¡Blázquez!
¡Pide perdón también a las mujeres!
Juan de
Etxano
Ízaro News
27 de Noviembre de 2007
La Iglesia española ha pretendido pedir
perdón por su actuación política durante la guerra civil y, se
entiende, también por sus acciones y omisiones durante el
franquismo. Le falta pedir perdón a las personas, y sobre todo a
las mujeres, por su machismo ultramontano y vejatorio contra
ellas, víctimas de un clero inmisericorde y sádico.
Este domingo se ha celebrado el Día Internacional contra la
Violencia a las Mujeres, y la Iglesia, como ha venido haciendo a
lo largo de estos últimos veinte siglos, los de su existencia, ha
hecho oídos sordos a su perversa actuación contra este colectivo
que, para ellos, no ha sido más que el origen del pecado original.
Juan está así de agresivo contra la Iglesia. "Contra todo el
colectivo", añade. La mayoría de los curas, fueron auténticos
torturadores de conciencias, actuaciones y revulsivos de los
derechos humanos de toda la humanidad. No sólo para colaborar en
cada momento con el poder terrenal, sino para controlar haciendas,
educación y tener sometidas a quienes podían hacerles sombra, las
mujeres".
"Hombre -dice Samuel-, yo tengo para recordar que en tiempos, para
los curas, que las mujeres utilizaran la bicicleta, montaran a
caballo o fueran sin medias y con los brazos descubiertos era
lascivia, incitación al pecado y una degradación, causa de su
inmediata bajada a los infiernos y, lo que era aún más grave,
causa de que los hombres cayeran en la horripilante
desnaturalización de pecar por tener pensamientos impuros".
Hasta hace unos años, dice José, siempre he estado obsesionado con
la idea del pecado y de ir al infierno por cualquier chorrada que
los curas y mi propia familia, por su educación, hacían de mis
pensamientos, acciones u omisiones. Todo yo era un pecado y me
sentía siempre observado, sin otra personalidad que la que me
dictaba la iglesia y continuamente en trance de acabar en el
cementerio civil. Dejé de creer en la iglesia cuando todos
aquellos curas se casaron, salieron del armario o abandonaron sus
filípicas dominicales, y desde entonces vivo mucho más tranquilo.
Imagino que lo mismo les pasará a las mujeres, que lo debieron
pasar mucho peor.
La Iglesia ha sido desde siempre una institución tan retrógrada y
odiosa, como lo es ahora en el caso del uso del preservativo o del
aborto, que monseñor Tihamer Tóth, en el best seller eclesial de
la época franquista decía: "En muchos casos la pecadora ni
siquiera era consciente al principio. Quizá al montar a caballo,
al subir en bicicleta, sintió la muchacha por primera vez un
extremo placer y se creyó que era cuestión de juego. después no
pudo vencer el triste hábito ya inveterado".
Y a estos curas y obispos nunca les faltaron colaboradores
intolerantes, como es el caso del médico Harod Shryock quien en su
libro "Haciéndote mujer" (1957) biblia sexual de las féminas de la
época dice: "Existe un factor anatómico que ocasiona a veces
irritación en el clítoris e incita a que la joven lo toque más de
lo debido....Con frecuencia, el remedio para esta situación
consiste en una operación quirúrgica muy sencilla llamada
circuncisión. esta operación no ofrece peligro y es muy preferible
a dejar continuar un estado de irritación"
¿Se ha pronunciado alguna vez la Iglesia o el mismísimo Benedicto
XVI sobre la tradición de la ablación existente en algunas tribus
africanas?
juandeetxano@izaronews.com
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