Esos policias: a la puta calle. Además de lo que dictamine la Justicia PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Rafa Almazán   
Jueves, 23 de Noviembre de 2017 00:00

No es posible. Ya está bien de la ley del embudo. No se puede comprender cómo algunos policías municipales violentos y franquistas pueden campar por sus lares. “Hay que abrirles un expediente”, dicen desde el Ayuntamiento. Pero, ¿qué broma es ésta? No se puede ser blandito cuando desde la atalaya del monopolio de la represión se dicen cuestiones tan graves como las que han manifestado en su grupo de whatsapp. Un grupo formado por 115 policías municipales, que o bien han dejado que ocurra sin poner remedio (salvo uno que es el que lo ha denunciado), o bien han participado en este jolgorio asqueroso y delictivo. ¿Por qué, después de muchos meses de insultos y amenazas graves sólo uno de ellos se ha atrevido a denunciarlo? Uno, que cuando quiso recriminar a sus compañeros, fue, también, amenazado de muerte.

Podría considerarse que se trata de un grupo pequeño y que no va más allá, si no fuera porque varios sindicatos de los policías municipales, de los más importantes (como la UPM o el CSIF), les apoya y les defiende, lo que quiere decir que también ellos se hacen corresponsables de dichos mensajes. ¡Una barbaridad! Estoy convencido de que hay muchos policías que no comparten lo de este grupo de cafres y potenciales asesinos, pero también es natural, después de ver cómo algunos de sus sindicatos les defiendan, pensar que no están solos con sus salvajadas.

Éstas son algunas de las amenazas y de los insultos vertidos a la Alcaldesa:

· “Lo que es terrible es que ella no estuviera en el despacho de Atocha cuando mataron a sus compañeros”

· “Que se muera la zorra vieja ya”

· “Hija de la grandísima puta, zorra vieja mal parida”

· “La verdad es que yo me alegraría si sufriera un accidente y tuviera una muerte agónica”

Éstos otros mensajes iban dirigidos a los periodistas Ana Pastor, Antonio García Ferreras y a la Sexta, si ocurre un atentado:

· “Ojalá sea ella una de las víctimas la próxima vez, ella y el indeseable de su marido”

· “Ojalá que explote la sexta con todos ellos dentro y que ese día estén también pablo iglesias y rufián”

· “Pero que tengan una muerte lenta y agónica para que dé tiempo a que les entrevisten”

Estos malnacidos escribieron también mensajes, a favor de Hitler:

· “Este señor si sabía cómo hacer las cosas. Este señor es DIOS (debajo de una fotografía de Hitler)”

· “Ya estarían echando humo sin parar las chimeneas, si él estuviera al mando”

Los inmigrantes tampoco se van de vacío. Su xenofobia asquerosa y deleznable les delata en algunos mensajes salvajes:

· “Yo los tiraba al mar. Comida para peces”

· “Recordad que son los mejores, que son unos campeones, que les aplaudimos por venir a este país saltando una valla”

· “Recordad que tenéis algunos compañeros que favorecen este tipo de gentuza alrededor vuestra”

· “Napal para los guarros”

· “Otra opción puede ser el incrustarles casquillos vacíos en la nuca a martillazos”

· “Yo habría (con h de…) la llave del gas y los despiojaba”

· “Es mejor la lapidación… gran invento…”

Y como colofón, se definen de una forma muy gráfica:

“Somos justicieros. Impartimos justicia”

“Estamos donde debemos: en la calle. Matar es nuestro lema”

Esto es sólo una pequeña muestra. Además El Diario ha comentado que mañana saldrán nuevos mensajes inquisitoriales, criminales e injuriosos.

No es sólo cuestión de las amenazas vertidas, querer asesinar a la alcaldesa, querer acabar con los inmigrantes, querer poner bombas en algún medio de comunicación. Esto, de por sí, es gravísimo, pero más grave es si cabe, que gentuza que hace estas manifestaciones cuente con armas como una pistola y una porra y tenga como objetivo defender a la ciudadanía. ¿Alguien piensa que podrían hacer estos canallas en cualquier manifestación convocada por la izquierda?

No basta con una denuncia. Este trámite es indispensable, pero la medida inmediata es la expulsión del cuerpo. Las pruebas son tan evidentes que no hay razón para esperar. Son razones objetivas de despido procedente. No se debe esperar, estos cabestros son un peligro público que hay que atajar. En cualquier empresa los hubieran echado, sin la menor duda, en el caso de que hubieran amenazado a su jefe o a algún compañero de muerte. Al margen de la consecuente acción judicial.

Pero parece que aquí, en este país, mientras se vulneran derechos contra las víctimas del franquismo, se mira a otro lado, cuando no se ensalza, a los seguidores del mismo. ¿Será porque todavía una parte del franquismo esta viva y detenta el poder? ¿O no?

Salud y República

 

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Fuente: Kabila