Declaración de Europa Laica en el 8 de Marzo de
2009,"Día Internacional de las Mujeres"
La declaración de días internacionales
específicos es una idea muy controvertida: tienen detractores,
que los acusan de momentos cargados de cierta retórica y en
donde se aportan pocas soluciones prácticas, y defensores, que
entienden que es un día de reflexión política y social sobre una
cuestión concreta.
En Europa Laica entendemos que la defensa
de las libertades y de los derechos humanos, la defensa de la
libertad de pensamiento y de conciencia, ha de hacerse
permanentemente, independientemente de que haya un día
específico de reflexión colectiva.
En este 8 de marzo de 2009 nuestra
organización se suma, junto a otras muchas del Estado Español,
de Europa y del mundo, para exigir que los estados y en
particular el español y los miembros de la Unión Europea
promuevan políticas activas a favor de los derechos de las
mujeres y se posicionen en contra de toda doctrina religiosa
o no religiosa que sea antidemocrática o irrespetuosa con los
derechos humanos, concretamente de las mujeres.
Somos conscientes de que la mayoría de las
confesiones religiosas ejercen una serie de mandatos y prácticas
que cercenan los derechos a la igualdad de hombres y mujeres,
que el artículo 14 de la Constitución Española exige en el
ámbito social, familiar y escolar.
La religión, en nombre de una
ancestral cultura o tradición y en multitud de ocasiones, es
utilizada como pretexto para que las mujeres creyentes y no
creyentes no puedan ejercer derechos cívicos en igualdad de
condiciones con los hombres, derechos relativos a su libertad de
conciencia, a su libertad en materia de salud y procreación,
condenándoles a depender del hombre en el matrimonio y en las
propias iglesias, y a ser discriminadas en la educación, por
ejemplo cuando se permite que los centros escolares no sean
mixtos, o que las escuelas de ideario religioso tengan proyectos
educativos discriminatorios.
Las religiones, generalmente interpretadas
y dirigidas por hombres, no defienden los derechos humanos de
las mujeres. En la historia y en la práctica de las tres
religiones monoteístas, en sus diferentes ramificaciones y en
mayor o menor grado, hay una fuerte dosis de misoginia, en donde
los sectores más conservadores de la sociedad y de la política
encuentran un gran sostén.
En un Estado Laico como el intentamos
construir no caben discriminaciones por razón de sexo. De ahí
que sea necesario, además de una profunda concienciación de la
sociedad, que los poderes públicos condenen y persigan cualquier
tipo de práctica religiosa o de cualquier otra convicción
ideológica que viole los derechos humanos de las mujeres, tanto
en el ámbito interno de sus organizaciones, como en el ámbito
familiar, y con más énfasis en la escuela,
donde los derechos de la infancia,
en especial de las niñas, sean violentados. |