La investidura se estanca: Sánchez solo ofrece el “Ministerio del Inferior” a Unidas Podemos PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Pablo Elorduy   
Martes, 23 de Julio de 2019 03:44

Pablo Iglesias investidura julio 2019

El presidente en funciones esquiva cualquier compromiso con Unidas Podemos y la coalición denuncia la insuficiente propuesta de Sánchez.

En la bancada socialista, Carmen Calvo se revolvía. Iglesias acababa de mostrar las cartas de la negociación del Gobierno de Coalición. El reloj de acercaba a las ocho de la tarde y el secretario general de Podemos explicitaba los vetos de Sánchez en las negociaciones de Gobierno: ni los ministerios de Estado (Defensa, Economía, Exteriores, Interior, Justicia) ni Trabajo, ni Hacienda, ni Igualdad, transición ecológica o ciencia. La respuesta de Sánchez ha sido “ni hablar”.

No hay negociación sobre las principales competencias del Consejo de Ministros. Las cuentas no salen: apenas quedan Ministerios y la posibilidad de crear nuevas carteras suena como lo que es, una ocurrencia. Hay una oferta sobre la mesa: o el “Ministerio del Inferior” —Ministerios sin competencia— o una nueva sesión de investidura en septiembre. Un Gobierno de Coalición con un socio “decorativo”, según los portavoces de Unidas Podemos, y sin participación real en las políticas de Estado. Sánchez no ha modificado la doble trayectoria de su jugada: aislar a Unidas Podemos y ser investido presidente. Una carambola que lanza la investidura a una posible segunda sesión en septiembre. O a la convocatoria de elecciones en noviembre.

Poco antes de las ocho de la tarde, la paciencia de Iglesias llegaba a su límite. Hasta entonces, el candidato de Unidas Podemos, como todos, seguía intentando escudriñar entre las migas de pan dejadas por Sánchez si el acuerdo quedaba unos kilómetros más cerca tras la previsible negativa de Ciudadanos y PP. Hasta entonces tocaba hablar de audacia y de consenso. Hasta entonces, las peticiones de generosidad por parte de Sánchez se enmarcaban en el toma y daca de las negociaciones, suspendidas oficialmente durante la jornada de hoy. Pero entonces, y tras dos réplicas en las que las migas de pan no aparecían por ninguna parte, Iglesias lanzaba una dura advertencia: “No nos vamos a dejar pisotear ni humillar por nadie”.

Después del discurso de la mañana, el diputado Rafael Mayoral lo advertía: no tenemos dos mejillas. La semana de castigo en el hígado por parte del propio presidente Sánchez fue respondida por Iglesias con un movimiento táctico: con su renuncia a formar parte del Consejo de Ministros, el candidato de Podemos escapaba del marco de la “lucha de egos” en el que el presidente en funciones había aterrizado la necesidad de negociar con las confluencias que conforman Unidas Podemos.

Sánchez aplica la vieja enseñanza “no te fíes de los griegos ni cuando te dan regalos”. Suspicacia o nueva fase del juego, Sánchez ha pasado pronto la pantalla de su conquista y quiere más, incluso acepta la posibilidad de salir derrotado de esta investidura y llevar a Unidas Podemos a una nueva sesión en la que sientan el aliento de una repetición electoral, a priori poco propicia para los de Iglesias: “Entre un gobierno de coalición como lo están planteando y que voten con la ultraderecha hay muchas opciones”, ha deslizado Sánchez. Muchas opciones que, a las ocho y pico de la primera jornada de investidura, pasan por una rebaja de las expectativas de Unidas Podemos. Tanta rebaja que, diez días después del inicio de las negociaciones, el PSOE sigue sin querer dar nada tangible a sus posibles socios de Gobierno.

El reloj sigue corriendo. En algunos Ministerios esta tarde ya se daba por hecho el pacto. A las siete y veinte salía de boca de Sánchez la expresión “Gobierno de Coalición”. Poco antes de las ocho de la tarde, se volvían a romper las hojas de pronósticos. El Sánchez que un par de horas antes contemporizaba con Pablo Casado desarrollaba un momento pasivo-agresivo contra el que, a día de hoy, es su único socio posible.

Y entonces estallaron las malas vibraciones. La bancada de Unidas Podemos cerraba un aplauso para descargar la sensación de estar sufriendo la gota malaya del socialismo del siglo XXI. “No malogre, señor Sánchez, su patrimonio político”, había advertido un momento antes Pablo Iglesias, poco después lanzaba una advertencia con tono profético: si hay repetición electoral, Sánchez no será presidente nunca.

Quedan unas cuantas horas para saber si Sánchez desvía la carambola con la que pretende mantener a raya a Unidas Podemos y ser investido presidente. Pasadas las ocho de la tarde, la búsqueda del primer objetivo se aleja radicalmente de la consecución de la investidura. Solo Rivera parece no haberse enterado de que la banda de Sánchez la forma única y exclusivamente Sánchez. Casado sí lo sabe: “¿Hasta cuándo va a jugar a este juego de trileros?” le ha preguntado al presidente en funciones. Hasta que el cuerpo aguante, ha sido la respuesta muda de Sánchez.

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Fuente: El Salto Diario