Crecí oyendo decir que abstenerse de votar en las elecciones solo beneficiaba a la derecha, que era regalarles el voto, que no era una postura responsable. Que una buena ciudadana no debe abstenerse. Lo decía, sobre todo, la gente del PSOE y sus afines. En realidad, querían decir que, si eras de izquierdas y no encontrabas alternativa a tu voto, porque ninguna candidatura te convencía, era mejor votar a una pseudoizquierda como la suya (es decir, lo que empezó siendo socialdemocracia y acabó siendo Tercera Vía).