Rajoy, el tramposo. ¿Podrá Sánchez dar un giro a la izquierda? Imprimir
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Javier Fisac Seco / UCR   
Sábado, 06 de Febrero de 2016 00:00

Rajoy necesitaba tiempo para vendernos la “miseria” como un éxito de su política y la moral cristiana, rancia, puritana, sacrificada y asexuada, como el verdadero sistema de valores contra las libertades individuales. Necesita tiempo para: salvar el PP del naufragio de la corrupción. Evitar la lucha interna que tendría la misma consecuencia que la desintegración de UCD; salvar las políticas neoliberales, impuestas por la troika; proteger los intereses de la Iglesia católica; imponer la cultural de la miseria; imponer los tratados de librecambio; mantener España en la primera línea de combate frente al yihadismo.

 

La realidad social y económica sigue en evidencia sus miserias y su debilidad política y social. La corrupción está carcomiendo los fundamentos del P.P. Estaba trampeando con el vacío legal para salirse con la suya. El movimiento de Sánchez lo ha dejado descolocado. Rajoy ha perdido la iniciativa, pero le queda el Senado como instrumento del Poder, que puede utilizar desde la oposición contra el gobierno, tratando de hacer ingobernable el país.

Ahora la iniciativa la ha tomado Sánchez. La iniciativa política e ideológica porque nos ha lanzado un órdago, proclamando a todo pulmón, quiero: … “un Gobierno de cambio, progresista y reformista”. “Todos los españoles deben tener cabida en el cambio”... El cambio será de todos los ciudadanos o no será”, remarcó. Una iniciativa ilusionante que contiene una estructura surrealista de ambigüedad. Se dirige a todos. Derechas e izquierdas. La cuestión es si se puede ser progresista y de derechas; reformista y de progreso. Porque para cambiar no es necesario ser progresista. Basta con ser reformista. Tal vez la clave esté en saber qué entiende por “progresista”. La socialdemocracia siempre la ha confundido con reformismo.

Necesita tiempo. ¿Está mareando la perdiz? El tiempo que necesitaba Rajoy se ha vuelto, ahora a favor de Sánchez. Necesita tiempo para que las bases apoyen su propuesta y salir fortalecido frente a y contra la vieja guardia de los saurios del posfranquismo clerical, Felipe, Guerra, Bono, Corcuera, el impresentable… a los que se ha unido Susana Díaz, dulcemente apoyada por la derecha ilustrada de “Ciudadanos”.

Necesita tiempo para consolidar su candidatura en un nuevo Congreso del PSOE, e impulsar la reforma interna del socialismo y con esa renovación enfrentar las nuevas elecciones. Que acabarán siendo la única salida. ¿Acaso tiene otra salida? Es una ilusión pensar que la tiene, siendo él el candidato del PSOE. Por su derecha no quiere. Tampoco quiere Rajoy que insiste en ser él el candidato, cuando sigue siendo el obstáculo. Con Ciudadanos no puede. Serían una isla rodeada de enemigos. Con Podemos y las fuerzas políticas periféricos al Poder caería en la red de los progresistas.

Siempre que él siga siendo secretario y candidato del PSOE, otro candidato desbloquearía la situación, lo mismo que en el PP, en este laberíntico sistema cuya salida no es que sea imposible es que no existe, la estrategia de Sánchez sólo se entiende o porque está ganado tiempo para dilatar su propia agonía o porque quiere radicalizar la socialdemocracia. Algo ideológicamente imposible. Las próximas elecciones serán inevitables, pero tampoco crearán un nuevo panorama político. Volveríamos a empezar. A no ser que Rajoy y Sánchez sean sustituidos.

Nos veremos ante la única situación de dar una respuesta: movilización de masas en defensa de los intereses públicos y sociales, de las libertades morales contra el pensamiento católico reaccionario y contra el bipartidismo como forma de dominación.