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Relato de una apostasía

Milagros Riera

Ucr 9 de Octubre de 2007 

 

 

Hacia tiempo que la idea de apostatar me trotaba por la cabeza. Las razones no me faltaban lo que necesitaba era la ocasión. Por fin la encontré, el papa anunciaba su visita, que esperaba triunfal, a Valencia, yo como valenciana que soy, no podía dejar de participar a semejante acto, a mi manera, claro. Por Internet encontré una asociación, creada para aquella ocasión, que se proponía acoger al papa de una manera muy diferente a la que tenía programada Rita Barbera. Entre las acciones que proponían estaba prevista una sesión de apostasía masiva, así que sin pensarlo más me presente allí con varios amigos, algunos de ellos dispuestos como yo a presentar nuestra petición al obispado. Las peticiones fueron tres mil. La prensa se ha hecho eco de ello. Ante el obispado fuimos 400 a reunirnos con nuestras pancartas de protesta por el despilfarro y la hipocresía que suponía la organización del  viaje del representante de dios en la tierra. Los participantes eran casi todos jóvenes, entre ellos había unos cuantos que lucían camisetas pidiendo la III República, los nietos de los que lucharon por la II, estamos dispuestos a pedir la III, me dijeron, su presencia entre nosotros me confirmaba en mi idea de que la Iglesia era uno de nuestro principales enemigos, un gran obstáculo para alcanzar la República de nuestros sueños.

 

Lo que deseo contar aquí son los motivos que me llevaron a plantearme la idea de apostatar. Creo que es obvio decir que a mi me bautizaron sin mi consentimiento, ese es el caso de la inmensa mayoría de los cristianitos, sus padres los llevaron a la pila sin pensar en lo que sus hijos podrían desear cuando tuviesen uso de razón. Las cosas ya empiezan mal, ya que no creo que los padres puedan disponer así de sus retoños obligándoles a empezar su vida en el seno de la siniestra secta que es la Iglesia. Pero hay aun casos mas terribles en los cuales los padres se vieron obligados a bautizar a sus hijos contra sus deseos, ya que de no hacerlo podían acabar en prisión o ante el paredón. Me refiero a la dictadura franquista durante la cual la Iglesia, dulcísima esposa de Cristo, exigía el bautismo para todos los españoles, y de no hacerlo les amenazaba no solo con las terribles penas del infierno, eso es natural, es lo suyo, sino con la persecución por parte de los fascistas que siguiendo sus homilías darían su merecido a los rojos malditos que eran todos los que se negaban a aceptar la cruel dictadura y el dominio del clero.

 

Hagamos un poco de historia para ver claro el porque es necesario que nos larguemos lo antes posible de la siniestra asociación de maleantes en la que figuran nuestros nombres. El cristianismo comienza como una de las mayores mistificaciones de la historia. El que ellos llaman Jesús Cristo, salvador y Dios encarnado fue un rebelde que lucho contra el imperio romano siguiendo los pasos de su padre Juan de Gamala, muerto en el templo de Jerusalén “entre el trono y el altar”, Juan, pues este  fue su nombre, continuo la lucha rodeado de sus numerosos hermanos, después llamados discípulos, frutos de los dos matrimonios de su madre Miriam que los parió a todos sin dejar de ser virgen, según parece. Juan murió decapitado en Samaria por orden de Poncio Pilato, después de escapar a la crucifixión en Jerusalén. El hecho de que su muerte cumplía ciertas profecías conocidas por los samarios dio pie a que se viera en él un profeta elegido y enviado desde los cielos. Así empezó la historia que debidamente falsificada por la incipiente iglesia dura hasta nuestros días.

 

El verdadero dominio de los cristianos empieza con Constantino cuando la Iglesia es declarada religión del imperio. El poder al que accedió dura hasta nuestros días y le ha permitido falsificar la historia coma ha querido, acabar con la cultura y el saber antiguo, destruir los libros en los cuales se hubiera podido saber la verdad  de los acontecimientos que ellos presentaban como les convenía. Los llamados paganos, es decir los que  adoraban a los dioses del imperio, y los propios de cada país, fueron asesinados y sus templos destruidos. La ciencia fue prohibida, ya que Dios había creado todo para que buscar más. La medicina no podía practicarse, para curarse bastan las reliquias, fue así como desapareció toda la cultura del  mundo antiguo, no fueron los bárbaros los que destruyeron este mundo, fue la iglesia la que precipito al mundo conocido en la oscura Edad Media de la que aun no ha salido totalmente.

 

Aunque conocidos no estaría de más recordar algunos de los momentos de “gloria” del Vaticano a través del tiempo. Incendios de bibliotecas y sinagogas, quema de herejes como los cátaros y tantos otros, persecución de brujas por comercio con el diablo que ellos inventaban, Condenas y hoguera para los que se atrevían a estudiar la ciencia. La civilización que hoy es la nuestra y que se ha forjado en la lucha contra el poder obscurantista  cuenta con buen numero de mártires.

 

Lleguemos a la actualidad, se podía  pensar que la Iglesia había comprendido su error y deseaba dejar de lado su orgullo y su intransigencia, no es así, hace solamente unos días el siniestro Nazinger hablo de la crueldad de la sanguinaria religión del islam, quizás podíamos pensar que su avanzada edad le había hecho olvidar la sangrienta historia de su secta, pero no creo que ese sea el caso, mientras los pueblos árabes sufren los ataques mas despiadados del imperialismo yanqui, tachar a esos pueblos de sanguinarios y crueles se convierte en un apoyo a la cruzada del genocida Bush, ¡ acabemos con ellos y el petróleo para nosotros ¡

 

 

No debemos extrañarnos, desde hace 2000 años la Iglesia ha sido el apoyo mas fiel de los poderosos de este mundo, antes sostuvo a reyes y emperadores, ahora es el pilar del capitalismo. Se podría hablar del sostén del papa Pio XII al genocidio de los judíos: “Donde estaba Dios entonces”, se pregunto hace poco el papa alemán, dios no sabemos donde estaba pero el papa de entonces dormía tranquilo en el Vaticano sin decir una palabra desde su infabilidad contra el exterminio programado de todo un pueblo. En España el golpe que acabo con la República no hubiese sido posible sin el apoyo entusiasta de la Iglesia, Las bulas papales prometían la gloria y el paraíso a los que cayesen defendiendo los intereses de curas y terratenientes, era la Santa Cruzada .Los curas, con alegría denunciaban a los  republicanos culpables de sostener el régimen legal y querer ser libres. Hace años de eso, diréis, no tantos, lo mismo se ha visto hace menos tiempo en Argentina y Chile, el dinero de Juan Pablo II sirvió para proclamar la dictadura de Videla cuyos crímenes empiezan ahora a juzgarse, a Pinochet nunca le falto el apoyo del papa de turno. Siguiendo con la historia de Juan Pablo XII, que pronto será santo, no olvidemos los escándalos del banco Ambrosiano, el papa necesitaba dinero para apoyar a solidaridad, el sindicato polaco sostenido por el Vaticano y por la CIA, el dinero no tiene olor así que la mafia le proporciono todo el que necesitaba  a cambio del blanqueo del lo que ganaba con la prostitución juego y droga, el dios del papa lo santificaba todo, así pudo subvencionar dictaduras, golpes de estado (Grecia) y otros asuntos del mayor interés divino. También le será tenida en cuenta para su beatificación la intervención del Vaticano en el desmembramiento de Yugoslavia, debía recuperar a Croacia, tan querida por ser patria de los oustachis, asesinos en nombre de dios, que cometieron los más horribles crímenes secundados por los nazis alemanes.

 

Volvamos a nuestro sufrido país en los tiempos actuales. La Iglesia no ha cambiado ni un ápice desde la gloriosa Cruzada. Sus templos siguen luciendo airosos las insignias fascistas de la Falange. No desean oír hablar de pedir disculpas por los crímenes cometidos durante la contienda que ellos propiciaron, tampoco pueden conocerse sus archivos que podrían hacer que los descendientes de las victimas pudieran encontrar rastro de sus padres. Para las victimas que fueron sacrificadas en el altar de su dios, no debe haber compasión.

 

Durante las típicas fiestas de Semana Santa en Sevilla, la hermosa imagen de la Macarena se pasea por las calles entre el fervor de sus admiradores, su cintura la ciñe orgullosamente la fajina de uno de los generales genocidas peores de la historia, así la iglesia propone a la adoración del pueblo el verdugo de tantos de sus familiares y amigos.

 

Los siglos pasan y todo sigue igual, la Iglesia no cejara nunca en su empeño de alcanzar poder, el poder se lo da la dominación de las conciencias y para eso es fundamental tener en sus manos la enseñanza. El que el gobierno de Zapatero se niegue, como es natural en un estado laico, a legislar que la asignatura de religión sea obligatoria provoca en los jerarcas de la secta un odio inextinguible, todos los días tenemos las pruebas escuchando la cadena de los obispos, la COPE, sus calumnias y provocaciones deberían acabar ante los tribunales, pero no es así, Zapatero tiene buen talante, apoya al papa cuando dice barbaridades, da dinero a la Iglesia, financia viajes y peregrinaciones, organiza recepciones en Roma para cardenales, todo esto con el dinero de los sufridos españoles, aun así no conseguirá que la Iglesia no sea beligerante.

 

 

La Iglesia desea una España como la de antes, cuando paseaba a Franco bajo palio, como al cuerpo de su dios contenido, según ellos, en el Santo Sacramento. Los españoles deben ser católicos, bautizados, sabiendo poco, sobre todo los humildes, como ellos dicen, el saber podría darles ideas de rebelión, los que no desean una España centralista deben ser todos apartados del seno de la Iglesia. Así continúan las cosas y no parecen mejorar, la cruz de 35 metros de alto que se construyo de manera provisional en Valencia sigue envolviendo con su sombra la ciudad. En el obispado están contestando a los apostatadores que no piensan darles de baja en sus listas, los partidos políticos, todos, están de acuerdo en que no lo hagan, la maniobra de acoso y derribo al gobierno socialista continua, Por todas estas razones  yo continuare el combate, no quiero que en mi nombre, como perteneciente a esa secta, se asesine, se torture, se impida a la gente protegerse del sida, se justifiquen genocidios como el de los republicanos, se protejan a estafadores, se escondan a pederastas y se justifiquen a sacerdotes violadores de monjas, lo hacían llevados del miedo al sida, mejor es violar que utilizar un condón, al menos para la Iglesia, no, no deseo que se cometan desmanes en mi nombre, ni siquiera en el nombre del pobre judío que lucho hace 2000 años contra el imperio y al que robaron su identidad, su familia, sus amores, y en nombre del cual  se realizan los mayores crímenes de la historia.

 

Este articulo lo escribí hace un año, las cosas no han cambiado mucho desde entonces. Mi petición de apostasía fue denegada por el Arzobispado de Valencia, me dirigí a la Agencia de protección de datos que ha acabado por resolver en mi favor, dando 10 días al Arzobispado para que indique en sus listas de bautismo que no soy católica, veremos si lo hace y como seguirá el tramite. Quisiera animar a todos los que no se sienten bien en el seno de la Santa Madre Secta a que apostaten, en www.apostasia.es encontraran todas las explicaciones necesarias, cuanto mas seamos, mas tendrán que escucharnos.

 

 

Milagros Riera

 

 

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