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El Periódico (Editorial) 21 de mayo e 2007
De poco le han servido al Gobierno las rebajas en el temario de la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía, introducidas para ganarse a la Iglesia o al menos evitar que declarara una guerra abierta a esta materia. La cúpula eclesial reclama el boicoteo de la asignatura en base a un supuesto derecho a la objeción de conciencia, y los religiosos dedicados a la enseñanza, si bien han aceptado impartirla, lo harán de acuerdo con su ideario. Un ideario que discrepa de leyes que desarrollan los derechos cívicos de los ciudadanos y responden a una concepción laica de la sociedad. La contradicción y el conflicto estaban cantados.
En ese contexto se han editado los primeros manuales de esta asignatura, de los
que este diario dio cuenta en la edición de ayer. Uno de ellos rechaza de plano
que pueda considerarse matrimonio las uniones entre personas del mismo sexo,
contradiciendo lo que recoge el Código Civil y la letra y el espíritu del
decreto de enseñanzas mínimas del Ministerio de Educación, que establece que
debe hablarse de la familia en el marco de la Constitución, formulación de
compromiso para contentar a los obispos. En los borradores iniciales se hablaba
explícitamente de los distintos tipos de familia posibles e incluso del
matrimonio entre homosexuales.
Ese manual, cuyos clientes potenciales son escuelas confesionales, podría haber
pasado de puntillas sobre el matrimonio homosexual, ignorándolo, pero no parece
aceptable que lo condene, cuando su existencia está reconocida por las leyes.
El aborto, que no figura en el temario aprobado por el ministerio, también es
objeto de censura, igual que la experimentación con embriones. Algo tendrá que
decir la inspección.