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Nuevas ingerencias vaticanas

Antonio García Ninet
 

UCR 6 de Septiembre de 2008


La vicepresidenta del gobierno de España acaba de anunciar que va a estudiarse la reforma de la ley relacionada con la interrupción voluntaria del embarazo. Apenas han pasado unas horas y ya ha aparecido en televisión la imagen de un cardenal demasiado bien cebado bien gordo del Vaticano manifestando su "tristeza" y diciendo diversas idioteces sin que nadie le haya dado vela en este entierro, es decir, sin que el Estado Español le haya solicitado su opinión acerca de esta cuestión del mismo modo que en el Vaticano tampoco nos piden la nuestra a la hora de establecer sus dogmas de fe, ni sus absurdas teorías en contra del heliocentrismo en la época de Galileo en el siglo XVII, ni acerca de su actual crítica del evolucionismo para volver a defender el creacionismo, ni acerca de su defensa "teórica" y antinatural del celibato obligatorio de los sacerdotes que repercute en tantos delitos de pederastia, ni acerca de sus estúpidas e hipócritas doctrinas sobre del carácter pecaminoso de la sexualidad, ni acerca de su crítica hipócrita contra la pobreza que va acompañada de su enriquecimiento continuo a costa de lo que sea y de quien sea...

De nuevo sus intolerables ingerencias en un estado que no es el suyo. A ningún otro estado se le ocurriría hacer comentario alguno respecto a nuestra legislación ni se le habría tolerado. ¿Por qué tolerar a esa mafia hipócrita, que sobrevive porque se acomoda camaleónicamente a cualquier dictadura con tal de que le sigan permitiendo enriquecerse más y más cada día.

Y encima, cuando se les ha planteado que las parroquias colaboren en facilitar las listas de los muertos en nuestra guerra civil y durante el régimen franquista, los obispos dicen que estudiaran el asunto... ¿Qué significa esa actitud sino el reconocimiento explícito de que no se consideran ciudadanos españoles sometidos a nuestras leyes sino agentes del Vaticano en espera de la consigna correspondiente para actuar en consecuencia?

Como diría Cicerón, ¿hasta cuando abusará de nuestra paciencia esta mafiosa organización? ¡Que se vayan al Vaticano y que nos dejen tranquilos de una puta vez!     

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Antonio García Ninet es  Doctor en Filosofía

 

 

 

 

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