Julio Anguita: España, mito inconcreto PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Julio Anguita   
Domingo, 03 de Junio de 2018 00:00

El 7 de diciembre de 1933, el fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera, publicaba en F.E. (órgano oficial de Falange Española) los llamados Puntos Iniciales de su organización. En el Punto 1 se dice: Por tanto España existe:

Primero. Como algo distinto a cada uno de los individuos y de las clases sociales y de los grupos que la integran.

Segundo. Como algo superior a cada uno de los individuos, clases y grupos, y aún al conjunto de todos ellos.

 

Es evidente que tales palabras expresan una entelequia, que -como acontece con el mito- se constituye a sí misma como contexto. No necesita explicación ni tampoco definición ni mucho menos debate. Se acepta y nada más. Literariamente, sería como una perífrasis de cualquier divinidad.

Con entelequias, perífrasis e irracionalidad extrema se han ido construyendo a lo largo de la Historia doctrinas, discursos y propuestas que pretenden diluir una realidad desagradable, injusta y maligna en el altar de la Patria, bien superior e inmarcesible. Los diversos, variados y gradados fascismos que en el mundo han sido y son, se construyen sobre este escamoteo de la realidad.

Para desesperación de la racionalidad, el sentido común y la evidencia objetiva, este tipo de discursos retrógrados sigue teniendo en España un buen número de seguidores y sacerdotes oficiantes de esta religión de la enajenación colectiva.

El discurso ahora del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, se encuadra en esta tipología de mensaje alienado y alienante: los españoles son españoles independientemente de sus circunstancias personales, sociales, laborales o existenciales. Son, de nuevo, entes privilegiados que comparten en el seno de la Patria la comunión mística de su españolidad esencial. En resumen y dicho en román paladino: un camelo similar a lo que Rivera (José Antonio) decía en 1933.

Lo que ocurre es que esta mercancía averiada ofrecida en condiciones de crisis económica, social, moral, institucional y política extremas, gana cada vez más adeptos entre los desesperados y las mentes refractarias a la reflexión más básica. Cualquiera que les señale un enemigo o un chivo expiatorio en momentos en los que el horizonte político es solamente el electoral, será ascendido como salvador de la Patria.

El fascismo, no se olvide, es un movimiento de masas, que siempre ha surgido como consecuencia del pensamiento débil instalado ocasionalmente en la izquierda política.

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Fuente: eleconomista