Constitución española del 78, la prostituta mayor de la justicia española PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Tomas F. Ruiz /UCR   
Jueves, 07 de Diciembre de 2017 06:56

A casi cuarenta años de aquella parodia de transición por la que se impuso al pueblo español la infausta Constitución del 78, en este 6 de diciembre volveremos a contemplar el denigrante espectáculo de cómo la clase política española se vanagloria de estas casi cuatro negras décadas de nefasto mandato Constitucional. Un mandato bajo el que pervertidos políticos y corruptos magistrados se han afanado en mantener una imagen falsa de la manipulada democracia que tenemos en España. Y para, ello siempre han enarbolado la Constitución como marco legal refrendado sobre el que se basa toda nuestra convivencia. Esa Constitución fue refrendada bajo insólitas condiciones de chantaje político al pueblo español y nació ya como indigesto aborto. Con el paso del tiempo, la Constitución del 78 ha servido para mantener enmascarada la dictadura franquista y para que ninguno de sus privilegios sea cuestionado.

Durante 39 años han estado contando sus mentiras y falsedades sobre la democracia y la Constitución en España, y lo han hecho con tanta tenacidad, con tal convicción e insistencia, que de tanto repetírselas han llegado a creerlas auténticas ellos mismos. Toda esta despreciable clase política española que hoy día ocupa los escaños del parlamento, una clase política nacida para mantener intocable la herencia del régimen franquista y entrenada para parasitar y envenenar la convivencia en España, ha estado 39 años repitiendo hasta la saciedad que la Constitución está ahí para defender los derechos de los ciudadanos. En el caso de la recién declarada república de Catalonia, hemos podido comprobar para qué sirve realmente la Constitución española: invocando su nombre se ha acosado a ciudadanos por su vinculación al proceso independentista, en su nombre se ha apaleado al pueblo catalán indefenso, en su despreciable y patético nombre se han secuestrado urnas invocando el respeto a los principios constitucionales.

Llamar a las cosas por su nombre

Creo que después de 39 años, ya va siendo hora de que empecemos a llamar a las cosas por su nombre. La pervertida y reprobable esencia de la Constitución no es otra cosa que el oficio más viejo del mundo. La Constitución del 78 nació como prostituta y se ha mantenido fiel a su oficio durante los más de 14 mil días que venimos soportándola. Sin embargo, como parte del grotesco y esperpéntico espectáculo de circo al que pertenecen, volveremos a ver cómo todos esos despreciables parásitos políticos celebran el día de la carta magna con pomposos actos institucionales y brindan con champagne porque esta Constitución prolongue la herencia de Franco aún otros cuarenta años más (el cava lo tienen prohibido en recepciones oficiales desde que Catalonia sacó los pies del tiesto). Así los veremos celebrar el día de la Constitución, así se congratularán los políticos por haber logrado que la dictadura franquista haya sobrevivido estos últimos cuarenta años, enmascarada y apadrinada por esta rastrera prostituta a la que llaman Constitución española del 78.

Como hematófagas sanguijuelas que viven de chupar la sangre al obrero, todos estos deleznables políticos que conforman el parlamento español se han creado su propio bunker al que llaman “democracia”, han ocupado indignos escaños desde los que organizan maniobras contra el pueblo, han designado perversos presidentes que han institucionalizado la represión como forma de gobierno, han utilizado corruptos magistrados para dictar leyes y negar al pueblo sus más elementales derechos... Aún así, veremos como este 6 de diciembre todos estos despreciables políticos saldrán disfrazados de demócratas y se reunirán en lujosos palacios, dispuestos a celebrar, con pomposas fiestas desvergonzada mofa del respetable público, el cumpleaños de su retorcida y prostituida Constitución del 78.

Corruptísimo presidente del T.C.

Todas estas grotescas celebraciones contarán con el Ilustrísimo y Corruptísimo presidente del Tribunal Constitucional como maestro de ceremonias. En sus intervenciones, este presidente halagará la Constitución por haber servido de marco de convivencia para todos los españoles (insistirá, ya lo verán, varias veces en “todos”, como parte intrínseca de su discurso), evocará la fortaleza del Tribunal Constitucional, que ha sabido imponerse sobre todos aquellos que pretendían atentar contra la unidad de España, dirá que gracias a la Constitución española este país ha cumplido 39 años de democracia... Su cargo como magistrado supremo le garantiza el privilegio de escupir todo tipo de mentiras y de no tener que responder ante nadie de sus falsedades.

Gracias a la depravada Constitución del 78 la bestia franquista sigue viva... ¡Y está más fuerte y poderosa que nunca! Morirá, de eso no cabe duda, pero como todas las bestias políticas que ha habido en la historia, esta Constitución morirá matando, vomitando leyes fascistas y llenando las cárceles de España de ciudadanos y disidentes políticos.

En vez de defender y proteger los derechos fundamentales de los ciudadanos, la Constitución se ha abierto de piernas al mejor postor y se ha convertido, por derecho propio y con todas las de la ley, en la prostituta mayor de la Justicia española.