Cayo Lara, más autocrítica, por favor. PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Javier Fisac Seco / UCR   
Sábado, 25 de Abril de 2015 00:00

Lara, “Podemos” no es ni tu enemigo ni tu adversario. No es otra cosa que las bases sociales abandonadas por las izquierdas a su propia suerte y organizadas espontáneamente en movimiento asambleario. Son ciudadanos, asalariados, jóvenes, clases medias, pensionistas…, devorados por la depredadora langosta neoliberal, en busca de su propia alternativa. Porque nadie les había ofrecido nada, hasta hoy. Piénsatelo, aplicando el materialismo dialéctico como método de análisis para entender la lucha de clases, hoy. El sentimentalismo, el corporativismo y las lágrimas no sirven para entender nada. Obstruyen la mente.


Por qué buscan una alternativa propia? Por qué se han tenido que organizar a sí mismos? Por qué han tenido que elegir sus propios representantes? Dónde estaban éstos y dónde los políticos de izquierdas? Tal vez, Lara, si te hicieras éstas y otras preguntas, y aplicaras el materialismo dialéctico, encontrarías las respuestas al desplome de Izquierda Unida y de los comunistas. Que no es de ahora.

En otro tiempo, así empiezan los cuentos, cuando los comunistas se enfrentaron a otras izquierdas, apoyadas por los proletarios, entonces había proletarios no clases bajas o medias, se desplomaron. Cuando, sin embargo, unieron sus fuerzas, como en el Frente popular, en el Gobierno provisional de De Gaulle, en alianza con los socialistas de Mitterrand o el Frente Democrático Popular en Italia pasó a ser la fuerza política de izquierdas más votada. Nadie puede identificar a las bases de los partidos de izquierdas con los enemigos propios. Es una estupidez. La clase social es la misma. La miseria es la misma. Los derechos son los mismos. Los objetivos deben ser los mismos. Estos deben anteponerse a las diferencias corporativas. Son una traición.

Muchos y graves han sido los errores cometidos por el PCE dirigido por Carrillo. El primero, perder su seña de identidad comunista con la vana pretensión de ocupar el espacio socialdemócrata que ya estaba ocupado. Ese mismo intento ha acabado con el comunismo italiano. Retroceder ideológicamente siempre dará la victoria a quien ya ocupa ese espacio, la socialdemocracia. En ese retroceso lo más grave es que los comunistas no saben exactamente qué son. ¿Qué ideología tienen? si ni si quiera tienen en sus bibliotecas, no ya a los ilustrados o a los progresistas modernos como Marcuse y otros, sino ni a Marx, ni a Lenin, ni a otros revolucionarios no totalitarios. Es la ideología o son los intelectuales, cuando existen, cabezas de chorlitos? Una desgracia de la izquierda es que los intelectuales han sido desplazados por los funcionarios de partido.

Esta pérdida de identidad ideológica ha creado la confusión en  los ciudadanos, trabajadores y clases medias, en proceso irreversible de proletarización, ya lo dijo Marx y se está cumpliendo, por eso pierde el P.P., al servicio de la oligarquía, tantos millones de votantes. Todo es cuestión de tiempo. Han sustituido la conciencia de clase mediante la identificación con la conciencia de clase del neoliberalismo: la democracia capitalista. Todos somos demócratas. Demócratas capitalistas. Incompatible con la democracia social y económica.

¿Hemos alcanzado ya el fin de la Historia o acaso no existe la negación de esta democracia fundamentada en la defensa de la propiedad privada de los medios de producción y el capital? ¿Nos hemos quedado sin antítesis al aceptar que esta democracia es la síntesis, el final, de la Historia? “Podemos” dice que no porque se han construido como antítesis de esta democracia. Si son como si no son conscientes de que sus objetivos son la negación del neoliberalismo. Y eso es hacer ideología.

El segundo gran error, causa de la actual degeneración de los comunistas, la socialdemocracia ya se había degenerado mucho antes, ha sido la integración de los militantes en la estructura del Estado capitalista. ¿Quién, por muy comunista que se diga, va a movilizarse contra el Estado, la mano, que le alimenta? El Partido se ha integrado en la estructura del Estado. Consecuencia, es un partido electoral.

Entonces, ya no es un partido ni de masas ni del proletariado. Sus militantes existen en la estructura del Estado por eso están ausentes del barrio, de los institutos, de los hospitales, de la minas, de las fábricas…de los jóvenes. Aquí es donde precisamente se ha originado el movimiento “Podemos”, donde no están presentes los militantes de izquierdas. ¿Cómo van a estar identificados con las masas quienes no viven en ellas? Ni en el barrio ni en la fábrica. Tal vez, señor Lara, la respuesta a sus problemas no sea otra que volver a estar en los barrios, las calles, las fábricas, los institutos…entonces “Podemos” no habría tenido razón de ser. Pero ha tenido que nacer para llenar ese vacío.

Resumiendo, ¿cómo van a solucionar el PCE e Izquierda Unida su revisionismo ideológico hacia la nada capitalista? ¿Cómo van a contribuir a que las clases sociales, y hablo de clases porque el proletariado, que son todos los asalariados con distinta conciencia, y clases medias están siendo arrasadas por la oligarquía financiera, tomen conciencia de sus propios intereses de clase antagónicos y de su propia ideología? ¿Cómo van a transformarse de un partido electoralista integrado en el Estado en un partido arraigado en las bases sociales? ¿Cómo van a salir de su profunda crisis ideológica y organizativa sin culpar de sus propios fracasos a la espontánea eclosión de las masas en “Podemos”?

En la situación actual todos los movimientos son convergentes en la defensa, consolidación y ampliación de las libertades económicas, políticas y morales. Todos ellos forman, objetivamente, una tercera fuerza poderosa, si no se desintegra en luchas de protagonismo, propias del culto a la personalidad. No es ni necesario reunirse, a la manera de la vieja política, para repartirse esferas del Poder. Con empujar todos en la misma dirección convergente será suficiente.
No es posible una práctica revolucionaria sin una teoría revolucionaria. No es posible una teoría revolucionaria sin tener conciencia de clase sobre las libertades políticas, las libertades económicas y las libertades morales. A partir de aquí, es función de las vanguardias potenciar la maduración de la conciencia de clase entre los trabajadores. El pueblo en su conjunto.  

Y lo que acabo de decir tampoco es posible porque, bajo el dominio de la ideología neoliberal, está calificado de políticamente incorrecto. Todo pensamiento crítico molesta, luego es incorrecto. Se han propuesto borrar del tiempo histórico todo pensamiento progresista. Todos acabaremos siendo idiotas. Y los que queden con capacidad de pensar tendrán que reunirse clandestinamente, ya nos los contó Truffaut. Y volveremos al planeta de los simios, versión original. Es que estoy optimista.

 

Javier Fisac Seco es historiador, analista político, caricaturista

Último libro publicado: “La civilización pervertida o la ética sadomasoquista cristiana”