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"Desfaciendo" entuertos, falsedades y malignidades

sobre el I concilio Ateo de Toledo

 

Chantal Bribet

Federación Internacional de Ateos (FIdA) 19 de Diciembre de 2007

 

Toda metáfora se compone de un término explícito y de un referente (que es aquello a lo que la figura retórica pretende sustituir en pos, casi siempre, de un fin estético o interpretativo). Parece ser que este mecanismo habitual en la praxis periodística no es "el fuerte" de algunos columnistas que, además de mostrar su ignorancia y su visión corta y zafia del mundo, manifiestan un desconocimiento patente del uso del idioma. La metáfora "el corazón de la bestia" no tiene como referente a la espléndida ciudad de Toledo. "El corazón de la bestia" no alude a ninguna ciudad, alude (y cualquier ser pensante lo percibe a la primera) al fanatismo, a la intolerancia, al abuso económico y mental, al liberticidio, al fundamentalismo, a la barbarie, al totalitarismo, a la hipocresía y a la sinrazón que se esconden impertérritos tras las religiones en general, y tras una religión concreta en particular.

 

Me refiero, en cuestión, a un columnista habitual en el ABC toledano (Alfileritos), quien, en su arenga del día once de diciembre, arremete burdamente contra el recién clausurado I Concilio Ateo de Toledo; y digo "burdamente" sin el más mínimo ánimo de ofender, pero sí con la intención de mostrar el absoluto desconocimiento de la realidad que hace ostensible este ciudadano.

 

Los organizadores y los asistentes a este congreso ateo nunca han pretendido, sino al contrario, ofender ni molestar a la ciudad llamada Imperial, ni a sus habitantes. Han elegido la ciudad de Toledo por ser una ciudad emblemática en la historia de las religiones en España y, a la vez, por haber dado, históricamente, cabida a varias de ellas, a las que los habitantes de la ciudad han tenido que soportar y sufrir durante siglos. Porque las religiones nunca suman, siempre restan. Porque las religiones no enriquecen, sino que empobrecen y someten; nunca ofrecen, sino que engañan y despojan. La ciudadanía toledana posee, por lo tanto, el mérito histórico y morfogenético, de haber sufrido secularmente en carne propia la tiranía religiosa.

Quede, por lo tanto, muy claro que el Concilio Ateo ha querido también homenajear y celebrar la resignación secular del pueblo toledano. Otra cosa muy distinta es que ciertos sectores de la sociedad toledana y su órbita mediática (tanto política como de medios y prensa) hayan pretendido encarecidamente, primero, vetar ilegalmente el Concilio, y, después, distorsionar maliciosamente la realidad de los acontecimientos, para, finalmente, desprestigiar el éxito incuestionable del evento.

 

El que firma la columna, Alfileritos, parece vivir en una España totalitaria que ya no existe. Toledo, que yo sepa, está dentro de España, y la Constitución Española recoge claramente dos derechos universales de los españoles y, por ende, de los toledanos: la libertad de conciencia y la libertad de expresión. Pues bien, parece ser que el mencionado columnista aún no se ha enterado. Y también parece no tener conocimiento de que en Toledo también existen ateos, como existen agnósticos, librepensadores, ciudadanos demócratas y adeptos a otras religiones además de la católica. Y parece no haberse enterado de que estos ciudadanos (que no son minoría) tienen los mismos derechos, los mismos, que los católicos acérrimos. Y parece no haberse enterado de que vivimos en un país en el que la libertad es un derecho inalienable y reconocido constitucionalmente; y parece no haberse enterado de que Toledo no es un anacronismo histórico en la España democrática que nos ampara a todos, y no solo a unos pocos. Y, por último, parece no querer admitir que la mayoría de los toledanos han respetado el Concilio Ateo, y que el Concilio Ateo ha sido todo un ejemplo de respeto a las ideas, de sinceridad y de honestidad ideológica, cultural e intelectual. Y que se ha erigido en un hito a partir del cual muchos ciudadanos y ciudadanas no nos vamos a conformar con las imposiciones retrógradas y antidemocráticas de ningún grupo fanático e inquisidor.

 

Parece estar, el escribiente del ABC, más ocupado en alentar dogmatismos, crispaciones, fanatismos, intolerancias y provincianismos nacional-católicos que en difundir con su columna valores como la tolerancia, la convivencia pacífica, el respeto y la libertad. Es comprensible, si consideramos que Alfileritos sea, quizás, la voz solapada de aquéllos que tiran la piedra y esconden la mano, de aquéllos que pretenden vender la salvación y el amor al prójimo como coartada que esconde la voracidad encubierta del poder y del dominio.

 

Por haber acogido el pueblo de Toledo al Concilio Ateo, se convierte en un referente nuevo de ciudad moderna del siglo XXI que se muestra al mundo, en verdad, como ejemplo de ciudad libre, decente, tolerante y ajena a los voceros totalitarios, muy a pesar de algunos.

 

 

 

 

 

 

 

 

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