Yo soy islamófobo Imprimir
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Javier Fisac Seco   
Sábado, 19 de Agosto de 2017 05:15

Yo, Javier Fisac Seco/Lokke, me acuso: soy Islamófobo. Velay

Los dirigentes políticos y religiosos musulmanes, esos que son jeques, miembros de las familias reales, reales ellos, millonarios, dueños del petróleo o jefes religiosos teocráticos, tan totalitarios como Hitler, como Mussolini, como Stalin, como Pinochet, como cualquier dictador, estos ricos jefes político religiosos, que en sus países de origen persiguen toda libertad e imponen la doctrina islamita, ellos, por intermedio de sus imanes en Occidente, desde cuyas mezquitas y minaretes invocan, inagotablemente, beligerantemente contra los derechos individuales proclamados en las constituciones, esos príncipes teocráticos y totalitarios, pretenden igualar el islam a las constituciones democráticas, pretenden normalizar la opresión moral musulmana en la cultura Occidental.

Con esa imposición, además, crean un espacio propio en el que no puede entrar la libertad, las libertades. Los espacios urbanos musulmanes son espacios ideológicamente conquistados por el Islam. En las fortalezas europeas. Ahí no puede entrar la libertad. La constitución no rige en esos espacios. Las libertades han sido expulsadas, colgadas o asesinadas. Contemplamos nuestra propia ocupación y esclavitud con la mayor normalidad. Cuando nos demos cuenta, ya seremos sus esclavos. Esclavos de la familia real de Arabia Saudí, de Marruecos, de Irán…de cualquier patológico jefe musulmán en cualquier tribu del Norte de África. Desde esos reinos y tribus siguen gobernando las mentes de sus súbditos musulmanes en España, en toda Europa. Alguien no entiende esto? Alguien no entiende que la soberanía de los musulmanes europeos no reside en los ciudadanos europeos y sus constituciones sino en esos Estados y reinos musulmanes. Desde esos Estados teocráticos siguen gobernando las mentes, las conciencias, las conductas de sus súbditos europeos.

La palabra islamofobia se la han inventado los fundamentalistas islamitas, y los imbéciles de izquierdas europeos, que no se enteran de nada hasta que no son funcionarios o políticos institucionalizados, terroristas morales, terroristas militares, dinamiteros de todas las libertades, homófobos, autoritarios, patriarcales, antifeministas, castradores de las mujeres…como la expresión libertad religiosa se la han inventado los católicos y sus propagandistas, machistas, homófobos, antifeministas, enemigos de la libertad moral, de conciencia, de expresión y de pensamiento de palabra, de escritura o de expresión corporal, para en nombre de esa libertad abstracta y clerical imponernos la doctrina cristiana e impedir el ejercicio real de todas las libertades. Con la calificación de islamofobia, los terroristas morales pretenden lo mismo, imponer el dogma, esclavizarnos, privarnos de libertades. Imponernos su voluntad.

Es absolutamente imposible igualar el Islam a las libertades democráticas. No se puede, por lo tanto, normalizar el ejercicio de una dictadura moral, como algo justificado en la tradición, con las libertades morales. La práctica del Islam es incompatible con la declaración de derechos, con las constituciones que las proclaman. Con los ciudadanos.

Ante el Islam no podemos mirar para otro lado. No podemos ser indiferentes. Si queremos ser libres no podemos ser indiferentes porque hay que elegir o la libertad o la dominación. La primera dominación la ejercen sobre sus víctimas: los musulmanes. Y dentro de ellos, la dominación se agrava sobre las mujeres. Sobre ellas domina todo el mundo. Todo el mundo que tenga pene. Son los más pobres, son los más analfabetos, son los más creyentes, no tienen posibilidad ninguna de promocionarse, de mejorar su vida, porque el Corán se lo prohíbe, les pone límites a la capacidad de pensar más allá de lo pensado por el Libro, les han anulado la capacidad para reflexionar. No tienen ni las palabras necesarias para desarrollar un pensamiento crítico.

El Islam permanece atrofiado desde sus orígenes. Hace unos 1500 años. Hasta el Renacimiento, Europa permaneció prácticamente atrofiada bajo el poder ideológico y político del clero. Bajo el poder de la escolástica, tomista o no, en Europa no pudo desarrollarse el pensamiento científico, no pudo desarrollarse el pensamiento político, no pudo desarrollarse la literatura, no pudo desarrollarse el arte…porque todo, ciencia, filosofía, literatura, arte…estaba dominado por la religión. Todo tenía el mismo contenido religioso. Si la palabra de dios era ciencia y ésta estaba contenida en la Biblia, todo conocimiento ya estaba, de manera implícita, en la Biblia. No había más ciencia que la clerical, más arte que el clerical, más pensamiento político que el clerical, más literatura que la clerical. Dios, el clero, lo dominaban todo. Occidente, cristiano, permaneció atrofiado hasta el Renacimiento. Bizancio y Moscú hasta el siglo XX, porque ahí no hubo ni Renacimiento, ni Ilustración, ni revoluciones liberales, ni desarrollo del pensamiento materialista, positivista, marxista, anarquista, socialista, freudiano, darwinista, político, del pensamiento científico, de la tecnología, del cine, de la literatura, de la medicina, de la física…

Para que Europa rompiera con el Poder del clero que lo atrofiaba todo, que había creado una población pobre, analfabeta, sumisa, obediente, resignada, muerta de pánico ante las amenazas del Infierno. La pobreza era un título de orgullo porque mientras los súbditos cristianos fueran pobres de ellos sería el reino de los cielos. Un reinado para los muertos. Porque los vivos preferían ser ricos en la tierra. Como los príncipes medievales, guerreros y sacerdotes. Obispos y soldados. Estos reinaban sobre todas las riquezas desde sus palacios.

Para que la población europea rompiera con la dominación clerical de esa sociedad medieval, toda ella atrofiada, fue necesario poner fin al analfabetismo clerical. Había que desarrollar un pensamiento crítico. Había que inventar palabras para poder desarrollar ese pensamiento crítico. Las diferencias políticas, la lucha por el poder entre príncipes, monarcas, obispos, clero y papa potenció esa capacidad de pensamiento crítico y la invención de las palabras necesarias para desarrollarlo. Se venía intentando durante la Edad Media pero la Santa Inquisición decapitaba, en el Nombre de Dios, las cabezas que pensaban por su cuenta. Atrofiando el pensamiento.

Hasta que los astrónomos y matemáticos, por una parte, Kepler, Copérnico, Galileo, Descartes…, los pensadores protegidos por príncipes, Marsilio de Padua, Althusius, du Plessis-Mornay, Hobbes, Lilburne y Winstanley, Locke, Gay, Rousseau… y los críticos religiosos, especialmente los anglicanos, Lutero y Calvino, apoyados en los Estados nacionales, insurgentes, y en los príncipes alemanes, rompieron con la alianza entre el Altar y el Imperio. Acabaron con el poder del clero y a partir de esa diversidad pudo desarrollarse el pensamiento. Todo pensamiento. Las revoluciones liberales, políticas, científicas y las materialistas fueron consecuencia de esos fundamentos. Hasta la proclamación universal, en las revoluciones norteamericana y francesa, de los Derechos Humanos. Se habla de Derechos. De lo que nunca antes se había hablado. Y se proclaman como fundamento de todas las libertades.

Bien, pues nada de esto, nada, ha ocurrido en el mundo musulmán. Con la excepción de la revolución turca, 1923, que hoy día está siendo borrada del mapa por el señor Erdogan. Ese encantador aliado de Zapatero a quien éste imbécil quiso meter en Europa para que se constituyera en el partido islámico de más de 40 millones de musulmanes europeos. Lo metió en la Alianza de Civilizaciones, ocupada por todos los Estados terroristas. Brillante Zapatero y sus ministros. Y esta rendición al Islam no sólo la hicieron por necios e ignorantes, analfabetos políticos, sino por miedo. Zapatero sólo tenía miedo al Islam y creyó, el imbécil, que concediendo a los musulmanes, éstos renunciarían a sus objetivos: la dominación de Europa. Conceder te hace débil y fortalece al receptor. Quien hasta que no tenga todo nunca va a renunciar a sus objetivos. Es que mientras no entendamos esto no vamos a comprender por qué la comunidad musulmana en Europa no se integra en la cultura democrática. Allá vosotros porque yo ya soy, afortundamente, lo suficientemente viejo para no contemplar en directo el Apocalipsis de Europa.

Bien, hoy día Erdogan está ejecutando, sin concesiones sentimentales, sus planes de islamización de Turquía. Y nadie dice nada. Islamizar Turquía es la premonición de lo que será la islamización de Europa. No lo entendéis. Erdogan hace exactamente lo mismo que hizo Hitler. Instrumentalizar la libertad para acabar con ella. Es un objetivo que se va ejecutando en función de la correlación de fuerzas. Cuanto más débil eres más despacio vas, pero vas, y cuando te fortaleces, vas más deprisa. Siempre orientado por el objetivo, la meta. Eso se llama estrategia. Algunos distinguen entre tesis e hipótesis. Ritmos. Porque no renuncian a nada. Imbéciles.

Lo que hay que hacer no es islamizar Europa sino europeizar a los musulmanes. Este es el reto. O poner límites a quienes, súbditos de una soberanía religiosa extranjera, los musulmanes, no se les puede conceder la nacionalidad de una soberanía europea. O asumen las libertades y las ejercen o no pueden ser ciudadanos. Por la sencilla razón de que la condición de ciudadanía lleva implícita el ejercicio de todas las libertades. Lo mismo si tienes pene como si tienes vagina. O eso o asumimos que en Europa existen dos legislaciones: la musulmana, totalitaria, antifeminista y homófoba, y la que emana de las constituciones y se aprueba en los parlamentos, las leyes. Esto significa que existen dos poderes: el musulmán y el constitucional. Alguien no entiende esto? Un musulmán ¿puede incumplir la declaración de derechos fundamentales en nombre de su religión? Un musulmán ¿puede ser, ejerce sus derechos siendo, homófobo, y antifeminista, y autoritario, y pegar a su mujer…invocando la tradición musulmana? Esta es la cuestión. Entendemos que si “respetamos” el Islam tenemos que aceptar que sean antifeministas, homófobos, violentos con sus mujeres…? Sí, tienen petróleo como si no. Ya se les acabará.

Es necesario denunciar la calificación de islamófobo a quienes sólo quieren seguir siendo libres. A quienes quieren tener libertad moral, libertad de pensamiento, libertad de imprenta, libertad de conciencia, libertad de prensa, libertad de expresión y comunicación corporal, libertad sexual, libertad en el arte, en el cine, en la literatura…quienes defienden las libertades no pueden ser combatidos por los terroristas musulmanes, y sus idiotas aliados occidentales, como islamófobos. Eso es una mentira y una trampa.

La islamofobia es una lucha por las libertades. Es una defensa de los Derechos individuales. Sin excepción. Una lucha por el desarrollo de la ciencia, del cine, de la literatura, del pensamiento, de la libertad sexual, de cualesquiera formas de expresión de las libertades individuales. Si no entendemos estos acabaremos siendo esclavos de Alá. Bueno, de los jeques que reinan teocráti-totalitariamente en Arabia, Irán, Marruecos…y en Turquía. Ahí tenemos el modelo. Sí, Zapatero. Qué haces que no vas a Turquía a defender las libertades y a condenar el Islam como ideología totalitaria. Todavía no te has enterado de que el Islam es una ideología. Sí un sistema de valores y una forma de gobierno. Y que ese sistema de valores es tan totalitario como la ideología nazi. La de Hitler. Supongo que seguirás defendiendo el derecho de los musulmanes a atacar todas las libertades por respeto a sus tradiciones. El argumento de respetar la ley islamita por respeto a la tradición lo podían haber invocado Hitler, Mussolini, Franco, Pinochet…respetar las tradiciones antidemocráticas europeas porque forman parte de nuestra tradición desde hace miles de años. Nada menos. Tú sabes, oh divino Zapatero, qué hicieron los ilustrados con las tradiciones. Por cierto, por qué se llamaban progresistas? ¿Es que Erdogan te ha puesto un piso en Constantinopla?

La islamofobia es una condena del totalitarismo musulmán. Como el antifascismo era una forma de condenar el fascismo y cualquier totalitarismo. Ser antifascista era una forma de ser progresista. Ser anticlerical, también. Por qué? Hoy no sé qué será. Tengo la sensación de que ya no hay progresistas. Tampoco hay intelectuales porque no existe el pensamiento crítico. Ni la revista “El Viejo Topo”. O acaso sólo en la clandestinidad? Habremos llegado a los tiempos orwellianos de “1984” o a los truffonianos de Fahrenheit? Velay. Qué se le va a hacer. Apañaos estamos.