Crónicas de un bloqueo político postelectoral PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Rafael Silva Martínez   
Martes, 23 de Agosto de 2016 05:34

Por segunda vez consecutiva, la situación de bloqueo político postelectoral se reproduce en nuestro país, dado el resultado de las elecciones, el desproporcional reparto de la Ley D`hont, y las estrategias internas de cada fuerza política. Después de los fallos de UNIDOS PODEMOS que le llevaron a obtener un resultado electoral indeseado, y a no protagonizar el sorpasso al PSOE, la formación morada ha quedado en espera de que el PSOE de Pedro Sánchez (más bien habría que decir de los barones del partido, que son los que mandan) inicie algún acercamiento para poder esbozar mínimamente los mimbres de un gobierno progresista, pero si ya en la fallida XI Legislatura no fue posible (por la negativa del PSOE) con un número de escaños más favorable, es lógico pensar que esta vez tal hipótesis queda absolutamente descartada. No obstante, Pablo Iglesias y los suyos han instado reiteradas veces al PSOE a explorar esta vía, sin éxito por el momento.

 

Entretanto, han ido apareciendo diversos manifiestos y contramanifiestos, la inmensa mayoría de ellos en la misma línea, que es a su vez la misma línea en la que se han esforzado en dirigir el pensamiento mayoritario, o sea, la concienciación de que es absolutamente urgente y necesaria la formación de un Gobierno, y de que la repetición por tercera vez de las Elecciones sería un hecho bochornoso, que nos colocaría en el más tremendo ridículo internacional. 

Bien, así las cosas, vamos a comentar las diversas tácticas y estrategias del resto de las fuerzas políticas mayoritarias, para desverlar los auténticos intereses de cada una de ellas, y poder llegar a los mensajes de conclusión finales:

1.- El Partido Popular, en sintonía con el carácter gallego de su líder, juega desde el 26J a la estrategia del desgaste político de sus contrincantes, a sabiendas de que tiene a su favor no sólo ser la fuerza política más votada, sino el hecho de haber revalidado e incrementado el número de votos desde el 20D. Desde ese punto de vista, Rajoy se desgañita alertándonos de la necesidad imperiosa de formar Gobierno, bajo la presión de tener que aprobar urgentemente una serie de decisiones de importante calado, como son los PGE (Presupuestos Generales del Estado), el techo de gasto, y las posibles recomendaciones de Bruselas, a la luz de los nuevos planes remitidos a la Comisión Europea. El PP presiona, sin prisas pero sin pausa, al resto de formaciones políticas, pero sobre todo al PSOE, que con sus 85 diputados/as representa la llave para la posible gobernabilidad.

Pero a pesar de haber aceptado el encargo del Rey para que se presente a la investidura, Rajoy está haciendo una administración de dicho encargo y de los tiempos asociados con una absoluta irregularidad (incluso la Presidenta del Congreso, la ex Ministra Ana Pastor parece estar a sus órdenes, y muy posiblemente lo esté), bajo el falso mantra de que antes de presentarse necesita obtener los apoyos parlamentarios necesarios. En realidad, se trata de una falacia para ganar tiempo, y sobre todo, de un acto de tremenda soberbia de Rajoy y del PP, que después de haber contemplado dos investiduras fallidas de Pedro Sánchez, no quiere pasar por la misma experiencia. Pero sin embargo, muchos profesores y Catedráticos de Derecho Constitucional ya han advertido de que la investidura ha de intentarse de todos modos, porque es una obligación constitucional, y porque en caso contrario, no comenzarían a correr los plazos para una nueva cita electoral. 

2.- CIUDADANOS, como partido muleta para el régimen bipartidista, ha demostrado sobradamente que, aunque dice venir a "regenerar" la política, presta su apoyo tanto a PP como a PSOE, según conveniencia propia, bajo diversas excusas, todas variantes de la misma idea, grosera, demagógica y falaz: "Necesitamos hechar a andar este país", "La legislatura tiene que comenzar", "Tenemos que desbloquear España", y otras sandeces por el estilo, son el recetario diario de los líderes de este partido, sobre todo de Albert Rivera, que "por España y por los españoles" (¡cuánta hipocresía!) está dispuesto a hacer todo lo que le demanden los "intereses generales" del país. En realidad, los únicos intereses que obedece C's son los de las élites económicas y empresariales, empeñadas en continuar el modelo de políticas neoliberales que nos han traído hasta la actual situación de precariedad, pobreza y miseria para la mayoría, y despilfarro, corrupción y derroche para unos pocos. 

En realidad, la formación de Albert Rivera se aferra a su protagonismo para que la opinión pública lo vea como un partido "responsable" (de hecho, Felipe González ha alabado a Rivera por su "responsable" iniciativa), aunque en realidad, se afana por no quedar en unas (supuestas) próximas elecciones con un porcentaje residual de voto, al ir migrando todos sus posibles electores al PP. Y en su intento de apalancar el bipartidismo, no sólo insta al PSOE a que se abstenga en un debate de investidura, sino que recientemente ha presentado al PP una serie de requisitos para obtener el "SI" en la investidura (negando lo que habían repetido hasta la saciedad), requisitos que tienen que ver únicamente con algunas medidas cosméticas en torno a la corrupción, para hacerle un intento de "lavado de cara" a Rajoy y los suyos, cuando estamos hablando de un partido que ha sido declarado por los jueces como una auténtica "organización criminal". Ahí es nada. Pero como hemos dicho en muchas ocasiones, C's es el partido de la demagogia en estado puro. Bajo llamamientos a la "responsabilidad", el "sentido de Estado" y la "necesidad de reformas", esconden su deseo de que no gobierne la auténtica alternativa en nuestro país, y de que las relaciones de poder continúen como están. 

3.- El PSOE...¿qué decir a estas alturas del PSOE? Podríamos comenzar recordando que estamos en la situación actual gracias a su negativa a entenderse con PODEMOS en la fallida legislatura pasada, y que por tanto, en última instancia, prefieren mil veces abstenerse ante Rajoy que favorecer un auténtico gobierno de progreso. Por tanto, la estrategia de los falsos "socialistas" hasta ahora ha sido el silencio, y desde el último Comité Federal, la negativa a apoyar a Rajoy ni por activa ni por pasiva. Hasta ahora resiste las críticas de muchos de sus barones, tanto históricos (Felipe González, Alfonso Guerra, José Bono, Josep Borrell, etc.), como territoriales (Javier Lambán, Guillermo Fernández Vara, etc.), pero la pregunta es...¿Hasta cuándo? ¿Cuánto va a tardar en renunciar al NO para apostar por la abstención? Pero incluso me permito hacer una reflexión más allá de este planteamiento: si el PSOE contempla (internamente, aunque nunca lo confiesen ante los micrófonos) la posibilidad de terceras elecciones, es sólo con la esperanza de que el PP alcance aún un mayor número de votos, y ya no los necesite para la investidura, curándose en salud y saliendo victoriosos frente a un posible y suicida apoyo indirecto o pasivo al PP.

Hace algunos días apareció también un Manifiesto apoyado por varios ex Ministros del PSOE que pedía la urgente formación de un nuevo Gobierno (es decir, que el PSOE se abstuviera), pero incluso la demagogia y la falsedad llegan a límites insospechados: ahora el PSOE dice que no le critica a Rajoy su acercamiento a las fuerzas políticas independentistas, pero cuando a ellos les tocaba hacerlo si querían apuntalar la investidura de Pedro Sánchez, resultaba que eran el auténtico diablo, y que "no iban a hacer descansar la gobernabilidad de España en grupos que pretenden romperla". Es que destilan su hipocresía, sus mentiras y su indecendia a raudales. Tales son sus contradicciones internas, que el PSOE se ha convertido en una auténtica jaula de grillos. Ante tanta declaración y tanta estrategia insultante e indecente, cualquier observador concluiría que el PSOE está deseando que gobierne de nuevo el PP (de hecho, llevan jaleándolo y animándolo desde el 26J para que negocie "con las derechas"), ya que, según dicen, "los ciudadanos les han situado en la oposición"...¡ Y tan ricamente!, tendríamos que añadir.

Es una táctica que en el fondo busca volver a legitimar el bipartidismo, porque lo que se difunde subliminalmente es el mensaje de que "o gobierna el PP, o gobernamos nosotros, porque no hay más opciones, ni queremos que las haya". Si tanto dicen velar por "los intereses de España", en vez de por los intereses de su partido...¿porqué no han iniciado negociaciones con UNIDOS PODEMOS para abrir la posibilidad de un gobierno alternativo? Simplemente, porque no les interesa. Como hemos expresado más arriba, prefieren mil veces dar su apoyo a un gobierno antisocial y antidemocrático, como el del PP, a gobernar con una opción real de progreso, que les obligaría a tener que retratarse como una fuerza política de izquierdas, cosa que el PSOE dejó de ser hace ya mucho tiempo. Y a todo esto, se les ha unido el mantra fundamental del que ahora se valen tanto en PP, como en C's y en PSOE para justificarlo todo: ¡evitar las terceras elecciones! Han comenzado a intoxicar a la opinión pública difundiendo hasta la saciedad el mensaje de que la celebración de unos nuevos comicios significaría no sólo un rotundo fracaso de nuestra democracia, sino un absoluto ridículo internacional, un bochornoso espectáculo hacia el exterior. Y claro, es una excusa perfecta para justificarlo todo en aras al supremo objetivo de evitar nuevas elecciones. 

Y así, se nos dice que el país está "bloqueado", y que es imperiosamente necesario formar urgentemente UN Gobierno. Más bien lo que no dicen es que quieren formar EL Gobierno. Rompamos de nuevo falacias argumentales que sólo esconden los auténticos intereses que están en juego. A las élites (que son las que dirigen en la sombra todo este cotarro) no les preocupa en realidad ese supuesto bloqueo, sino salir del bloqueo con un Gobierno que responda a sus intereses. Y para ello vuelven a repetir que fue el PP quién ganó las elecciones siendo el partido más votado con diferencia (lo cual es cierto), a lo que nosotros continuamos replicando que bajo un sistema parlamentario como el nuestro (que el PP pretende cambiar bajo una nueva Ley Electoral para que se asemeje al modelo griego, que ofrece un plus de diputados al partido más votado, para evitar estas situaciones), el Presidente del Gobierno es aquél que consigue reunir mayor cantidad de apoyos parlamentarios. Y hoy por hoy, sigue siendo posible explorar una vía alternativa de un Gobierno realmente progresista en nuestro país, lo único que falta es voluntad política para intentarlo. No es cierto que el bloque de las derechas sea más poderoso actualmente que el bloque de las izquierdas (más o menos descafeinadas) en el Congreso. Por tanto, no es esa la cuestión. Lo explica muy bien Antonio Maestre en este artículo para el medio La Marea, al que remito a los lectores. Como afirma Maestre, los grandes poderes económicos y mediáticos se han empeñado en difundir la imperiosa necesidad de la constitución de un Gobierno, cuando la realidad es que están hablando de un Gobierno concreto que continúe aplicando las medidas que ellos postulan. 

Si el Gobierno que se estuviera intentando formar respondiera al bloque de las izquierdas, estos mismos agentes que hoy difunden por doquier la urgente necesidad del mismo, estarían dedicados a torpedearlo por tierra, mar y aire, intentando impedir por todos los medios que llegara a formarse. No es cuestión por tanto de urgencias, es cuestión de intereses de fondo. Las élites necesitan formalizar cuanto antes un nuevo Gobierno para volver a tenernos atados a todas las clases populares y trabajadoras, y continuar aplicando recortes sociales, laborales, culturales, políticos y económicos, volviendo a justificarse en las despóticas, ridículas y absurdas exigencias de Bruselas. Juegan con el hastío de la ciudadanía, incluso propagan engañosos tópicos como que hace falta una mayor cultura del pacto y del entendimiento, pero se refieren a pactar para salvaguardar sus intereses. Cualquier otro pacto sería torpedeado, bloqueado e interrumpido. Ellos lo piensan y lo llevan a efecto, aunque no se atrevan a decirlo tan claro como lo dijera, por ejemplo, Pinochet: "Estoy dispuesto a que en mi país haya elecciones, con tal de que no gobiernen las izquierdas". Así de claro. El miedo ganó en las pasadas elecciones, y ellos saben administrarlo muy bien. Así que no es cierto que nuestro país necesite urgentemente un Gobierno del PP.

Tal es la influencia de este absurdo pensamiento dominante, que hasta grandes figuras del espectáculo, como el actor Antonio Banderas, aconsejan la rápida formación de un nuevo Gobierno, ya que hay que solucionar, en su opinión, urgentes asuntos como los presupuestos o el techo de gasto, contemplando el escenario de unas posibles terceras elecciones como algo "drámático". Quizás visto desde la prodigiosa atalaya desde la que contempla Banderas la situación pueda ser así. Pero visto desde otras muchas posiciones, no lo es. Lo que resultaría verdaderamente dramático es que estemos dándole alas a una probable nueva legislatura guiada por un partido político (aunque es cierto que esta vez, al no disponer de mayoría absoluta, estaría bastante más controlado) que ha sido abanderado de los recortes sociales, del paro y de la corrupción. Lo que sería auténticamente dramático es contemplar cómo se continúa reprimiendo la protesta popular, privatizando los servicios públicos, degradando la educación pública, la sanidad pública, los servicios sociales, las prestaciones por desempleo, las pensiones y todo el conjunto de garantías de protección social. Lo que sería dramático es seguir desmantelando nuestro Estado del Bienestar, contrarreformando el mercado laboral, creando empleo basura y precario, y endureciendo el acceso a la dependencia, a las becas y a las matrículas de los estudiantes. 

Sería dramático contemplar cómo ese urgente Gobierno que había que formar para salir del "bloqueo institucional" y "por el bien de los españoles", continúa saqueando al país, denigrando a la juventud, atacando a nuestros mayores, profanando las históricas conquistas obreras, desahuciando a las personas de sus viviendas, expoliando el Fondo de Reserva de la Seguridad Social, protegiendo a los toreros y a la Iglesia, manipulando los medios de comunicación públicos, mientras indulta fiscalmente a los poderosos, propicia generosas ayudas a la banca y a los grandes empresarios, y nos vuelve a sacudir casi diariamente con nauseabundos casos de corrupción. Todo ello sería lo verdaderamente dramático. Sería dramático, y esto sí que sería un bochornoso ridículo internacional, que nos continuara gobernando un partido que debería estar ya ilegalizado, pues ha sido definido por los jueces de este país como una "organización criminal". Es éste el auténtico drama, y no que volvieran a celebrarse terceras elecciones. Terceras elecciones que por supuesto habría que evitar, pero no a cualquier precio. Es cierto que los partidos y coaliciones políticas con representación parlamentaria han de dialogar, acordar y negociar, hacer un esfuerzo de entendimiento, pero anteponiendo las necesidades de los más desfavorecidos, frente a los intereses de estos poderosos que nos "urgen" a formar Gobierno. Se ha de pactar, sí, pero en función de políticas de progreso, que vayan en la dirección contraria a todo lo que se ha hecho, que deroguen todas las leyes antisociales de la legislatura del PP, y donde no estén los protagonistas y responsables de tanta obscena corrupción. Ésta es la única forma decente de romper el bloqueo.

 

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Fuente: Rafael Silva