La opípara vida de Javier Arenas como síntoma Imprimir
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Rosa María Artal   
Martes, 02 de Julio de 2013 03:59

Un típico político de partido. Un típico político del Partido Popular. Diversos cargos de relevancia en el aparato y sonoro fracaso en las urnas en las que fue derrotado hasta cuatro veces en su intento de ser presidente de la Junta de Andalucía. Eldiario.es revela  –expurgando papeles oficiales- que Javier Arenas ha vivido como un sultán a cargo del erario público. Recordemos que –amén de esos dudosos donativos que se investigan- el presupuesto del PP procede en un 90% de subvenciones públicas.

 

Arenas pasó largas temporadas –confirmadas- alojándose en el carísimo Hotel Palace de Madrid. Recibiendo del partido un total de 260.000 pesetas mensuales (1,562,63 euros) para sufragar sus gastos de alojamiento. Le gusta la buena mesa –y soy incluso testigo de ello-. Y ha llegado a gastarse 2.000 euros en un solo día comiendo exquisiteces. Eldiario.es habla de “una factura en el restaurante del Hotel Ritz atribuida a Arenas con las siglas “J AR” de 165.839 pesetas (997 euros). Ese mismo día, las cuentas del PP le atribuyen otros dos pagos en restaurantes: 155.175 pesetas (932 euros) en el restaurante Errota Zar y 20.720 pesetas (124 euros) en el restaurante Balzac.


Las facturas que se atribuyen a comidas de Javier Arenas ascienden a miles de euros y muchas de ellas pagadas en restaurantes de lujo: Zalacain, Lhardy, Solchaga, Jockey, etc. Otro ejemplo nos sitúa en abril de 2001. El día 26 de aquel mes, Arenas utilizó los fondos del PP para costearse una comida en Zalacaín por importe de 126.121 pesetas (758 euros)”.


Estoy disfrutando de unos poquísimos días de vacaciones. Escribiendo frente al mar como tantas veces he soñado. Esos son mis lujos. Y precisamente estaba comenzando a leer “España partida en dos” de Julián Casanova. Viendo la gran lucha entre el avance y la regresión que experimentó España en los 30 años anteriores al golpe de Estado de Franco. Iba ganando el desarrollo, aunque fuera a trompicones. Se había reducido el analfabetismo del 60 al 35% y había aumentado la esperanza de vida, que tanto tiene que ver con la educación y la cultura. Los precedentes de esta casta que nos gobierna –con la inestimable ayuda del Borbón Alfonso XIII- fueron poniendo zancadillas hasta el hachazo final que hoy aún pagamos.


Ni el mar me hace olvidar que España ha registrado el terrible dato de un aumento de la mortalidad récord durante el año de gloria del PP, 2012. Con las mayores cifras en una década. Que, aunque sólo dos décimas pero que marcan tendencia, también ha disminuido la esperanza de vida. Los repagos y mermas no son inocuos.


Pienso en los niños españoles que están pasando hambre. E imagino a Javier Arenas y tantos otros comiendo angulas y bogavantes a dos carrillos. Ya tienen la España que querían. Ante el silencio cómplice de millones de idiotas. Madera de siervos que sustenta a tanto sinvergüenza, sin un ápice de escrúpulos para obrar en su provecho a costa del bienestar e incluso la vida de otras personas.

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Fuente: El Periscopio