De fuera vinieron… PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Francisco Altemir   
Miércoles, 16 de Enero de 2019 07:31

Primero fue Carlos I, mal hijo y peor gobernante, que al derrotar a los Comuneros y a las Germanías, impidió el establecimiento de una Monarquía Parlamentaria con los poderes del monarca limitados por las Cortes Generales.

Después fue Felipe V, nieto del Rey Sol (L´État cest moi), centralista político y geográfico. Después de la guerra de Sucesión, que le llevó al trono, castigó a los perdedores anulando sus fueros centenarios como castigo y premiando a sus seguidores, vascos y navarros, respetando los suyos.


Este comportamiento primitivo de premio y castigo ha dado origen a los problemas políticos actuales causando desigualdades territoriales contrarias a los Derechos Humanos y a la Constitución Española.

Al convertir, caprichosamente y sin ninguna razón argumental, Madrid en el centro de todas las comunicaciones de la península, ha contribuido a desarticular el territorio ignorando la sabiduría romana que lo articulaba racionalmente mediante la red de calzadas como se puede ver en los mapas adjuntos. Desarticulación que contribuye sobremanera a la despoblación de la España interior.


Si a todo esto se une la construcción de autovías que han evitado cruzar poblaciones, antaño conocidas y con un cierto futuro, con lo que han ocasionado su muerte lenta pero segura al quedar aisladas.


La construcción de ferrocarriles de Gran Velocidad ha contribuido aún más a la desertificación de la España rural. Con independencia de ser un medio de transporte elitista, reservado a los ricos, pero cuyas pérdidas pagamos todos, ricos y pobres, ha ignorado a poblaciones intermedias (en aras de la velocidad y de la prisa que impiden razonar), obligando a sus pobladores a recurrir de nuevo al automóvil- Seamos europeos y se Todo ello en perjuicio del transporte de mercancías y de un sistema que hubiese obedecido a la sacrosantas leyes de la oferta y la demanda desoídas en este caso para beneficio de unos pocos.


Que las obras se proyecten teniendo en cuenta el Bien Común, que se aprenda de los errores cometidos para no volver a tropezar en la misma piedra o con intereses espurios.


Que la Racionalidad se imponga al Capricho (sr Revilla no llore tanto por todas las esquinas, mire lo que pasa con el AVE a Asturias y al País Vasco)

Observarán que no hay una calzada romana que bordee la costa del mar Cantábrico. Estrabón se quejaba de la tozudez de los habitantes que rechazaban cualquier intento de acercamiento. También fue la causa de que el primer Camino de Santiago, que seguía la costa, fuese abandonado, al ser asaltados los peregrinos continuamente por otro más al interior más seguro Que estas pinceladas de brocha gorda sobre nuestra desgraciada historia os sirva de acicate para profundizar en ella.

 

Francisco Altemir Ruiz-Ocaña es Dr. Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos.

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Fuente: El Periscopio