El incierto destino del compañero Sánchez PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Gregorio Morán   
Domingo, 28 de Mayo de 2017 04:39

No comparto la idea de que el problema del PSOE en este momento vayan a ser las decisiones que tome Pedro Sánchez después de su valerosa victoria. Teniendo como asesores principales a tipos cuyo recorrido político causaría pasmo, me atrevo a predecir que el mayor problema será él. Me cuesta imaginar a Manu Escudero, aquel singular personaje que dirigió el llamado “Programa 2000”, en aquellos tiempos en los que Alfonso Guerra, aún gran gurú, preveía que se iba a cambiar España como un calcetín.

Un fantasma locuaz, el tal Escudero, que dejaba embelesados a los militantes socialistas de los años de gloria. El otro, José Félix Tezanos, que si la memoria no me falla, empezó en los entornos de Tierno Galván y que no pasó de una mediocridad académica, con retórica de profesor fracasado a la búsqueda de una oportunidad, que acaba de llegarle. Nadie le hizo en su vida el menor caso y eso que había participado en una de las revistas más interesantes de la socialdemocracia española, “Sistema”.

El problema no es qué va a hacer Pedro Sánchez, recién elegido y con muchos redaños, que le honran, a la dirección del PSOE. El problema es qué va a hacer con él una estructura política preñada de baronías –eso que bordea las mafias locales, cuando no están inmersas en ellas-, los aparatos de la calle Ferraz, esa pulidora de ideas que no garanticen sus salarios y privilegios. ¿Y los veteranos? Me aseguran que Corcuera “el chispa”, después de haber acumulado una fortuna, ha abandonado el Partido. Dado su talento y su herencia como ministro de Interior, no creo que pierdan mucho y le facilitarán que ahora pueda desbarrar a precio de vedette en las tertulias reaccionarias. El destino de un trepa que alcanzó la gloria y nos sometió a jornadas inolvidables por su cutrez. La generación postrera de Felipe González antes de la debacle y hasta del crimen.

En todo partido veterano, que gozó del poder y sus señuelos, existen dos tipos de militantes: los de pago y los voluntarios. Aquí hubo una doble rebelión de voluntarios y de funcionarios de pago, hartos de esa corrupción cotidiana, de esa cobardía de no enfrentarse al adversario político sino mantenerse a la espera de mejores oportunidades.

¿Alguien se atrevería a decir que esas baronías de Castilla, de Asturias, incluso de Valencia, no digamos las de Andalucía, se van a dejar comer el tarro por un muchacho arrogante que en principio no les garantiza otra cosa que “sudor y lágrimas”? Aquí la sangre se reduce a las intenciones.

La infame campaña de “El País” contra Pedro Sánchez quedará como el enésimo baldón de unos financieros fracasados que a duras penas salvan sus patrimonios. ¿Por qué no colocan a Juan Luis Cebrián en la ejecutiva? Sería una buena operación que dejaría pasmado al mundo que no está en el secreto. Y Felipe González, presidente. Con su experiencia en todos los campos de la miseria política sería un asesor de excepción. Probablemente no ganaría elecciones pero sus colegas se forrarían. Y para cerrar el ciclo, nombrar Consejero Áulico a Slim, el mexicano de la mano dulce y el dedo fijo.

¡Lo tienes muy mal, compañero Sánchez!, porque hay victorias que concitan la ansiedad del poder y el empeño de que todo cambie para que todo siga igual. Ninguno de esta reata de usurpadores del Estado ha necesitado leer a Lampedusa. Lo llevan en la sangre y tienen muy claro que nadie los echará de donde están ni con “salfumán”. “¿Si me voy, qué me ofreces? Si es nada, considera que tienes los días contados y que tu trayectoria será un viacrucis”.

Hace años un algo funcionario socialista de Asturias, que seguirá en ejercicio, creo, me dijo una frase que no olvidaré: “la gente como tú quería un cargo que no le dieron”. Ese es el espíritu de la canalla que domina nuestra política.

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Fuente: Bez