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Nuestra Memoria - Semblanzas / Biografías

Gabriel Cardona, en su casa de Barcelona en 2003.- JORDI ROVIRALTAGabriel Cardona, historiador y fundador de la UMD

Ángel Viñas / El País

 

Un accidente absurdo, acaecido el 31 de diciembre, costó la vida ayer al profesor Gabriel Cardona. Con él los contemporaneístas españoles nos hemos visto privados del historiador militar por referencia. No tengo palabras para expresar adecuadamente el sentido de pérdida que ello significa.

 

Gabriel Cardona (Es Castell, Menorca, 1938) empezó siendo militar. Se educó en el franquismo y el Ejército que conoció fue el del franquismo. Como tantos otros. Lo que le diferenció pronto es que, cuando era un joven capitán, fue uno de los fundadores de la UMD. También le diferenció el que, tras el 23-F, solicitara la baja en el Ejército.Para entonces había cursado la licenciatura de Historia en la Universidad de Barcelona, en donde se doctoró y enseñó durante 30 años. Irrumpió brillantemente en el panorama historiográfico con un libro, El poder militar en España hasta la Guerra Civil, que inmediatamente dejó obsoletos muchos otros ensayos.

 

¿Qué hace un militar que, por pundonor, abandona la carrera de las armas? Poner a buen uso sus conocimientos. Al servicio del interés público, Gabriel Cardona compatibilizó la enseñanza universitaria con el desempeño del puesto de jefe de Policía Municipal de Badalona. Y escribió y publicó mucho.

Coincidimos en la aventura de Historia 16. Cimentamos nuestra amistad en la gran producción de TVE sobre España en guerra. Durante varios años, una o dos veces al mes, nos reuníamos en el edificio del No-Do en Madrid para redactar, junto con otros colegas de diversas orientaciones metodológicas e ideológicas, el texto consensuado de lo que debía ser, en nuestra opinión, la referencia de la Guerra de España en su L aniversario. El texto, a partir del cual el realizador Pascual Cervera seleccionó las imágenes (un procedimiento totalmente heterodoxo), nunca se ha publicado. Una lástima. Bajo la batuta de Manuel Tuñón de Lara participamos, con Aróstegui y Bricall, en otro libro de referencia.

Gabriel Cardona continuó en la brecha y desarrolló una interpretación de la historia militar de la Guerra Civil que era anatema para las versiones ortodoxas franquistas. Tampoco convenció a algún que otro aficionado. Era demasiado seria, demasiado técnica, demasiado poco proclive a los sentimentalismos baratos. Pero, bajo la cobertura de un lenguaje sencillo y transparente, realizó una labor profesional de altísima calidad. Fue de los primeros en argumentar que Franco había hecho una guerra cortada a la medida de sus necesidades políticas, con independencia del sufrimiento que causara no solo al adversario sino a sus propios y engañados seguidores.

De la Guerra Civil Gabriel Cardona pasó al análisis del papel del Ejército durante la dictadura, orgulloso de una victoria fácil contra la anti-España pero incapacitado para pensar patrióticamente (Franco y sus generales; La manicura del tigre; El gigante descalzo). Condenado a la indigencia material y técnica, aunque cubierto de honores baratos, Cardona desmenuzó su mezcla de incompetencia, las luchas internas y las falacias ideológicas. Su revisión culminará en lo que, desgraciadamente, se ha convertido en su obra póstuma. Recibió los primeros ejemplares a pocos días del accidente. Las torres del honor es un análisis de la dinámica que condujo al 23-F. Le costó años de trabajo y no pocos sinsabores. Se prometía mucho de ella. Dentro de poco Historia y Vida publicará también la recopilación de vivencias que hizo sobre tal fecha. Pensó que desbarataría una buena porción de las interesadas interpretaciones acumuladas y que con ello rendía un homenaje, el mejor que podría hacer el historiador, a unas nuevas Fuerzas Armadas que se han convertido en las mejores que nunca haya tenido España.

Gabriel Cardona escribió sobre batallas (el Ebro), linajes militares (los Milans del Bosch), la política de quien terminó de hundir el sistema de la Restauración (Alfonso XIII, el rey de espadas), la biografía novelada (Franco no estudió en West Point) y hasta los sórdidos aspectos del franquismo contra los cuales los chistes eran una primera línea de defensa (Cuando nos reíamos de miedo). Profesor en Barcelona de las universidades de California e Illinois, era un conferenciante extraordinario, se dirigiese a estudiantes, auditorios de cultura general o especialistas. Su amenidad, gracejo y bondad prendían en la mente y en el corazón de todos. Fue generoso con su tiempo y con su sabiduría. Un gran colega, un gran profesor, un gran soldado y un gran patriota nos ha dejado. Su recuerdo perdurará

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Ángel Viñas es historiador y catedrático de la Universidad Complutense de Madrid.