Amigos, conciudadanos españoles:

España se encuentra en estos momentos al borde de la autodestrucción pura y dura. Como nunca lo estuvo a lo largo de su ya dilatada historia.

Arruinada, desprestigiada, despreciada, envilecida, socialmente deprimida, sin rumbo fijo, en el ojo del huracán de una crisis que amenaza su propia supervivencia como Estado moderno, desarrollado, demócrata y europeo y a punto de padecer una explosión política interna que acabará sin duda con su existencia, se debate a día de hoy, dentro de un régimen caduco y corrupto que no sabe o no puede sacarla del atolladero, entre la obsoleta monarquía de raíces franquistas que todavía ocupa la Jefatura del Estado representada por un rey indigno y corrupto.

Comunicado de los huelguistas

Físicamente estamos bien. El control de los médicos es riguroso: la acetona, el índice de glucosa en la sangre, la presión, el volumen de agua ingerido y desalojado, el peso (hemos perdido entre 3 y 4 kilos)…

La cabeza es la que más molestias nos da: no son mareos, propiamente dichos, es como un sí es no, un vaivén que te desorienta un poco. El otro día nos hicieron reiki y, la verdad, fue mano de santo.

El día 14 de noviembre los trabajadores y trabajadoras madrileños iremos a la huelga. Iremos porque vemos como se degrada nuestra educación, nuestra sanidad, vemos como aumenta el número de parados y los contratos de trabajo sin derechos ni garantías. Iremos porque la reforma laboral, los recortes en gasto público y social, los rescates a los bancos con dinero público que a pesar de ello siguen manteniendo cerrado el crédito a familias y pequeños empresarios, la oleada de desahucios, el anteponer la reducción del déficit público a los derechos de los ciudadanos y ciudadanas, la bestial subida del IVA que restringe aun más el consumo…, es , lo que los poderosos nos están imponiendo a la mayoría social de este país, y esta mayoría social tiene que responder rechazando estas medidas que ponen en peligro nuestros derechos y nos condenan a una existencia en precario.

España vive uno de los momentos más difíciles de su reciente democracia: Desempleo, tensión social y falta de crédito.

Hablar claro es llamar las cosas por su nombre y el federalismo es el camino. España necesita reformas para volver a tener credibilidad. Un nuevo modelo, España Republicana federal y laica.