El corruptócrata lenguaraz Imprimir
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Arturo del Val / UCR   
Martes, 16 de Noviembre de 2010 18:59

Zapater lenguaraz Tenemos muy conocida la caradurísima del compañero Rodríguez, secretario generalísimo del partido que usurpa el nombre de Socialista Obrero. Sin embargo, es preciso admitir que esta vez se ha superado a sí mismo. Se le ha ocurrido participar en un mitin, para descalabrar del todo a su partido, ante las elecciones catalanas del próximo día 28, y en Viladecans ha tenido el desparpajo lenguaraz de preguntarse: “Pero, ¿qué quiere Rajoy? ¿Qué quiere Durán? ¿Qué hagamos las leyes que quiere el papa? No: hagamos las leyes que quiere [sic] el Parlamento y los ciudadanos de este país.” No conoce la gramática castellana, no sabe conjugar los verbos. Claro que peor es su ignorancia en cuestiones económicas, pese a las dos lecciones que le impartió el compañero Sevilla. Duro de  mollera que es el compañero secretario. Lo malo es que los golpes nos los llevamos los vasallos.   

 Es increíble que se atreva a decir que legisla a gusto de los ciudadanos, cuando el 29 de setiembre, hace solamente mes y medio, los ciudadanos secundamos mayoritariamente una huelga general de veinticuatro horas, para protestar contra la perversa Ley 35/2010, de 17 de setiembre, de medidas urgentes para la reforma del mercado de trabajo. Los ciudadanos rechazamos de plano el contenido total de esa ley elaborada por su Gobierno de sociapillos y sociatontas, enemigos de los trabajadores españoles, aunque devotos del apóstol Santiago, eso sí.

   Puede que no hagan las leyes que quiere el papa, pero lo indudable es que no hacen las leyes que no quiere el papa. Un ejemplo: el pasado 15 de marzo el ministro de Educación, fray Ángel Gabilondo de Nuestra Señora del Buen Consejo, presentó los planes sobre reforma de la enseñanza al nuncio del presunto Estado Vaticano, Renzo Fratini, para que diera el nihil obstat antes de llevarlos al Consejo. Otro más reciente: el mismo compañero Rodríguez acaba de anunciar, tras recibir las bendiciones de fray Bono de Nuestra Señora del Buen Congreso, que no se aprobará la reforma de la Ley Orgánica de Libertad Religiosa, cuyo proyecto anunció urbi et orbi el ministro de Justicia, fray Francisco Caamaño de la Virgen del Pilar, en junio del año pasado.

   Lo más vergonzoso es que los vasallos de su majestad católica seguimos manteniendo a la Iglesia romana, a pesar de la condena del Parlamento Europeo, porque el compañero Rodríguez no se atreve a hacer una ley que disguste a nuestros obispos trabucaires y al dictador del Vaticano. Seis mil millones de euros anuales nos cuesta esa cobardía. Y hay cuatro millones y medio de desempleados en el reino.

   Mientras siga desgobernando esta corruptocracia sociata, es comprensible que muchos ciudadanos anuncien que votarán a Belén Esteban, como candidata a la  presidencia del Gobierno. Por eso se han apresurado a prohibir a Telecinco que vuelva a emitir el programa burlesco en que se parodia a los políticos. Da igual: ellos se parodian a sí mismos, y el que mejor lo hace es el compañero Rodríguez. Su papel de estrella invitada en Catalunya hundirá al partido, aunque el papanazi Ratzinger le concedió indulgencias en su reciente visita. A nosotros sólo nos conceden las hostias.