimismo, la connivencia
de los poderes políticos de distinto signo con la jerarquía de
la Iglesia Católica", y afirmó, entre otras cosas, que…
¡basta ya de lamentaciones!... vivimos un momento muy
propicio para que se movilice la ciudadanía, ante esta
situación… que atenta principios básicos de nuestra democracia”.
Enrique Ruiz, presidente de la
Asociación Laica de Rivas, integrada en Europa Laica, ha
recordado alguno de los logros obtenidos por la asociación en
este municipio, como la creación de la Oficina de Defensa de
Derechos y Libertades Públicas, a la que se pueden dirigir los
ciudadanos y ciudadanas que vean vulnerados sus derechos y
libertades fundamentales. Esta oficina ha tramitado ya cientos
de apostasías, y a ella recurrieron un grupo de ciudadanos que,
en las últimas elecciones generales, tuvieron que ejercer su
derecho al voto en el aula de religión de un colegio público, en
presencia de crucifijos y otros símbolos religiosos.
Juan Francisco González Barón,
profesor y filósofo, manifestó que el Parlamento y el Gobierno,
en la práctica, están "enrocados" en un sistema confesional de
Estado, pues sostienen con fondos públicos centros educativos de
ideario católico, presiden funerales de Estado, mantienen una
financiación ventajosa vía IRPF para la Iglesia Católica, entre
otras motivos. González Barón afirmó que hasta que no se
produzca la separación completa del Estado de las iglesias no
lograremos un verdadero estado democrático, y ha equiparado
estado democrático y estado laico.
En su ponencia sobre el Tratamiento del
laicismo y la religión en los medios de comunicación,
Enric Sopena, director de ElPlural.com, recorrió el
panorama mediático de nuestro país, con un análisis de la prensa
escrita, la digital, radio y televisión, para concluir que no
existe una verdadera pluralidad en el tratamiento del laicismo.
No obstante, recordó que, aunque de una manera "quizá
insuficiente", unos medios sí abordan los temas referidos a la
igualdad ante la ley de todas las convicciones y creencias.
Otros, los de la llamada "derecha mediática", no ofrecen ninguna
posibilidad de hacer llegar estos mensajes, y "si se logra, es
para ser crucificado". Sopena dejó claro que los sectores más
conservadores y la jerarquía de la Iglesia Católica siguen la
inercia de 40 años de poder compartido en España durante el
franquismo, y el frente mediático es primordial para el logro de
sus objetivos.
Jesús Espasandín, arquitecto y
pensador, en su ponencia sobre Laicismo y política, tras
analizar del programa electoral del PSOE, para el período
2008-2012, concluyó que este partido impulsa en la actualidad la
libertad religiosa y el multiconfesionalismo, y no la libertad
de conciencia de todos los ciudadanos, lo que significaría que
todas las religiones y creencias fueran tratados de manera
igualitaria por parte del Estado. Es más, Espasandín afirmó que
no sólo agnósticos y ateos son los perjudicados, sino incluso la
mayoría de los católicos que no siguen los postulados de la
línea oficial de la Iglesia Católica.
Espasandín manifestó que el trabajo de
los laicistas en los próximos años será convencer a un sector
político importante para que "salga del armario", pues muchos
políticos aunque tienen una forma de vida laicista, en el ámbito
público no se atreven a promoverlo, ni actúan para lograr la
separación real de las iglesias del Estado.
Espasandín cree que los laicistas tienen
que explicar que el laicismo es "arregilioso, no irreligioso",
que "defiende el derecho a la libertad de conciencia religiosa,
en igualdad de condiciones a la de cualquier otra forma de
creencia", que "rechaza el concepto de libertad religiosa,
excluyente de agnósticos y ateos", y "requiere de los creyentes
religiosos el rechazo a tratos de privilegio respecto a otras
creencias, religiosas o no".
La socióloga Rosario Segura, en su
ponencia Religiones y mujeres analizó la repercusión
negativa de las iglesias sobre los derechos de la mujer.
José Arias, presidente de la
asociación Libre Pensée de Francia, denuncio que el
presidente de la República Francesa, Nicolás Sarkozy, trata de
"derribar" la Ley de Separación Iglesia-Estado de 1905, y que
era modélica para el laicismo. Afirmó que los laicistas en
Francia "tratan de conservar lo que los laicistas españoles
tratan de conquistar".
Tomasz Kalwasinski, de la
Asociación Racionalista de Polonia, dijo que la Iglesia Católica
de su país está recuperando paulatinamente, tras la caída del
comunismo en 1989, espacios y privilegios en el ámbito social y
político.
Cayo Lara, coordinador general de
IU, afirmó que este partido trabaja por la denuncia de los
acuerdos con la Santa Sede, la paralización de los conciertos
educativos, los ceremoniales laicos de Estado, el derecho al
aborto, la memoria histórica y la autofinanciación de la Iglesia
Católica. En este sentido, calificó de "vergozosa concesión", el
aumento de la partida del IRPF destinada a la Iglesia Católica,
que ha pasado del 0,5% al 0,7%.
El artista Leo Bassi cree que,
tras la victoria de Obama, los neocon, que tanto han
alimentado ideológicamente a la derecha internacional, también a
la española, "se han quedado huérfanos". Recordó que Obama, en
su discurso de toma de posesión, además de a las iglesias
cristianas, nombró a otras confesiones religiosas y a los que no
tienen ninguna confesión, por lo que le ha calificado de
"relativista", y el "relativismo es lo más odiado por los
neocon".
La jornada culminó con la lectura del
Manifiesto de Rivas, que incide en la necesidad de construir
la emancipación laica y en cuestiones que, tras 30 años de
Constitución democrática, quedan todavía por resolver en cuanto
a la laicidad del Estado, como la derogación de los Acuerdos con
la Santa Sede y de la Ley de Libertad Religiosa de 1980, y la
aprobación, en sede parlamentaria, de una Ley de Libertad de
Conciencia, para la cual Europa Laica está elaborando una
propuesta concreta de articulado que presentará próximamente.
Este Manifiesto promueve la agitación democrática y en libertad
de la sociedad civil ante la ancestral situación de
confesionalidad del estado español.
Manifiesto de Rivas Vaciamadrid
A propuesta de Europa Laica
y de la Asociación Laica de Rivas Vaciamadrid, al que se pueden
sumar todas aquellas entidades, asociaciones y organizaciones
que lo deseen
PREÁMBULO
Las personas asistentes, a título individual o como
representantes de las asociaciones laicas abajo firmantes, tras
los debates y exposiciones realizados durante la celebración de
la V Jornada Laicista de Rivas Vaciamadrid
Constatamos, por un lado, el avanzado grado de secularización de
la sociedad española, así como la creciente diversidad de
creencias, tanto de origen religioso como de cualquier otra
naturaleza (atea, agnóstica,…), mientras por otro, se mantienen
enormes privilegios económicos y simbólicos en beneficio de la
Iglesia católica.
Consideramos que la presencia de las creencias religiosas en el
espacio público educativo segrega a los alumnos en función de
sus creencias, atenta contra su libertad de conciencia,
dificultando su libre desarrollo intelectual y su autonomía
moral, e introduce un factor tremendamente perturbador del clima
escolar. Entendemos que el doctrinarismo religioso en la escuela
pública no viene avalado por ningún mandato constitucional.
Observamos, con preocupación, la frecuente confusión entre los
ámbitos público (de carácter universal) y religioso (de carácter
particular), inundando de símbolos confesionales las ceremonias
políticas, así como garantizando la presencia institucional en
un sinfín de ritos y ceremonias religiosas. Esta connivencia con
las creencias religiosas (católicas, especialmente) se completa
con una presencia permanente en cárceles, hospitales y ejército,
financiada además con fondos públicos, y por tanto, de todos l@s
ciudadan@s.
Entendemos que todos estos privilegios confesionales señalados
no están basados en las disposiciones de la Constitución. Muy al
contrario, la clave de bóveda de esta clara deriva confesional
del Estado, desde 1979, debemos buscarla en los Acuerdos
concordatarios y en la Ley Orgánica de Libertad Religiosa. En
este sentido afirmamos que mientras sigan existiendo estas
figuras jurídicas, la Transición en materia de creencias y
convicciones seguirá siendo una tarea pendiente y cada vez más
lejana.
Por todo ello, los abajo firmantes enunciamos los siguientes
PRINCIPIOS
Nos comprometemos tanto con la defensa del
derecho de Libertad de Conciencia de todos los individuos, como
con la autonomía de lo político (y, por tanto, de lo público)
frente a las creencias o convicciones particulares, tanto de
índole religiosa como de cualquiera otra naturaleza.
Nos comprometemos, asimismo, con la
defensa de la igualdad, no sólo en términos formales, sino
explicitada en una práctica política de vigilancia permanente,
para que no se produzca discriminación alguna contra ningún ser
humano, en el libre ejercicio de sus derechos ciudadanos.
Rechazamos la utilización de conceptos
como “culturas” o “civilizaciones”, que habitualmente sólo
sirven para enmascarar el sometimiento de las conciencias
individuales a dictados comunitaristas, que sustituyen las
múltiples identidades de las personas por una exclusiva
característica dominante de categorización, que suele ser la
religión.
Pensamos que las organizaciones sociales
basadas en creencias religiosas deben gozar del mismo trato, a
efectos jurídicos, que aquellas cuyo sustrato sean las creencias
no religiosas: unas y otras deben someterse al derecho común,
sin exigir privilegios públicos de orden económico o
institucional.
Rechazamos por confusionista cualquier
adjetivación sobre los conceptos de laicismo y laicidad que no
esté sustentada en la libertad de conciencia individual, la
igualdad de todas las creencias ante la ley (religiosas o no),
la separación de las iglesias y el Estado y la autonomía moral y
de juicio de cada persona, que sólo puede estar basada en una
escuela pública, laica y gratuita.
Ante esta situación, nos planteamos los
siguientes
DESAFÍOS
Creemos que ha llegado el momento de que
los partidos políticos que se autodenominan laicos sean
consecuentes con su ideario y transformen en leyes su aparente
voluntad laicista. La clara disonancia entre lo que dicen y lo
que hacen en esta materia, impide, por otra parte, que se
articule una mayoría social visible que ponga coto a la maraña
jurídica confesional que sólo favorece a la jerarquía católica y
a sus intereses.
Hacemos un llamamiento a todas las
organizaciones sociales y sindicales para que, lejos de sentir
el laicismo como ajeno, perciban que con su defensa lo que está
en juego es la calidad de nuestra convivencia democrática y
nuestra propia condición de ciudadanos libres e iguales.
Instamos a la creación de plataformas
cívicas, políticas y sindicales que, de forma coordinada, creen
una mayoría social activa que trabaje por la consecución de los
objetivos expuestos, y que pueda promover, y respaldar, una
iniciativa política hoy inexistente. Debemos dar comienzo a la
Transición en materia de creencias.
Las frecuentes agresiones efectuadas por
distintos grupos de presión, instrumentalizando a veces a las
instituciones públicas, presionan continuamente de forma
desigual sobre los ciudadanos que, tomados individualmente, se
ven inermes ante ellas. Es hora de que se articulen, en las
instituciones públicas locales, organismos que, al modo de un
Defensor de la Libertad de Conciencia, tengan como misión
específica velar por este derecho fundamental así como por la
igualdad ante la ley en relación con las creencias, la etnia o
el género.
Las creencias de orden religioso o de
cualquiera otra naturaleza no son, por sí mismas, factores de
cohesión social. Los únicos factores de cohesión en un Estado
que se pretende laico, son la libertad de conciencia de cada
individuo, la igualdad ante la ley, la justicia social, la
solidaridad y los derechos humanos. Por tanto, nos comprometemos
a desarrollar nuestra actividad en torno a los valores que
dimanan de estos principios.
En un Estado en el que ninguna creencia
tiene carácter estatal, sus servidores y funcionarios se deben
exclusivamente a la función pública para la que han sido
designados, y sus servicios son de interés general. La
universalidad de la esfera pública no puede confundirse con la
particularidad de una creencia religiosa, sus ritos o sus
símbolos. Así pues, declaramos que cuando en el ejercicio de la
función pública los servidores del Estado (justicia, sanidad,…)
contemplan compromisos de conciencia que provocan situaciones de
injusticia, que se traduce en obstaculizar la aplicación de
leyes aprobadas por el Parlamento, están de hecho, burlando la
justicia democrática.
Debemos contribuir a la extensión del
laicismo entre los sectores con creencias religiosas
(especialmente católicas), a través de la discusión y el debate
democrático y la búsqueda de la unidad de acción en torno a los
principios políticos y jurídicos expresados en este Manifiesto.
Sin la confluencia de este gran cúmulo de personas en las tareas
laicas resultará sumamente difícil romper nuestra actual imagen
pública antirreligiosa (extendida interesadamente por los
voceros de la jerarquía católica), así como poner en pie un
importante movimiento laicista con una cierta capacidad de
acción.
Las fuerzas políticas que dominan los
diversos poderes del Estado, en sus distintos niveles, se
muestran especialmente remisas a alterar la actual situación de
privilegios de la Iglesia católica debido, fundamentalmente, a
las consecuencias electorales. La fuerza de los cambios precisos
no surgirá desde las cúpulas de tales poderes políticos si no
hay un empuje de la sociedad que lo exija...y que se lo permita.
En el último año transcurrido las reivindicaciones laicistas se
han multiplicado como nunca anteriormente, se han expresado en
todos los medios, han dado a luz organizaciones nuevas en
múltiples territorios. Este es el camino. Esta la tarea actual.
Multiplicarnos, organizarnos, coordinarnos y hacernos oír. Desde
esta ya no tan pequeña localidad que hoy nos acoge, modesto
ejemplo de reivindicaciones laicas en el ámbito local, donde su
Ayuntamiento ha creado la primera Oficina Municipal de Defensa
de los Derechos Civiles,
Hacemos
un llamamiento a tod@s l@s ciudadan@s para que se comprometan en
la extensión de los principios aquí expuestos, demanden su
implantación en los ámbitos públicos, asuman los desafíos aquí
señalados y se coordinen en organizaciones y acciones que
posibiliten que podamos convertirlos en realidad.
En Rivas Vaciamadrid, a 24 de enero de
2009