Fútbol: el monstruo que todo lo puede Imprimir
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Rafa Almazán   
Domingo, 18 de Junio de 2017 04:27

Parece mentira pero el fútbol profesional, algo que debería ser un deporte y un espectáculo, es un monstruo que se traga todo: la ética, la estética, la solidaridad, la serenidad y hasta los actos delictivos.

Desde reacciones que algunos forofos tienen a favor de su equipo (también ocurre en partidos infantiles) y deciden convertirse en animales salvajes y generar una violencia inusitada, hasta actuaciones inclasificables de solidaridad con sus ídolos, aunque estos sean unos delincuentes.

Recuerdo cómo vitoreaban desde la grada, un montón de seguidores, a un jugador bético y llamaban puta a su pareja, por el hecho de que le había denunciado por violencia de género. Importaba un pito que fuera o no culpable, él (Rubén Castro) era el ídolo y como tal se ve que podía cometer cualquier acto, aunque fuera violento, con su pareja. Por cierto, fue defendido por su club y su entrenador.

Y qué decir de los casos descubiertos de fraude fiscal, donde Neymar, Messi o Ronaldo, por nominar a los más conocidos, han dejado de pagar millones a Hacienda y vemos cómo sus clubes les defienden y sus seguidores les perdonan. Algo insólito. Hablamos de decenas de millones de euros y parece que estos famosísimos tienen bula y pueden hacer lo que quieran con el apoyo de su gente. Lo que no se permite a nadie que no sea una estrella del deporte rey.

Todos estos delincuentes fiscales son personajes que deberían ser un ejemplo para jóvenes y demás personal y, sin embargo, a pesar de ganar millones de euros cada año, tratan de comportarse a su antojo, esconder sus grandes fortunas y no pagar lo que deben, como hacemos todos los demás.

Claro que siendo ellos los que presuntamente delinquen, las actitudes de sus clubes y de sus seguidores son lamentables, y dicen mucho de cómo las pasiones desatadas en el fútbol, ese forofismo tan extendido, son un ejemplo de una insolidaridad y de sectarismo desatado.

Señores defensores de estos presuntos delincuentes –algunos ya no son presuntos y han sido condenados--, somos muchos los que, nos guste o no el fútbol, no estamos dispuestos a apoyar su violencia o sus actos fraudulentos. Ya está bien, no sólo se les considera unos ‘niños bonitos intocables’ sino que además tenemos que apoyarles o reírles sus gracias, aunque éstas sean graves. Por ejemplo, cometer violencia de género, violencia con el árbitro, delitos fiscales. ¡Basta! Estos tipos son delincuentes y como tales deben ser tratados, y la solidaridad con ellos debería estar penada (qué vergüenza ver a los clubes defendiéndoles, en vez de castigarles por manchar su nombre).

Esta pasión desmedida y canalla que desata el fútbol hay que controlarla. De no ser así, los partidos de fútbol, los campos y sus inmediaciones pueden terminar por ser campos de batalla donde la violencia campe por sus lares y el fútbol no sea sino la excusa.

Salud y República

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Fuente: Kabila