Desde las cenizas del “no es no” PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Patxi Ibarrondp   
Sábado, 27 de Mayo de 2017 05:20

Desde el punto de vista ideológico y salvo sorpresas impensables, Susana Díaz y Pedro Sánchez son dos patas del mismo banco. Otra cosa es la mecánica de los acontecimientos. Lo cierto es que el “ave fénix” Sánchez ha protagonizado una épica infrecuente, por no decir insólita, en este país de maldiciones, brujas, macumbas y males de ojo. Con un aparato del partido que no solo le daba por desahuciado sino que lo habían arrojado al vertedero de la historia echándole cal viva cada día desde los medios afines para borrar dar el golpe de gracia a su presencia y dejar paso libre a la favorita.

Sánchez se ha bregado y ha vencido al odioso baronazgo del PSOE. El crujir de dientes de los Felipe, Guerra, Zapatero, Madina -el intrigante profesional-, Rubalcaba y “tutti quanti” de la plana mayor es indisimulable. Los amos que han mangoneado ese partido desde Suresnes. Los que han dirigido la política del bipartidismo y la laminación de la izquierda en este país, la constante traición a la militancia y al electorado; y los que han propiciado la mefítica ciénaga actual de insólita corrupción, donde la indecencia es ley y se hunden en la ignominia los valores democráticos.

Los militantes socialistas han enmendado la plana a los barones y han votado el “NO ES NO” de un Sánchez que, en tanto que Llanero Solitario, ha tenido que acudir a la mendicidad del “crowfunding” para financiar su regreso.

De entrada, es preciso reconocer los hechos. Sánchez ha sido el primer político que se atrevió llamar indecente a Mariano Rajoy ante las cámaras de televisión. Ese Rajoy que encarna al quiste insaciable que nos roba hasta la linfa de los huesos y nos sume en un abismo de apoderamientos salvajes de bienes públicos e gangsterista impunidad pepera.

No sé si al final nos quedaremos, una vez más, con los poderes fácticos tan compuestos como siempre y nosotros desarbolados y con el culo al aire. Ignoro si Pedro Sánchez va a dirigir ahora a su partido hacia la izquierda real o la virtual “lampedusiana” a la francesa o a cualquier otro neologismo de los macroliberalismos imperantes o si pactará con Podemos Unidos o con Ciudadanos. No tengo bola de cristal. Lo que sí se puede verificar es que este hombre político ha protagonizado una hazaña no desdeñable. Volver y ganar cuando te habían convertido en guano.

Es de suponer que alguien que ha hecho la travesía del desierto no vuelve a cometer errores de bulto como los de antes. Quizá otros, pero no los mismos.

Y yo agradecido asimismo de que nos haya librado de esa pesadilla demagógica, empalagosa y gritona que los suyos llamaban “Sultana” Díaz. Solo por eso le estoy agradecido, de momento. Mis oídos y meninges ya no podían más. Unos años más de eso y aterrizo en un manicomio.

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Fuente: El antídoto, blog de Patxi Ibarrondo