Por El Rey ya está bien. Se ha librado de que le planten un pino en la barriga. Cuando le han dado el alta médica allí estaban los reporteros para dar fe de ello, aunque lo más importante de la noticia es las muletas en las que se apoya. Muletas Fórmula-1, que a buen seguro le han llevado sin rellenar ningún impreso y que no tendrá que devolver como suele ser costumbre con pacientes reales, pero no pertenecientes a la realeza y que cumplen con sus cotizaciones y hasta soportan largas listas de espera.

Estas muletas Fórmula-1, nos demuestran que, pese a su reducido coste de 59,99 € , no todos somos iguales pese a ese librito llamado Constitución. Las prestaciones que anuncia la empresa distribuidora son de lo más curiosas y entre ellas sobresale el disponer de bocina; luces, con interruptores para caminar por la noche y amortiguadores para rodillas y manos; así como soportes ergonómicos; apoyamanos acolchados; soportes de descanso; correas de sujeción y adaptabilidad a la altura del paciente. Todo ello con tecnología punta, nada menos que estadounidense, y que además de lo indicado, ayudan a mantener el equilibrio y evitar la bursitis de los hombros. A mi entender les falta aire acondicionado, hilo musical y sobre todo un par de airbags por si te la pegas y te partes la corona.

Desde luego que el modelito se ha agotado y la empresa que las distribuye se debe estar frotando las manos. Solo falta que le añadan unas pegatinas con una marca comercial que las promocione. No quiero decir nada de la comparación con las muletas que se ven por nuestras calles, con sonido chirriante incorporado; o en ambulatorios; centros de salud o de rehabilitación. Ante la duda de cómo se han pagado y lo rápido que le han asignado el nuevo modelito, no cabe sino aumentar un granito más de indignación, aunque ya pensará más de uno que el rey se lo merece. Y también la abuelita que lleva años y años con las mismas, y además tiene que reponer ella misma los tacos de goma, para que no se parta la crisma.

Seguro que el Rey desconoce eso de las listas de espera y además no le han aplazado la consulta u operación, como ocurre a menudo, dejándote un mensaje en el contestador. Su rehabilitación será de lujo, similar a la de un deportista profesional, pagada por los súbditos, nosotros. Ya me gustaría que conociese los centros de rehabilitación por los que pasamos los pacientes reales, que no reyes, y para que te llamen a ellos puedes esperar un largo tiempo y luego las sesiones son a todo correr y señaladas con cuentagotas.

Cuando la gente está cabreada, nuestros políticos andan metidos en pactos y componendas para asegurarse un silloncito durante cuatro años, los jóvenes, y los no tanto, indignados; soportando recortes y recortes, con alargue de la vida laboral, entre otras menudencias, pues tenemos estos detalles que no tienen nada de gracia.

Me pregunto que si el rey terminase en silla de ruedas, como su madre, qué prestaciones tendría la montura, por si acaso que los ingenieros de Ferrari, MacLaren y Red-Bull se pongan a diseñar el prototipo y que fabriquen muchas unidades que tan pronto como se acomode el real culo en ella se agotarán las existencias.