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El puente de la Inmaculada
Rebelión 13 de Diciembre de 2007
En años de la transición,
se intentó que la Iglesia católica aceptase otro día y motivo de
celebración, religioso por lo demás. No se consiguió.
En una de sus últimas publicaciones, Daniel
C. Dennett
1, uno de
los más grandes filósofos analíticos vivos, el celebrado autor de
La peligrosa idea de Darwin, sostiene que decir que la
religión es natural en contraposició
Nadie pensaría que escribir un libro
titulado El deporte como un fenómeno natural o El
cáncer como un fenómeno natural implica asumir el ateísmo.
Tanto el deporte como el cáncer son ampliamente reconocidos como
fenómenos naturales, no como fenómenos sobrenaturales, a pesar de
las ya conocidas exageraciones de sus promotores.
¿Exageraciones de sus promotores? Dennet
cita como ejemplos, por no mencionar los anuncios de
investigaciones y clínicas que pregonan otra “milagrosa curación
del cáncer”, dos pases para la anotación del fútbol usamericano
conocidos con los nombres de “Ave Maria” y “La Inmaculada
Recepción”. El pase o la “jugada de Ave María” (Hail Mary Pass),
señala el traductor en nota, consiste en un esfuerzo de último
minuto por el que el balón del juego es lanzado desde una
larguísima distancia sin casi ninguna probabilidad de ser recibido
por otro jugador en la línea de meta. El nombre de la jugada
proviene de que, al ser tan improbable, los jugadores del equipo
que intenta la proeza rezan por la intervención de la Virgen
María. Acaso, admitámoslo, los jugadores del equipo contrario
recen por la no intervención o confíen, alegremente pero con
razones atendibles, en los teoremas de la probabilidad y en las
leyes de la física.
“La Inmaculada recepción” es el sobrenombre
con que se conoce la jugada de los Steelers de Pittsburg en contra
de los Raiders de Oakland. La increíble jugada los llevó a la
victoria en la final de la AFC de 23 de diciembre. Fue en 1972.
Estamos ahora en 2007. Pero no celebramos hoy la extraordinaria
jugada de la Inmaculada Recepción sino el día de la Inmaculada
concepción. ¿Qué celebramos y por qué?
El puente que se suele celebrar en España
por estas fechas tiene sus anclajes en los días 6 y 8 de
diciembre. El 6 recuerda el día en que la ciudadanía aprobó de
forma mayoritaria, pero con una abstención significativa
3, la
actual Constitución española. Fue en 1978.
El 8 es una fiesta religiosa. Es el día en
el que se recuerda la proclamación por dogma de fe de la
concepción Inmaculada de la naturaleza de María, la madre de Dios.
Lo estableció un Papa, Pío XI.
En años de la transición, se intentó que la
Iglesia católica aceptase otro día y motivo de celebración,
religioso por lo demás. No se consiguió. Con los símbolos de la
Iglesia católica, apostólica y romana, española además, no se
juega. Es difícil persuadirles razonablemente, sin otros
procedimientos persuasivos, que ceden un milímetro sin pérdida en
cualquier circunstancia. ¿Trasladar a otra día un día religioso de
celebración tan esencial como éste de la Inmaculada? Pero ¡qué se
habían creído estos laicos, agnósticos, ateos y anticlericales!
El empresariado español, algunos sectores,
se quejaron en su momento, acaso por descoordinació
Decíamos que el 6 era el día de la actual
Constitución española. En el título I, “Derechos y deberes de los
españoles”, artículo 16, se “garantiza la libertad ideológica,
religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más
limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el
mantenimiento del orden público protegido por la ley”. Se afirma a
continuación que “Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su
ideología, religión o creencias”, cosa que no siempre ocurre, y,
finalmente, en el aparado 16.3, se sostiene que “ninguna confesión
tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta
las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las
consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y
las demás confesiones”. Que este último apartado del artículo 16
sea totalmente consistente en su formulación no es cosa que se
imponga con la obviedad con que aceptamos que el siguiente natural
de 2 es 3, pero en todo caso, destaquemos ahora, se afirma en la
primera parte de 16.3 que ninguna confesión religiosa tiene
carácter de confesión de Estado. El Reino de España (¡qué cosa!
¡qué sonidos!) acaso no sea laico, dadas esas extrañas relaciones
de cooperación con la Iglesia Católica
6,
institución que además está subordinada por acuerdos con un Estado
extranjero, pero en cualquier caso, constitucionalmente
Un gran economista matemático, filósofo y
activista ciudadano Alfons Barceló
7, hacía
recientemente un magnífico relato de la celebración. Recordaba
Barceló que la sesión inaugural de las Jornadas que se estaban
celebrando en recuerdo de Manuel Sacristán se habían realizado en
el Paraninfo de la Universidad de Barcelona, el cual está
presidido por un cuadro que representa la Purísima Concepción.
Hacía entonces un año, el 22 de noviembre de 2004, a las 19 horas,
había tenido lugar en ese mismo Paraninfo la segunda sesión de los
actos conmemorativos del 150 aniversario de la proclamación de la
Concepción Inmaculada de María. En una Universidad pública, en la
Universidad de Barcelona.
¿Y qué sostiene esa concepción sobre la
naturaleza de la madre del Jesús? La creencia generalizada es que
el asunto describe el supuesto embarazo virginal de María. Pero en
realidad se trata de algo diferente. Se trata de que María, no
Jesús, ha sido concebida sin pecado original.
Barceló recordaba algunos elementos de la
larga historia de esta, digamos, doctrina teológico-antropoló
La bula Ineffabilis se publicó ese
mismo 8 de diciembre de 1854. Así, pues, la madre de Dios, desde
el comienzo de su existencia, desde que fue concebida, había sido
preservada del pecado original que afecta a todos los
descendientes de Adán por la carencia de gracia que deberían
poseer al venir a su existencia, carencia de gracia motivada por
haber roto el mandamiento divino de no comer del árbol prohibido.
Es decir, por haberse rebelado contra una prohibición movidos por
el peligroso gusanillo del saber.
La proclamación por dogma de esta concepción
de la naturaleza de la Virgen María era necesaria, bajo
presupuestos internos, ante la probable contradicción de su
característica de Madre del Hijo y su naturaleza humana de
descendiente de Adán y portadora, por tanto, de pecado, de
ausencia de gracia.
Salvada la probable inconsistencia doctrinal
católica por Pío XI, queda acaso apuntar otra de naturaleza muy
distinta: ¿Es consistente que una sociedad regida por una
Constitución no confesional celebre como fiesta ciudadana el día
de la proclamación como dogma de fe, y de su edición en
Ineffabilis, de un asunto estrictamente teológico cuyo
interés, lógico, teológico, tiene aristas estrictamente religiosas
o, si se quiere, de preferencia por la consistencia lógica?
¿Nos podemos imaginar qué se diría si un
Estado socialista celebrase como fiesta ciudadana el día de la
primera edición del primer volumen de El Capital? ¿Nos lo
podemos imaginar? Seguramente no. Pero, por otra parte, teniendo
en cuenta contenidos científicos contrastados, y sin que eso
signifique otorgar cientificidad a todos sus pasos, ¿no habría más
motivos en el caso de El Capital que era, además, según
subtítulo, y no es poco, crítica de la economía política?
+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
1 Danel
C. Dennett, Romper el hechizo. La religión como fenómeno
natural. Katz ediciones, Buenos Aires, 2007, pp.45-46
(traducción de Felipe De Brigard).
2 Es
destacable el uso hegeliano-marxista de la expresión por parte
del filósofo analítico Dennett.
3 Rondó,
si no recuerdo mal, el 40%. Grupos nacionalistas, anarquistas y
de izquierda comunista, por diferentes motivos, fueron algunos
de sus promotores. También, si no ando errado, no se trata de
negarlo, grupos de la extrema derecha española que se movieron
entre el NO y la abstención.
4 Sobre
este punto, cualquiera de los trabajados recogidos en: Santiago
Alba Rico, Capitalismo y nihilismo. Dialéctica del hambre y
la mirada. Akal, Madrid 2007. En mi opinión, uno de los
mejores libros de filosofía publicados en España en estos
últimos años. Si hubiera justicia intelectual, firme candidato
para el Premio Nacional de Ensayo (incluso de Narrativa)
5 Otro
argumento razonable en contra de los efectos culturales de los
pactos de la Moncloa y de la columna vertebral del gran pacto de
la transición: si un individuo con el historial del señor Cuevas
acude sin ninguna vacilación y sin ninguna critica conocida y
extendida al homenaje ciudadano al gran sindicalista, rojo,
entregado, resistente, encarcelado, el compañero Marcelino
Camachado es que, entre todos, algunas cosas hemos hecho
rematadamente mal. ¿Es posible rozar, tocar, alcanzar algún tipo
de hegemonía, tal como quería Antonio Gramsci, con estas
celebraciones en las que todo monte es orégano democrático?
6 Téngase
en cuenta, además, los acuerdos del Concordato cuya legalidad
sin tacha está, no sin razón en discusión permanente.
7 Véase
su “Extremista discreto” en S. López Arnal e I. Vázquez Alvárez
(eds), El legado de un maestro. Papeles de la FIM,
Madrid, 2007.
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