La
ley sobre técnicas de reproducción asistida aprobada durante
el primer gobierno de Zapatero ha hecho posible el ‘milagro’
de que Andrés, un niño de siete años, sea salvado por su
hermano, el primer bebé en España genéticamente perfecto.
Andrés se ha salvado de una enfermedad incurable y
degenerativa gracias a su hermano Javier. Los padres de los
pequeños se sometieron a un tratamiento de reproducción
asistida para engendrar un segundo hijo libre de un mal
hereditario cuyas células madre han sido trasplantadas con
éxito al primero. Ello ha sido posible gracias a la Ley
sobre Técnicas de Reproducción Humana Asistida que fue
aprobada por el Congreso, en mayo de 2006, durante el primer
gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
La Iglesia Católica y el PP se echaron en tromba contra el
PSOE. Los primeros por “manipular el don sagrado de la
vida”; los segundos por entender (como todo lo que
significan avances científicos, libertades públicas y
derechos sociales) que no era una demanda de la sociedad.
Pero lo cierto es que se ha dado vida a una persona sin
hacer daño a ninguna otra y a unos padres desesperados la
posibilidad de ver la luz la final del túnel.
"Quería tener otro hijo y si encima podía ayudar a su
hermano... No lo dudé ni un momento y no he hecho nada
malo". Así responde Soledad, la madre de los pequeños,
cuando se le pregunta cómo valora el debate moral generado
en torno a estos avances científicos.
ARCHICONOCIDO DISCURSO DEL PP
“Los cambios introducidos no responden a una demanda social,
ni siquiera a una necesidad técnica manifestada por las
sociedades médicas (...) plantea cambios radicales que han
sido desaconsejados por los comités de bioética de todo el
mundo”. Así se pronunció la diputada del PP, Mercedes
Roldós, en la tramitación parlamentaria de la ley impulsada
por los socialistas. Según dijo entonces la ministra de
Sanidad y Consumo, Elena Espinosa, los objetivos de la nueva
normativa eran facilitar que parejas con problemas de
fertilidad o mujeres solas pudieran tener hijos biológicos.
Pero la ley abría además otra posibilidad, en “casos
limitados y excepcionales”, como el uso de técnicas de
diagnóstico preimplantacional, para concebir un niño sano
que pudiera así salvar la vida de un hermano enfermo. Este
ha sido el caso de Javier y Andrés, el primero que se ha
producido en España con éxito (el hospital Virgen del Rocío
en Sevilla ha obrado el ‘milagro’) gracias también al
impulso que desde la Administración andaluza se está dando a
estas prácticas, que ya forman parte del servicio público de
salud de esa comunidad autónoma.
LA IGLESIA LLAMÓ AL GOBIERNO “HIPÓCRITA
Aunque la legislación mantiene la prohibición de ejercer
como madre de alquiler, así como la clonación de embriones
humanos para uso terapéutico, la jerarquía eclesiástica no
dudó en lanzar duras críticas, apoyada por los sectores de
la derecha conservadora más recalcitrante.
En una nota leída en los días previos a la aprobación de la
ley en el Parlamento, el portavoz de la Conferencia
Episcopal Española, Juan Antonio Martínez Camino, dijo que
“ante la licencia legal para clonar seres humanos y la
negación de protección a la vida humana incipiente, el
Evangelio obliga a llamar la atención sobre una ley que
niega la protección jurídica que un ordenamiento justo ha de
dar a la vida humana incipiente”.
La Iglesia habló entonces de los “bebés-medicamento”,
“cobayas al uso” o “niños que nacerán con determinados fines
terapéuticos, después de que otros hermanos suyos,
inapropiados para esos fines, hayan sido seleccionados para
la muerte en los primeros días de su existencia”, dijeron en
alusión a los embriones marginados.
Los obispos llegaron a calificar al Gobierno de Zapatero de
“hipócrita” por “dictar leyes para que no se contaminen
nuestros pulmones con el humo nocivo del tabaco, mientras
propone otras que asfixian la vida del embrión humano”.
Posiblemente Andrés esté bautizado y quizá también el
hermano que le ha salvado la vida. Pero sus padres no han
reparado en la rancia doctrina de la Iglesia Católica que se
ha opuesto al matrimonio gay, a la asignatura de Educación
para la Ciudadanía, a la Ley de Memoria Histórica o a la
nueva ley del aborto que en breve se tramitará en las
Cortes. El PSOE no ha dado ni un paso atrás en este sentido.
Tampoco la ciencia que avanza imparable, libre de prejuicios
morales.
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