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La derecha y su falaz defensa de la vida

Coral Bravo

El Plural 24 de Enero de 2009

Hace unos días, me cité con una amiga a la que no veía desde hace tiempo y con la que comparto rememoranzas y afectos de adolescencia,...., y poco más, porque mi visión de la vida y de las cosas, según percibí, queda a años luz de la suya. Como esperaba, entablamos, entusiasmadas, una larga conversación sobre lo divino y lo humano, sobre qué hacíamos con nuestras vidas, y sobre como pasa, sin darnos cuenta, el tiempo... Nada fuera de lo habitual.

Pero, en un momento de la conversación, con un café de por medio, nuestras sonrisas cómplices se tornaron, casi imperceptiblemente, en muecas de cierto incomodo a pesar de estar las dos radiantes por habernos reencontrado. Esto ocurrió porque surgió el tema de la moral y la ética. Ella, que se ha convertido en una mujer tradicional y conservadora, votante del PP, para más señas, (y con inquietudes vitales que no van más allá de cuidar de sus niños, tener la casa impecable y pensar en las rebajas para su guardarropa de la próxima temporada -lo cual respeto-), me hizo una pregunta que me sobrecoge y que algunos españoles articulan “remedando” a la derecha y a las voces de la iglesisa sin reflexionar sobre el significado de lo que dicen: -“¿Te parece bien la inmoralidad de este gobierno que acepta el crimen del aborto?”

Razonando
Ante tal pregunta y mi consiguiente sorpresa, yo, abandonando la actitud afectiva que me había embargado durante el resto de la charla, le contesté que se trataba de un tema muy complejo, un problema social que cualquier gobierno está obligado a encarar y regular para evitar también otras muertes, las de las madres involuntarias que se someten, de todos modos, a abortos clandestinos. Le dije que se trataba, en primer lugar, de un problema médico y humano, y no religioso o moral, además de ser una cuestión velada de mezquinos lucros comerciales que, mientras el aborto esté sin regular, en la clandestinidad son muy jugosos.

Nada que ver
Ante mis argumentos, su respuesta me acabó de pasmar del todo: “...es que la muerte de esas mujeres que matan a sus fetos no le tiene que importar a nadie; es lo que se merecen...”. –“¿Te das cuenta de que dices defender la vida, cuando, en realidad, estás justificando la muerte?”, le increpé, intentando disimular mi perplejidad, y dando por zanjado el tema porque me daba cuenta de que, a nivel profundo, ella y yo ya no tenemos nada que ver...

Muertes
Y plasmo aquí esta anécdota personal porque ilustra muy bien esa doble moral de la derecha de la que el PP viene haciendo gala sin pudor ni vergüenza; esa doble moral que moldean según son sus intereses de partido, y según los intereses de sus mentores y “guías espirituales”; ese cinismo, construido de dobleces morales, por el que son capaces de llamar a los demás “asesinos” por mirar cara a cara un grave problema humano en la sombra, mientras vuelven la cabeza cuando se trata de muertes que se avienen a sus conveniencias.

¿Defensa de la vida?
En la misma línea se sitúan las declaraciones inauditas de Francisco Marduenda, director del ultra-conservador diario La Razón, que justifica la matanza de trescientos niños palestinos, argumentando que “muchos niños mueren de muertes naturales”. ¿Es esa la defensa de la vida que tanto aclaman cuando les interesa atacar al gobierno y hacer política con su “supuesta”moralidad?; ¿cómo es posible que vociferen contra el aborto, alegando la defensa de la vida, cuando vuelven la mirada ante cientos de niños asesinados?, ¿será, acaso, porque esos niños son musulmanes?, ¿será quizás porque hay poder y dinero de por medio?... ¡Que alguien me lo explique, porque mis “entendederas” no llegan, o no quieren llegar a tanto....!
Masacre
Y, por otro lado, echo mucho de menos una gran concentración en la Plaza de Colón de todos aquellos que se creen en posesión del monopolio de los valores morales y el amor al prójimo. Ignoro dónde se meten los que vociferan que defienden tanto la vida, los que, con el gancho de ayudar a los niños pobres, llenan sus arcas con ingentes cantidades de dinero del erario público. Es ahora cuando deberían hacer una macro-manifestación exigiendo respetar la vida de esas criaturas que, por fanatismos religiosos y políticos, están siendo masacradas.

Silencio
Pero están callados. La muerte de centenares de vidas inocentes, sin edad aún de entender la mezquindad humana, la pasan por alto. No dicen nada, no claman en las ondas radiofónicas, ni movilizan a sus seguidores, ni amotinan a sus adeptos desde sus tribunas, ni se concentran en Colón. Apartan su mirada ante esos niños muertos. No dicen nada. Están callados....
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Coral Bravo es doctora en Filología y miembro de Europa Laica

 

 

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