Sobre la sentencia del Tribunal
Supremo referente a la apostasía
Todos
apóstatas Fernando Pastor
Europa Laica
5 de Octubre de 2008
Con su reciente
sentencia sobre la apostasía, el Tribunal Supremo,
muy probablemente sin pretenderlo, nos ha convertido
a todos en apóstatas.
Dice la sentencia que los libros bautismales no son un
listado sino una mera acumulación de datos ciertos
(pues en verdad esos hechos, el bautismo de los
inscritos, ocurrió realmente).
Pues estupendo. Si no son un listado que pueda
modificarse voluntariamente por los interesados para
ajustarse a su realidad actual, carecen de validez y
no pueden ser invocados para nada ni tener validez de
ningún tipo. Lo que no puede ser es que no se
consideren listado para impedir borrarse, pero que sí
se considere listado para invocar una pertenencia. No
se puede estar a la vez en misa y repicando, y esto
nadie mejor que ellos para saberlo.
Por
tanto, a partir de ahora, para ser invocado como
certificado de pertenencia a su confesión religiosa,
deben partir de cero y comenzar a elaborar un censo en
el que vaya inscribiéndose voluntariamente quien lo
desee. Y quien no lo haga, bien por no tener esas
creencias, bien por no querer manifestarlas, o bien
por desidia, no podrá ser contabilizado.
De
esa forma el listado válido será el nuevo, por muy
exiguo que sea, mientras el viejo quedará como muchos
lo hemos considerado siempre: como un “museo de los
horrores”, testigo de las atrocidades cometidas con la
conciencia de millones de personas inscritas sin su
consentimiento y que además hasta muy poco debían
figurar en él obligatoriamente para acceder a
servicios y prestaciones a las que se debería tener
derecho por el mero hecho de ser ciudadanos. Estamos,
o deberíamos estar, en una sociedad de ciudadanos y no
de feligreses.
Esos “hechos ciertos” que recogen son un “museo de los
horrores”, igual que otros que muestran artilugios de
tortura, escenas antiguas de esclavitud, etc., de las
que (¡¡qué casualidad!!) en muchos casos también
tuvieron como triste protagonista a esta Iglesia
Católica, con sus inquisiciones, colaboracionismos con
las más bárbaras tiranías, o sus conquistas con cruz y
espada.
Así
pues, bienvenida sea la sentencia del Tribunal
Supremo, que ha dejado sin validez legal los listados
eclesiásticos y así de un plumazo ha logrado lo que
tanto estaba costando lograr: ya somos todos
apóstatas. Incluso los que no se lo habían planteado,
y por ello ya veremos si no son éstos los que se
rebelan contra la sentencia.
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Fernando Pastor es miembro de la Junta
Directiva de Europa Laica