Pedimos a la Presidenta y a la Consejera de la Comunidad de Madrid que se retracten de sus insultos y mentiras PDF Imprimir E-mail
Servicios Públicos - Enseñanza Pública
Escrito por Carta de Docentes públicos de Madrid   
Miércoles, 07 de Septiembre de 2011 00:00

Menos recortes, más enseñanza Pública La Presidenta y la Consejera de Educación de la CM están llevando a cabo una brutal campaña difamatoria contra los profesores de la educación pública.

 

Esperanza Aguirre (Presidenta de la CM) y Lucía Figar (Consejera de Educación) han puesto en marcha, con unos recortes salvajes de plantilla y recursos, el desmantelamiento de la Educación Pública madrileña. Quieren camuflar esos recortes tras el manido pretexto de la crisis, pero no es cierto. Y prueba de ello es que los 80 millones que dicen van a conseguir ahorrar con estos recortes son algo menos que los 90 millones con los que van a premiar a las familias ricas en desgravaciones para colegios privados. El recorte se produce en la pública y se lo regalan a la privada. Ese es el ahorro.

 

No es un problema económico sino puramente ideológico. Quieren aniquilar la Educación Pública convirtiéndola en una opción residual y marginal, creando auténticos ghettos educativos. La razón es sencilla: la educación concertada y privada está en manos de las grandes fortunas de nuestro país y de la Iglesia; y la Educación (el pastel entero) es objeto de deseo de esos mercados. Además de lo sugerente que resulta para el Neoliberalismo que gobierna en Madrid la idea de adoctrinar a las nuevas generaciones en los ideales conservadores que representa su política.

Sin embargo, ni Esperanza Aguirre ni Lucía Figar imaginaban que se iban a encontrar con la resistencia cada vez mayor del colectivo docente, dispuesto y unido como hacía décadas que no estaba a defender no solo su trabajo, sino a la propia Educación Pública como sistema libre de enseñanza.

Ante esta resistencia, el contraataque de la Consejera y la Presidenta está siendo obsceno: difamar e insultar a sus propios docentes, al servicio público de profesores. Están repitiendo hasta la saciedad una mentira con la intención de que acabe calando en la sociedad y se convierta en una sucia verdad. "Los profesores solo trabajan 18 horas y les hemos pedido el esfuerzo de trabajar 20. Aún así, serían muchas menos horas de las que trabaja casi todo el mundo". Eso es una falacia.

Los profesores trabajamos 37.5 horas, como todos los funcionarios. 18 de esas horas las realizamos directamente en al aula (son lectivas) y las otras 19.5 las dedicamos a otras muchas tareas: guardias, recreos, bibliotecas, reuniones con el equipo de orientación, tutorías individualizadas, tutorías colectivas, tutorías con padres, reuniones de tutores, reuniones de departamentos, claustros, juntas de evaluación, actividades extraescolares, preparación de materiales, de textos, de exámenes, corrección de ejercicios, de trabajos... Pero, además de eso, cada hora lectiva requiere un proceso previo de preparación que, junto con la corrección y evaluación, los profesores también empleamos y necesitamos; y lo hacemos normalmente en casa, fuera de nuestro horario. No conozco a ningún profesor que, además de esas 37.5 horas que marca la normativa vigente, no le dedique al menos otra docena de horas a la semana en su domicilio o en el propio centro. Sin contar las horas que nos puede llevar cualquier actividad cultural adicional que realicemos con nuestros alumnos.

Por lo tanto, y ante esa difamación constante con respecto a nuestro trabajo y nuestro horario, EXIGIMOS a la Presidenta y a la Consejera de la CM que se RETRACTEN públicamente. Son varios los foros en los que está surgiendo, incluso, la duda razonable de si esa difamación constituye un delito por injurias y atentado al honor. Hasta la propia Ley de Autoridad del Profesorado entendemos que nos protege en este sentido.

No aceptamos este juego sucio. Lo único que exigimos es respeto. Nuestras reivindicaciones no tienen nada que ver en absoluto con el aumento de horas lectivas. Todos aceptamos ese aumento (siempre que se realice dentro de los cauces legales, por supuesto). El problema es que la Consejería está utilizando ese aumento de horas lectivas (que, al fin y a la postre, son las que marcan el número de cupos y profesores) para eliminar un 15-18% de la plantilla. Más de 3000 compañeros (unidos a los 2500 del año pasado) dejarán las aulas este curso. Pero no solo son reducciones de plantilla, también muchos recursos (diezmados por los recortes de los dos últimos años) van a ser gravemente suprimidos. Con las Instrucciones enviadas por la Consejería a los centros, apenas se podrán atender las guardias, ni las tutorías, ni habrá desdobles, ni refuerzos en diversas materias donde son absolutamente necesarios. Los ratios estarán al máximo y los profesores, para poder cuadrar sus horarios, tendrán que impartir asignaturas no afines. La atención a la diversidad y los recursos para alumnos con necesidades especiales serán, una vez más, los grandes perjudicados: apenas hay ya Compensatoria, ni aulas de enlace y cada vez se dotan de menos especialistas Orientadores a los centros.

Éste es el verdadero problema. Y no la falacia de que los profesores se niegan a trabajar 2 horas lectivas más porque solo quieren trabajar 18 horas a la semana. Nos gusta nuestro trabajo y estamos dispuestos a hacer esfuerzos, por supuesto que sí. Pero no a costa de 5500 compañeros y de renunciar a una enseñanza de calidad. Ni nosotros ni nuestros alumnos merecemos esto.

Al firmar la petición estarás enviando esta carta

Destinatario: PRESIDENTA DE LA COMUNIDAD DE MADRID Y CONSEJERA DE EDUCACIÓN

Doña Esperanza Aguirre y Doña Lucía Figar:

Como ciudadano, me siento ofendido por el trato que están recibiendo de su parte los profesores de la Educación Pública madrileña acerca de su trabajo. Considero que los comentarios vertidos por ustedes al respecto son claramente injustos e infundados. Estoy convencido de que ustedes conocen perfectamente la realidad del horario de dichos profesores y, por tanto, esas desafortunadas y constantes declaraciones entiendo que son una herramienta manipuladora para poner a la sociedad y a los medios de comunicación en contra de estos trabajadores públicos.

Nadie en su sano juicio piensa que un bombero, por ejemplo, solo trabaja las horas que está apagando un fuego; o que un cirujano únicamente trabaja las horas que está operando. Como tampoco nadie piensa que un político trabaja exclusivamente las horas que está dando un mitin.

Les pido, por tanto, que se retracten en sus calificativos a los profesores públicos, pues atentan claramente contra su profesionalidad por algo que es absolutamente incierto.

Atentamente,

Puedes firmar esta carta en Actuable: