Entrevista a Manolo Monereo en Cuarto Poder: “El PSOE trata a Unidos Podemos como una fuerza marginal” PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Entrevistas
Escrito por Sato Díaz   
Miércoles, 15 de Agosto de 2018 04:26

monereo1Nuestro compañero Manolo Monereo (Jaén, 1950), diputado de Unidos Podemos, colaborador de este medio, teórico político, autor de varios libros… nos recibe en la cafetería del Hotel Praga, en la frontera entre el Manzanares y Carabanchel, donde nos refugiamos de un punzante calor. Hace unos meses, publicaba junto a Héctor Illueca el libro ‘España: un proyecto de liberación‘ en la editorial El Viejo Topo, libro prologado por Pablo Iglesias. En él, analiza los componentes que generan la actual crisis de régimen en el Estado español y propone soluciones para la generación de un proceso constituyente que cambie el modelo político, económico y social y sirva para blindar, como algo prioritario, los derechos sociales. De todo esto y de las expectativas de cambio, una vez el PSOE ha vuelto a la Moncloa, habla a cuartopoder.es, una charla reflexiva y pausada que ayuda a comprender los tiempos políticos en los que vivimos.

– Hace años que hablamos de crisis de régimen. Hay quien dice que con la llegada de Sánchez a la Moncloa se puede dar un cierre por arriba de esta crisis y con maquillaje incluido para la monarquía…

– Yo creo que es así. El proyecto de un cambio de régimen, de una democratización sustancial de la sociedad y economía españolas, está en serio peligro. Sánchez no es otra cosa que la vieja aspiración del PSOE de convertirse en el partido del régimen, en el partido más representativo del régimen, y en ser el único capaz de estabilizarlo. Es el que es capaz de hacer el pacto social, de recoger, en cierta medida, las aspiraciones populares y, por otro lado, no poner en riesgo los intereses de la oligarquía dominante. Eso lo ha hecho siempre muy bien el PSOE coincidiendo con etapas de crecimiento económico, cuando este crecimiento cae y no puede desarrollar esas políticas, cae a la oposición el PSOE.

Hoy estamos en esa deriva clarísima, el PSOE quiere ser, cueste lo que cueste, la centralidad del régimen y, para eso, está haciendo políticas que le permiten obtener un consenso amplio en la sociedad, también en los sectores más desfavorecidos que lo ven con esperanza y, por otro lado, no poner en cuestión las grandes zonas de confort y de poder de los poderes fácticos. El PSOE está intentando cerrar así la crisis de régimen, intentando demostrar a los poderes fácticos que el único que lo puede hacer es él. Esa fue la gran obsesión de Felipe González, de Zapatero y, ahora, de Sánchez.

Cuando nos preguntamos de qué hablaron Casado y Sánchez en su reunión, tenemos que tener claro que hablaron de lo que no dijeron en los medios. Hablaron de la monarquía, de fortalecerla, de que esté en el centro del país. La presencia del rey en la conmemoración de los atentados es parte de esa entrevista y simboliza a la perfección que Sánchez se echa sobre las espaldas la restauración de un régimen monárquico renovado y la de la figura de Felipe VI.

– Hace unas semanas parecía que la institución monárquica se había debilitado. En un artículo en cuartopoder.es hablaba de que el centro de la trama estaba en la Jefatura del Estado. ¿Cree que, hoy en día, esta institución está debilitada?

– Creo que las encuestas nos dicen que más de la mitad de la población española se reclama republicana sin problemas. Y que cuando bajas la edad, se hace más evidente. La monarquía tiene un problema gravísimo con los jóvenes, hablo de la franja de 18 a 40 años. En esa franja de edad, la gente ve una institución inútil. Si a eso se le añade que es corrupta, la cosa se les complica enormemente. Una de las cosas que está haciendo Sánchez mejor que nadie, pactada con la monarquía, es limpiar la imagen de esta para que la corrupción evidente del rey emérito no le acabe salpicando a Felipe VI. Ese es el gran pacto que se está fraguando y que tiene detrás al PSOE, al PP y a Ciudadanos y espero que no tenga también a otras fuerzas políticas.

– ¿Qué sugiere?

– Estoy sugiriendo, por ejemplo, al PNV. Incluso al PDeCat.

– Cuando Sánchez llegó al poder en la interna del PSOE, en la campaña de las primarias, en sus mítines veíamos banderas republicanas. ¿Hasta qué punto puede ser la monarquía un lastre para el propio Sánchez?

– Creo que la Monarquía es el obstáculo fundamental para el cambio político en España. Se ha configurado como el eje vertebrador de un régimen oligárquico, subalterno en una Europa alemana. Esta monarquía es la que se opone a cualquier cambio que pueda cuestionar su propia hegemonía.

Todo el mundo sabe que el Título VIII de la Constitución tiene que ser superado, no se hace porque se piensa que si se abre el melón de la Constitución, se abre también el de la monarquía. Todo el mundo sabe que hay un problema muy serio con la Unión Europea, hay que dimensionar, de una u otra forma, constitucionalmente nuestra presencia en la UE, pero si esos cambios profundos se hicieran, se podría cuestionar la monarquía. La monarquía es el eje de estabilización del sistema y, por lo tanto, el eje república o monarquía es el eje de la democratización o no española.

– Esta semana hemos visto cómo se reunían Sánchez y Merkel y ninguna palabra crítica con la austeridad económica alemana para Europa. Es el Sánchez que en las primarias decía “no es no” a los recortes de Rajoy… ¿Cómo valora esta especie de alianza de Sánchez con Merkel y Macron?

– Intentan aprovechar el Brexit y una Italia díscola para mejorar su situación con respecto a Europa. Hay una cosa que es sustancial en las políticas del PSOE desde Felipe González: la subalternidad frente a Alemania. El PSOE considera que la única Europa posible es la alemana y hay que estar a buenas con lo que decida Alemania. Esa fue la centralidad europea de González y Zapatero, también de Sánchez. Lo que más me molesta de esta visita es la parafernalia humanistoide de la que se está dotando. Esta idea de que Alemania viene para crear un eje contra la xenofobia me parece una falsedad enorme.

Hemos visto la respuesta de Sánchez ante el Tribunal Europeo sobre las devoluciones en caliente. Estamos hablando de un Gobierno que tiene una doble política. Como siempre, el PSOE ejerce una política ante los medios de comunicación y otra, la real, que va dosificando. Es Alemania la que va a imponer la política europea de migración en relación a sus intereses nacionales, como es natural. A mí me molesta la gigantesca hipocresía sobre el tema migratorio cuando desde hace una decena de años, para la UE, la inmigración es un problema de geopolítica que soluciona militarmente.

La política real que hace Europa es la externalización de fronteras. Una primera frontera en Ceuta y Melilla, pero también más allá, en el Sahel, usando estados fallidos. Esa es la política real que hace Europa, que considera la inmigración como un problema de seguridad y de defensa y que le afecta sustancialmente. Europa no podrá aceptar un número elevado de inmigrantes nunca. Pongo el ejemplo de Libia, se cargan un estado y lo convierten en fallido, ahora hay que pactar con las tribus que tienen el poder en Libia la política de contención de migrantes. Es un fracaso. La única posibilidad para África es un New Deal, un nuevo orden, una transferencia de rentas de Europa hacia África y un programa de desarrollo serio hacia África. Sin eso, es imposible una salida.

– Vemos en los países europeos de alrededor que cuando el debate migratorio es el principal, se imponen las tesis de la derecha. ¿Corremos ese riesgo en España?

– Creo que España ha aguantado bien. Entre el 2000 y 2005 llegaron casi cinco millones de inmigrantes… Mi intuición es que debemos tener cuidado con esto, hay ya señales de alarma de que para una parte de la sociedad española la inmigración es un problema más que una solución. En eso, las fuerzas políticas deberían hablar con claridad y seriedad y sin hipocresía.

– En este debate migratorio del verano, tan alentado por algunos medios de comunicación, ¿ha echado de menos la voz de la izquierda alternativa?

– El problema es que tenemos una derecha tan cavernícola que no le hace falta ni una derecha populista al estilo europeo porque siempre lo han sido. Cuando Casado dice que no puede haber papeles para todos… Pues claro, es evidente, no somos tontos. Claro que España no puede admitir las decenas de miles de personas que están huyendo del hambre, algo de lo que, por cierto, los españoles sabemos mucho. La gente quiere venir para mejorar su nivel de vida, su trabajo. El problema de fondo no es decir que hay que dar papeles para todos, hay que decir qué hacemos con los que llegan, cómo se les trata, y qué hacer de África.

África no puede seguir siendo exportadora de mano de obra esclava. Esa inmigración es mano de obra sumergida, sin derechos, de sobreexplotación, son nuevas formas de esclavitud. Eso no lo quieren tampoco los trabajadores europeos. Es necesario un plan integral que sea capaz de desarrollar África y, por otro lado, que la gente que venga a Europa lo haga con unas condiciones dignas y no para sustituir mano de obra barata por trabajo esclavo.

– Conoce muy bien Italia. ¿La ausencia de la izquierda es el motivo de que gobierne quien gobierna?

– No tengo duda de eso. Italia demuestra que hoy se puede vivir sin izquierda. Es importante que se aprenda esto en España. Italia muestra que la izquierda puede desaparecer como movimiento de masas, como referente político; en Italia la izquierda ha desaparecido y ha sido sustituida por un debate que es el mismo que se da en Rumanía, Holanda, Polonia, Hungría… En estos países han aparecido dos fuerzas, un populismo de derechas y otro de extrema derecha, que establecen los marcos políticos de esos países y en el que la inmigración es un tema fundamental que afecta a la identidad nacional.

Desde esa perspectiva, sería bueno aprender de que la condición previa para que se acabe con la izquierda es una izquierda que no cumple las promesas. Tengo el convencimiento de que si fracasa Sánchez, si el PSOE hace cosmética y no las reformas necesarias, vendrá una derecha extrema dura y pondrá en peligro la democracia del país. Sánchez no se da cuenta de que está gobernando gracias a Unidos Podemos, está gobernando porque una parte de la sociedad española sigue teniendo la esperanza del 15-M. Si de nuevo hace políticas, como ha hecho el PSOE, regresivas, que sean percibidas por la población como que cierran el cambio político y social, se pondrá en peligro el PSOE y la democracia en nuestro país.

Ese es el gran peligro que tiene el PSOE y que se nos arrastra a nosotros. Una socialdemocracia que no se ha dado cuenta que está al borde de la desaparición en toda Europa y que la única medida de regeneración es hacer lo que Melenchon, Sanders y Corbyn han hecho. Si quiere ser de nuevo Hollande, Renzi o la socialdemocracia alemana, si sigue por ese camino, creará muchas dificultades a Unidos Podemos pero, sobre todo, será lo que abra la puerta a la derecha en España de nuevo.

– Por las pinceladas que hemos visto en estos meses de Gobierno de Sánchez, ¿qué camino cree que está adoptando?

Mi impresión es que se va situando en el peor sentido. ¿Por qué? El PSOE tiene 84 diputados, nosotros unos 70, los dos juntos somos una fuerza enorme. No tenemos mayoría absoluta, pero somos una fuerza determinante. El PSOE no nos trata ni como un socio ni como aliados, nos trata como una fuerza marginal con la que hay que contar y a la que hay que forzar a votar, algunas veces, según su orientación. No nos tratan con igualdad. El tema del techo de gasto es fundamental, Unidos Podemos ha tenido una posición muy coherente estos años y ya la tuvo antes IU. Saben nuestra posición.

Hace falta para el techo de gasto que el Senado esté de acuerdo. En el Senado hay una mayoría absoluta del PP que ha dicho que no va a votar. El techo de gasto del Gobierno no tiene salida porque no tiene mayoría suficiente. Nosotros habíamos apostado por acabar con la ley que permite que el Senado vete la iniciativa del Congreso. Nos encontramos que se sientan a negociar con nosotros la noche anterior y luego nos chantajean y nos culpabilizan diciendo que depende de nosotros, cuando depende del PP que tiene mayoría absoluta en el Senado.

¿Por qué ocurre esto? Es un problema delicado. Creo que la tarea del PSOE para los próximos meses es convertirse en la centralidad del país, la vieja obsesión del PSOE, y erosionar y limitar en todo lo posible la fuerza electoral de Unidos Podemos. El PSOE no reconoce la pluralidad de la izquierda y, por lo tanto, no reconoce la existencia de Unidos Podemos, nos considera un mal a superar, un estorbo. Para el PSOE el acuerdo real es el retorno al bipartidismo y acabar con las otras dos patas de la mesa. Cuando el PSOE habla con nosotros, no ve a un aliado ni la necesidad de construir una mayoría parlamentaria alternativa, nos ve como un mal a superar y, si no lo consigue, Sánchez considerará que ha fracasado políticamente.

¿Quiere el PSOE gobernar con nosotros? ¿Y si no quiere? Puede que quiera sacar réditos electorales diciendo que se reedita la pinza entre PP y Unidos Podemos. No se aprueba el techo de gasto por culpa de esta pinza cuando de nosotros no depende. No se aumenta el techo de gastos para comunidades y ayuntamientos por nuestra culpa, cuando de nosotros no depende.

– El retorno al bipartidismo…

– Para mí el bipartidismo es un modo de organizar el sistema político para que los mandan y no se presentan a las elecciones sigan mandando. El PSOE para buscar la centralidad en la política española no puede tener una fuerza grande a su izquierda, la primera prioridad es derrotarla.

– ¿Está preparado Unidos Podemos para esa presión que prevé por parte del PSOE, con la consiguiente presión mediática que traería consigo por parte de medios como El País, La Sexta…?

– La recomposición política va acompañada de la recomposición de los medios. Está claro que hoy, de nuevo, el periódico del régimen está siendo Prisa que está viviendo un momento nada fácil. Se ha cansado de tener fuego amigo y busca calor de amigo, en este caso el calor de amigo es Pedro Sánchez y hacer, entorno a él, la recomposición del régimen.

Yo creo que el pacto real que hay hoy en día en el Parlamento es el pacto PSOE-PNV. Esa es la verdadera centralidad de la vida parlamentaria. Es una cosa vieja, las viejas relaciones entre PNV y PSOE han sido muy fuertes. Mi impresión es que ese es el eje y que arrastra o puede neutralizar al PDeCat. El PSOE no hará nada que ponga en cuestión el apoyo del PNV. Las líneas rojas del PSOE serán las líneas rojas que le ponga el PNV. ¿Cuáles serán esas líneas rojas? En cuestiones simbólicas, como el antifranquismo y memoria histórica, dejará pasar, en cuestiones sociales será más prudente que el PSOE y, obviamente, no va a tocar la materia laboral y no va a cuestionar las cuestiones europeas.

¿Estamos preparados nosotros? Depende mucho de nosotros. Estamos viviendo una etapa muy complicada, la gente desea creer porque llevamos muchos años de derecha dura, oscura y negra. La gente necesita ilusión. Sabiendo que puede ser mentira, la gente quiere confiar en Sánchez, necesita ilusiones. Por otro lado, hay que tener en cuenta que el PSOE está trabajando siempre con las encuestas encima de la mesa, el tándem Pedro Sánchez e Iván Redondo va a funcionar. Es un Gobierno preparado para ganar las próximas elecciones, con esa meta. Espero que Unidos Podemos seamos capaces de avanzar.

– ¿Cómo avanzar?

– Yo soy muy partidario de la unidad. La mejor manera de responder a esta táctica prevaleciente en el PSOE es afianzando la unidad popular, que sea una parte fundamental de la estrategia de Unidos Podemos.

– ¿Se echa en falta a Unidos Podemos en las últimas semanas en el debate político?

– Creo que la iniciativa del Gobierno ha sido muy fuerte. Hay mucho humo. Por un lado, la recomposición de medios alrededor del Gobierno es muy importante, por otro, el Gobierno siempre busca elementos que polaricen con la derecha. Si te fijas bien, el PSOE sigue una versión sofisticada de la estrategia de Zapatero. El PSOE abre un frente con la derecha, como el tema de Franco. Después espera a la reacción de los poderes fácticos y de la derecha. Después llega un tercer momento, mide qué quiere la derecha y se pone en el centro. Empieza a hacer letra pequeña e intenta cooptar para esa posición a su izquierda, ahora Unidos Podemos. Pero esa propuesta ya no le interesa a la izquierda porque está pasada por el filtro de la derecha.

Esa estrategia, como verás, tiene como objetivo subalternizar a Unidos Podemos. Si no hay mayoría posible para cambiar el Senado, que tiene mayoría del PP, ¿cuál es la estrategia de detrás para obligar a Unidos Podemos a aceptar la propuesta del PSOE si luego el PP la va a parar en el Senado? ¿Cuál es el objetivo? Subalternizarnos, quitarnos de en medio. No nos reconocen como parte del futuro del país, sino como algo que ha pasado y es bueno que desaparezca.

– Si eso es así, ¿qué debe hacer Unidos Podemos? ¿En qué momento tiene que romper con esta estrategia con el PSOE?

– Mi opinión es que debemos definir bien el campo político que se está abriendo, con finura, mirando siempre a la población. La población tiene un deseo de cambio, para una parte el PSOE puede ser el cambio, tenemos que apoyar el cambio pero denunciar los incumplimientos del PSOE. Es una posición delicada, pero tenemos que estar ahí.

Por otro lado, necesitamos definir un proyecto alternativo de país. Tenemos que tener un decálogo, un conjunto de ideas fuerza que definan qué país queremos. Esto, sobre todo, en las cuatro vertientes sustanciales: relaciones con la UE y OTAN, blindaje de los derechos sociales como tema central, avanzar hacia un Estado federal es decisivo y la necesidad de un nuevo modelo productivo. Me parece que estas son las grandes cuestiones que tiene el país por delante. Habría que hacer, además como elemento clave, una lectura feminista a fondo de la Constitución. Darle un horizonte a una parte muy importante de la población que se ha movilizado. Hace falta unos estados generales por la alternativa de la ciudadanía. Hace falta concentrar en Madrid a miles de personas para apoyar un proyecto de país, un decálogo de ideas fuerza, para sacar a la gente a la calle.

La tercera cosa que tendríamos que hacer es profundizar en la unidad. Para mí, la unidad es el mejor mecanismo para hacer viable la alternativa. Me refiero a cosas muy concretas. Unidos Podemos no es otra cosa que un grupo parlamentario, no hay Unidos Podemos en las ciudades, pueblos, barrios, provincias… Es increíble que sigamos después de dos años sin tener una vertebración por debajo de la organización. No hablo de crear un partido político, hablo de cosas más sencillas, de comités de base donde las organizaciones se reúnan… Eso no se está haciendo y se deja fuera a mucha gente que está por Unidos Podemos pero no por una sola de las organizaciones existentes. Yo sería favorable a hacer a esta gente partícipe.

– ¿Es esa la apuesta de la dirección estatal? ¿Por qué después de cinco años de Podemos no hay una organización de la militancia en una buena parte de los municipios?

– Creo que la vida nos supera. Es decir, la vida se ha acelerado mucho hasta el punto que las fuerzas políticas no son capaces de estar a la altura de la vida. Si te despistas un mes, cuesta mucho trabajo recuperarte. Lo que hace falta en Unidos Podemos es una gran iniciativa política, construir una agenda propia y movilizar a la sociedad. Con esperanzas racionales, concretas y posibles. Demostrar a la gente que, frente a los cambios cosméticos o episódicos del PSOE, se puede hacer una política a lo grande en España, más allá de los límites que impone un régimen que intenta cerrarse a nuestra costa, se cerrará a nuestra costa.

– Uno de los elementos que, previsiblemente, marcarán la agenda política de los próximos meses será el conflicto catalán de nuevo. Unidos Podemos estuvo en una situación intermedia, se decía eso de que en un partido de fútbol no puede ir con el árbitro. ¿Crees que si se repiten situaciones como las del año pasado se deberían enfocar desde otra perspectiva?

– Creo que la vida nos ha enseñado a todos que si viene ya no será como antes. La hegemonía que ha tenido el independentismo en Catalunya, a mi juicio se ha estancado, las divisiones internas han crecido mucho. Creo que tenemos que construir un tercer espacio en Catalunya. En cierta medida, lo hemos construido, pero por razones diversas, como nuestra propia debilidad, se ha impedido. Frente al espacio del independentismo y del nacionalismo rancio español, hay un espacio democrático federalista y de izquierdas que en Catalunya tiene un espacio más grande del que parece.

Para eso nos van a ayudar las elecciones municipales. El municipalismo de base y de izquierdas en Catalunya será importante y estará protagonizado por nosotros. Nos puede permitir salir de este impasse entre dos nacionalismos extremos que no dejan espacio a otra opción. Creo que la vida va a ser para nosotros más fácil ahora que antes, teniendo en cuenta que la facilidad de nuestras vidas es siempre relativa.

– Habrán elecciones en otoño en Andalucía, parece ser. ¿Ilusionado con el proyecto de Adelante Andalucía?

– Estoy convencido de que sólo la unidad entre Podemos e IU y los colectivos andalucistas no nos van a hacer vencer en Andalucía. Andalucía necesita una alternativa por la izquierda, esto es lo que hemos construido, se podría haber hecho mejor, seguramente, pero es lo que hemos sido capaces de hacer. Es lo único que nos puede hacer capaces de presentar una alternativa seria para Andalucía por la izquierda.

Para los que vivimos allí, no hay discusión. La discusión que ha habido es cómo se han hecho las cosas, eso tiene que ver con Podemos, pero para la gente que no está ni en IU ni en Podemos, no hay alternativa a la unidad. Ahora hay que generar una expectativa seria, unitaria y que se abra a los miles de hombres y mujeres que están por una alternativa andalucista por la izquierda y que se dan cuenta que la alternativa real al mundo que refleja Susana Díaz es Adelante Andalucía.

Va a ser muy importante la presencia de Pablo Iglesias, de Irene Montero, de Alberto Garzón, de Ione Belarra, de Rafa Mayoral, Íñigo Errejón, Enrique Santiago…  Veo la campaña electoral andaluza como una campaña de puesta en pie de una alternativa de izquierdas, popular, democrática, nacional-popular, centrada en los problemas de Andalucía pero con conexión con Unidos Podemos del resto del Estado. Será magnífico que toda esta gente refleje en la campaña esa solidaridad que necesita Andalucía. Mi consigna es clara, cambiar Andalucía para cambiar España, cambiar España para cambiar Andalucía.

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Fuente: Cuarto Pder