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La ideología del millonario |
Opinión / Actualidad - Política |
Escrito por Jorge Moruno |
Lunes, 06 de Agosto de 2018 03:54 |
La ideología del millonario lleva tiempo contando con todo tipo de recursos, también públicos, para subvencionar, difundir y aplicar toda una “visión” del mundo: desde las escuelas hasta los centros de trabajo pasando por los anuncios y los departamentos de Universidad, la ideología hace acto de presencia. Esa visión tiene su propio concepto de justicia, seguridad, libertad e igualdad, así como de cooperación y competencia.
A diferencia de lo que suele pensarse, las ideologías no son simples engaños que alienan a la gente, son sobre todo los motores pasionales que dotan de sentido a nuestra vida social compartida. La ideología del millonario está pensada para quienes no lo son. Que quienes nada tienen voten a quienes se lo quitan todo y que los más débiles voten a los más fuertes, puede ser racional dentro de la irracionalidad. Cuando Pablo Casado anuncia una bajada en el impuesto de sociedades y la supresión del impuesto de sucesiones, intenta proyectar un imaginario que va mucho más allá del núcleo particular de los directamente beneficiados, con la intención de convertirse en una perspectiva general incluso entre quienes salen perjudicados. Los caminos de la identificación y las imágenes son inescrutables: un parado podría asumir un mensaje de seguridad y meritocracia, señalando a los inmigrantes y denunciando la existencia de los parados que se aprovechan. Podría pensar que la mejor forma de obtener un trabajo es poniéndoselo fácil a quienes “crean la riqueza”, porque lo que él quiere es trabajar. Un parado podría indignarse más con el independentismo catalán que con los recortes en las prestaciones. Alguien que gana 18.000 euros al año puede sentirse identificado con la supresión del impuesto de sucesiones, porque se pone en su lugar (y aspira a estar en ese lugar) y le indigna que haya que “pagar dos veces por la misma riqueza.” PP, Vox y C’s compiten por ver cuál es más reaccionario en lo social, guerracivilista en lo territorial, ultraliberal en lo económico y trumpista en lo migratorio. Casado busca afianzarse como líder para cerrarle el paso a Vox y desactivar a Rivera. Casado busca reforzar su posición polarizando con la moral de la izquierda, buscando la síntesis thatcheriana de liberalismo y valores conservadores, entre la familia y el mercado: España, familia y capital. El proyecto del neoliberalismo reaccionario, que sustituye al progresista, no se va a “desmontar” ni desenmascarar con argumentos, tampoco resistiendo; solo generando otra perspectiva y otro futuro más deseable; ahí el feminismo y el ecologismo son la principal ofensiva para diseñar un proyecto civilizatorio fundado sobre otra visión libertad, justicia, seguridad, familia, bienestar e igualdad. La contrarrevolución neoliberal fue un ejemplo sobre cómo convertir en real lo que en su momento era impensable haciendo aikido con el 68. Resistir en lo pasado siempre es el preludio de una derrota futura, de ahí que no sea cierto que haya que resistir por falta de fuerza para imaginar otra cosa, es al revés, no hay fuerza para imaginar un futuro cuando todo se ciñe a resistir lo pasado. Urge una ideología del bienestar que dispute el presente para ganar el futuro. En la imagen superior, Pablo Casado, tras vencer en las primarias del PP. / EFE _______________ Fuente: Cuarto Poder
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