Esperanza Aguirre insulta a Cuba Imprimir
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Arturo del Villar /UCR   
Jueves, 13 de Octubre de 2011 04:05

Esperanza Aguirre Esperanza Aguirre, condesa de Murillo, es por ello grande de España, pero minúscula de mente, enana de inteligencia, raquítica de criterio, liliputiense de conocimientos, y microscópica de sentido político. Al presidir la Comunidad Autónoma de Madrid le corresponde la representación ordinaria del Estado en ella, según el artículo 152:1 de la vigente Constitución. Ese carácter debiera obligarle a controlar su lengua de triple filo, pero cada día demuestra que es una deslenguada, verdaderamente ordinaria, sin condiciones para desempeñar ese cargo.

 

   Tiene contra ella a los funcionarios de la Comunidad en bloque, pero de manera especial ahora mismo a los docentes, secundados por los padres y los estudiantes, a quienes insulta con descaro. Le han promovido huelgas todos los dependientes de la Comunidad, cosa que le tiene sin cuidado, y así lo afirma con insolente chulería.

   Entre sus fijaciones se encuentra la República de Cuba, a la que ataca a cada oportunidad, unas oportunidades que se busca a destiempo. El día 10 acudió a un parque madrileño, para inaugurar una campaña del llamado Observatorio Cubano de Derechos Humanos, organizado por la amplia gusanera madrileña, así como iniciar un libro de firmas para solicitar la libertad de los presos en la isla.

   Pronunció un discurso babeante, en el que utilizó como palabras recurrentes dictadura, tiranía, totalitarismo, presos políticos, cárceles, y sobre todo comunismo, su obsesión. Pero en la República de Cuba no hay ningún preso político, a diferencia de lo que sucede en el reino de España, en donde hay muchos, principalmente vascos, encarcelados por defender unas ideas, algunos en huelga de hambre.

   Se metió en una simulación de celda montada en el parque, según dicen los promotores, a semejanza de la cárcel de Canaleta, en la localidad de Ciego de Ávila, en la isla de la libertad. Lástima que no se acordara de la mazmorra en la que pena Arnaldo Otegi la defensa de sus ideales políticos nacionalistas.

   En el acto se anunció que el Ayuntamiento de Madrid, presidido para desgracia de los madrileños por Alberto Ruiz Gallardón, el acumulador de una deuda de siete mil millones de euros en la capital del reino, ha acordado dar el nombre del delincuente cubano Orlando Zapata a un parque público. Ambos políticos pertenecen al partido llamado Popular, en el que ocupan el ala más ultraconservadora, que ya es decir.

   Madrid contiene una gusanera muy activa, centrada en la Fundación Hispano Cubana, con sede en la calle de Orfila, subvencionada por la CIA para atacar a la Revolución Cubana. Allí se edita la Revista Hispano Cubana, de la que acaba de aparecer el número 40, con sus habituales exabruptos antirrevolucionarios. Su complemento directo es el Centro Cubano, en la calle de Claudio Coello, en donde los gusanos han crecido hasta convertirse en víboras.

   Los sucesivos gobiernos del reino de España toleran estas actividades contra un país soberano, independiente y amigo. Seguro que la absurda ministra de Asuntos Exteriores que padecemos no llama al orden a la lenguaraz presidenta madrileña.