Zapatero, el último tongo PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Yo me tiro al monte   
Lunes, 29 de Agosto de 2011 00:00
PP-PSOECiertamente, no hubo un presidente que pasara más escondido para su electorado y el resto de la población que Zapatiesto y su embobamiento en estos últimos meses de agónica legislatura. No sabemos si se oculta bajo la cama, agarrado a un peluche, ni si está en la Moncloa o en León, echándole un ojo a su chalet de un millón de euros, o en Berlín, poniéndole las uvas a Merkel en la comisura de los labios con la esperanza de que muerda alguna y deje de azotarle.

Este dirigente en funciones ha vuelto a ceder, nos dicen los medios, ante ese poder que llaman mercados. Quizá sea por un complejo que viene de 2007, cuando debido a su miopía política reclamaba sanciones para Alemania y otros países por no cumplir con las reglas del juego. También es posible que haya sido asesorado por buena parte de su facción, la falsa oposición en bloque, los asesores de prensa y algún miembro de su familia, al estilo In the loop, aquella película que nos sumergía en la inutilidad de los dirigentes y su universo, una dimensión paralela a la del resto de los mortales.



"Mercados malos". Hay que cargarse todos los servicios públicos deficitarios, empezando como siempre por educación y sanidad. Al primero ya le aplicaron, por este orden: congelación de salarios, bajadas, aumento de horas, de ratio por aula y embudo en las oposiciones. Y al segundo el repago, el impago a suministros de material, a farmacias y el candado en agosto.

Para el futuro, con esto del artículo 135 la extinción de estos y otros servicios básicos pasará a ser por Ley (orgánica). Basta con echar un ojo a EEUU, el Estado financiero por excelencia: en el mismo año que Zapatiesto lanzaba sus pildorazos de inútil al eje París- Berlín, había 27 millones de norteamericanos que dependían de los cupones de comida. Hoy ya son 43 millones. O sea, que para 2014 podríamos calcular que el número de pobres en la patria de los Bush se habrá duplicado.

Pero esto no es malo, porque en realidad supone un gran control del déficit, dado que los encargados de repartir aquellos cupones son los bancos. J. P. Morgan, concretamente, acapara el negocio de la pobreza en USA, y es la entidad que con más alegría se dedica a imprimir esos papelitos por los que uno recibe un delicioso cuenco de arroz a cambio...

El caso es que todo eso a Zapatiesto le da igual, porque ya no está en ninguna parte. Rubalcaba nos enseña las ojeras y sonríe todo lo que puede en las ruedas de prensa, se reúne con la Santamaría, convoca a los representantes del PSOE en los consistorios y torea con gran habilidad entre directas, indirectas y declaraciones de otros militantes de su partido no avisadas al aparato central.

Así, Rajoy se limita a seguir diciendo lo mismo que estos últimos años: "irresponsables, esto ya lo decía yo, no hay Gobierno ni nada, esto es un infierno". Entonces, lo mismo se pone un delantal que una bata, y se va a Málaga con Arenas a prometer que defenderá "los subtropicales axárquicos frente a Bruselas".



Es cuestión de esperar a que le llegue el turno. Saben bien todos los jefes de la casta PPSOE que gracias a la LOREG quedaron blindados contra el resto de partidos y sus votantes, y que debido a la abstención, la bendita abstención, apenas corren el riesgo de perder su privilegiado emplazamiento de partido gobernante y opositor a la vez.

Es el Gran Partido del Sistema. La delegación política en España de las entidades financieras globales y el poder de las transnacionales. Cada cierto tiempo, se finge una derrota. Aquel a quien los ciudadanos pusieron a luchar por sus esperanzas claudica sobreactuado frente al gobierno bancario y pasa el testigo al otro, mientras se asegura la introducción de un nuevo aspirante.

Ocho años tú, ocho años yo. El partido único va pactando y legislando para cargarse las PYMES, los contratos, el poder adquisitivo, la Constitución, el sector público y todo lo que a los bancos centrales se les ponga en las narices. Con retirar al campeón del cuadrilátero en el momento adecuado, la imagen de la derrota habrá colado. Basta con aguardar un poco para subir al siguiente monigote que mantenga el teatro, engrase los rotativos, devuelva la fuerza a los focos y baje de las alturas a los directores de informativos para nuevas entrevistas y debates televisados.

Si Bogart levantara la cabeza...
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Fuente: http://yometiroalmonte.blogspot.com/