Es el capitalismo, idiotas PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Lucas León Simón   
Lunes, 20 de Agosto de 2012 00:00
Es el capitalimo idiotasCae plomo derretido sobre el Valle del Guadalquivir. El aire, adensado, se hace irrespirable por momentos. Se aprovecha cualquier mínima brisa nocturna para estar al aire libre. La conversación se hace fácil. Casi como un bálsamo frente al rigor del estío.

Tomo una cerveza en un velador callejero. Un conocido, saca como tema de conversación mis escritos en este blog. Me da una larga opinión.

Dice que están bien pero con un problema de fondo. Son utópicos y fuera de la realidad. Según él, los momentos actuales son de “liquidación del estado de bienestar”. Este, “irreal estado”, se creó como un contrapeso al desarrollo de los sistemas comunistas. Las socialdemocracias hicieron una serie de concesiones sociales para frenar el auge del socialismo real.

Una vez, -según él- caído y fracasado el modelo, el liberalismo económico se impone y se vuelve al darwinismo social que caracterizó la primera revolución industrial. Los estados “se adelgazan”, extirpan o reducen las dependencias y necesidades sociales de los ciudadanos y se vuelven a la pura subsistencia de los mejor dotados. Si alguien quiere tener una pensión cuando se jubile que se la pague. Igual con la Sanidad, la Cultura o la Educación. El estado sólo debe atender lo mínimo, lo justo para que la gente no se muera por la calle o no sea analfabeta del todo.

Según mi interlocutor esto es lo “moderno” y hacía lo que se encaminan, en globalización, las economías del planeta. Dice, que a los progresistas nos puede gustar más o menos, que podemos patalear, manifestarnos o ponernos en huelga. Pero que esto es lo que hay.
Se pone agorero y dice que en el caso, cada vez mas probable, de una intervención global de la economía española, que nos despidamos de la pensiones de orfandad y viudedad, que las pensiones por jubilación se reducirían por encima de su tercera parte, lejos cualquier atisbo de ayuda a dependientes, parados o enfermos y de cualquier vinculación mínimamente fija de los contratos de trabajo. Pura “modernidad”

El verano se hace más agobiante. Estoy ante un representante, amable circunstancialmente, del abyecto caudal de ideas que nos mal gobiernan. No acierto a valorar la verosimilitud de sus análisis, pero si fuera cierto, ya estamos perdiendo el tiempo. Hay que reventar las calles, los parlamentos, senados y ministerios.

La fuerza que quiere desintegrarnos es, básicamente, la más perniciosa forma de terrorismo conocido hasta la fecha, ni siquiera llevan capucha, porque a sus ejecutores casi nunca se les ve. Les llaman mercados, primas de riesgo, partidos populares o “tea party”.
La ambigüedad, lo comodidad o el silencio pueden resultar sus cómplices. Tal vez nos esté esperando una larga, tenaz y contundente resistencia. Cada uno de nosotros una respuesta. O barricada.

Es el capitalismo, idiotas. O ellos o nosotros.