Nadal también ve sólo españoles PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Rafa Almazán   
Martes, 05 de Junio de 2018 00:00
 La derecha y sobre todo la extrema derecha están que trinan. No quieren entender que la mecánica que ha llevado a Pedro Sánchez a la Presidencia de España es absolutamente democrática. Y, por ello, han empezado a ejercer oposición ya, sin que todavía el nuevo director de orquesta haya cogido la batuta. Manifestaciones en contra de la nueva situación, banderitas españolas que vuelven a salir. Mensajes ultras en contra de Sánchez y el nuevo gobierno, a cientos, por las redes. El aparato fascistoide ha empezado a funcionar.

Estos no es que no den cien días de prueba, es que no dan ni cien minutos. Ellos son así. Sólo cuando tienen lo que quieren, aunque huela a cloaca, están contentos.

A mí me gusta Nadal, como deportista. Es un tipo que ha demostrado que es el mejor a base de sacrificio, fuerza y méritos propios. Eso sí, el mejor deportista. Pero no vayamos a confundir. Si se trata de ganar en el tenis yo siempre apostaría por Nadal.

Sin embargo, mira por donde, también Nadal ha caído en manos de Rivera. Ese tipo que pretende que la moción de censura no sirve y que hay que volver a votar. Ni tan siquiera el PP pretende elecciones de inmediato. De hecho, de haberlo querido hubiera bastado con que las hubiera convocado.

Pues sí, Nadal, ante una pregunta sobre la situación política de España, contestaba lo siguiente:

‘A mi modo de entender, lo mejor sería votar, o a mí me gustaría volver votar. Creo que al ciudadano le gustaría votar otra vez porque a día de hoy no hay nadie que pueda gobernar, alguien que hayamos votado y nos sintamos representados, porque hay demasiados pactos y al final nuestro voto no nos deja cómodos’

Y se quedaba tan fresco. Ahora resulta que este deportista puede apoderarse del sentir de la mayoría de los españoles. Eso sí, se los saca del sombrero mágico de Rivera, porque ya me dirán ustedes cómo habla en nombre del ciudadano español. Es de una imprudencia temeraria, además de ser un desprecio hacia la mayoría. Basta leer la Constitución, aunque sólo sea el artículo 113.

Puedo entender que Nadal no entienda de política y que crea que la moción de censura se hace sólo para perder. Puedo entender que Nadal no sepa lo que es una democracia representativa, donde gobiernan los que tienen mayor apoyo y no la lista más votada o los que quiere el Sr. Nadal. Pero como no entiende, lo mejor es que se calle, o que en su defecto hable, pero no en nombre de los ciudadanos españoles, sino en el de los Ciudadanos de Rivera.

 

 

 

Es curioso pensar que este magnífico tenista esté tan preocupado por las horas que pasa España, su España, porque dice que hay muchos pactos, no se puede gobernar y no está cómodo con el que se ha dado en el Congreso, y que no haya sido capaz de decir ni pío ante las corrupciones, los recortes, la violencia doméstica, la falta de ayuda a los dependientes, la amnistía ilegal, el desprecio a las víctimas franquistas, etc. etc.

Se le ha visto el plumero. Francamente lo que nos deja incómodos a muchos son estas declaraciones. Le recuerdo al bueno de Rafael que otro deportista de élite como Piqué ha estado sufriendo en los campos de toda España, fuera de Cataluña, pitidos por sus declaraciones políticas. Seguramente, él en cambio recibirá banderas, muchas banderitas españolas, de ahora en adelante, cada vez que compita en nuestro país.

Ha metido la pata y Rivera se lo ha agradecido, ya ha hablado para ponerle de ejemplo. Flaco favor. Desde hoy, muchos seremos los que cuando hablemos de Nadal o le veamos, descubramos un personaje distinto al de ayer. Y quién sabe, después de los fichajes tan majestuosos por parte de Ciudadanos: Toni Cantó, Felisuco y el posible del francés Valls, lo mismo le han ofrecido ser candidato a esas próximas elecciones que tanto desea. ¡Una pena! Una verdadera pena, que un tipo que parecía cauto, humilde y ejemplar se haya convertido en un simple espantapájaros al servicio de Rivera.

Salud y República

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Fuente: kabila