Entrevista l ex teniente Luis Gonzalo Segura. "Este no es el Régimen del 78, es el de 1939"a PDF Imprimir E-mail
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Escrito por Último cero   
Domingo, 28 de Enero de 2018 07:28

El ex teniente Luis Gonzalo Segura sigue disparando contra un Ejército rancio, franquista y manejado desde el exterior. Sin balas. Con libros. Ya van tres. Los dos primeros fueron novelas y algunos se quejaron de que parecían munición de fogueo. No podrán decir lo mismo de “El libro negro del Ejército español”, su último trabajo. 880 páginas, 1.600 referencias cargadas de armamento pesado contra el sinsentido que muchos no quieren que se conozca. El pasado jueves recaló en Valladolid de la mano de Anticapitalistas para contar tropelías como la compra de submarinos que no flotan, aviones que no vuelan o carros de combate que no funcionan por falta de combustible. El día a día del glorioso Ejército español que, según cuenta, no dispone hoy por hoy con efectivos suficientes como para garantizar la seguridad nacional.

¿Primera a visita a Valladolid como civil no?

Exactamente. Ahora mi caso está en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, el Constitucional y el Supremo. Y vamos a ver si hay suerte y se van ganando los procedimientos.

¿Y su intención real es volver al Ejército?

Sí claro. Creo que es un error el que abandonemos estos espacios. Es una denuncia que yo estoy manteniendo y no hacerlo sería una falta de coherencia. Volver, volvería. Pero todo este tiempo ha sido un viaje en lo personal y hay actitudes con las que incluso ahora sería mucho más tajante. Hay puntos que cuando estás dentro del sistema los consideras mucho más normales y que cuando estás fuera ves que no, no es normal.

Su tercer libro. No hay dos sin tres. ¿Qué aporta este?

Es muy importante. Sobre todo al tener en cuenta lo que ocurrió con los otros dos, que eran novelas de ficción. Es cierto que se denuncia un panorama real, pero no deja de ser una novela y permite dudar sobre qué es o no ficción. Cuánto hay de vivencia personal, de exageración… y a partir de ahí ya entramos en el descrédito hacia los denunciantes: esto lo hace por rencor, es un mal profesional…

De hecho, ya ha sufrido ese descrédito por parte de ‘fuentes del Ejército’ ¿no?

Sí, en el año 2014 publicaron que me habían investigado por acoso sexual. Esa noticia está denunciada, afortunadamente. El año pasado conseguimos que la cosa pasase a juicio oral. Le han impuesto a El Confidencial 250.000 euros de fianza y están imputados tanto el periodista como el director. Todavía no tenemos fecha de juicio.

¿Cuatro años después?

Extrañamente hay cuestiones jurídicas en este país que van muy rápido y otras que van muy lento. Es muy triste tener que tener esa noticia en la cabecera de Google. Es hiriente y extraño.

¿Esto también forma parte de la estrategia del Ejército?

Forma todo parte del mismo patrón, como denuncio en este libro. En los accidentes aéreos, el culpable siempre es el piloto y si ha muerto, seguro. Es una manera de no asumir la responsabilidad. Yo puedo ser el hombre más sucio y rastrero de este mundo y eso no cambia un ápice lo que estoy denunciando. Son cosas que deberían estar al margen del debate, pero ya sabemos que el juego es ese. Siempre el mensajero… Ha pasado lo mismo con Rubén en la Policía al sacar las cloacas de interior. Entras en OK Diario y ves una noticia que cumple exactamente el mismo patrón que la mía: es mal policía, ya lo querían echar… Bueno, si esto es así ¿Por qué hasta que este hombre habla no le escucháis?

La procuradora de Podemos en las Cortes de Castilla y León, Adela Pascual, fue la encargada de presentar al teniente Segura.
La procuradora de Podemos en las Cortes de Castilla y León, Adela Pascual, fue la encargada de presentar al teniente Segura.

¿Cuál es la parte más oscura del Ejército?

En el libro hablo de temas que no se ha hablado nunca. Son 880 páginas con más de 1.600 referencias. Se habla de los acosos, los privilegios, los abusos, las corruptelas o la situación de determinados colectivos: los homosexuales, las mujeres, los musulmanes, los inmigrantes. La industria armamentística, las guerras neo colonialistas en Afganistán e Irak… ¿A dónde hemos ido?, ¿Qué hemos hecho?, ¿Qué hemos sacado? Y cómo hemos llegado hasta aquí, los periodistas que se lucran del Ejército… hay elementos claros. La Iglesia en el Ejército o la inmensa cantidad de oficiales franquistas, fascistas, nazis… y jaleados y espoleados por el mismo sistema…

¿Quién es en realidad este Ejército? ¿El Estado Mayor, la industria armamentística, esos oficiales franquistas…?

Este Ejército se ha modernizado, pero no se ha democratizado. Hay un cambio que se narra en el libro que es muy importante. El Ejército hace 150 años tenía unas funciones muy específicas: defender España y servir de punta de lanza de la política exterior del país. A día de hoy nuestro país es un ente administrado desde el exterior, una colonia o quizás el término más exacto sea el de protectorado. Y como tal no tenemos ningún poder de decisión. Hacemos lo que nos mandan. Cada vez que abre la boca el señor Trump nosotros actuamos. En el libro se demuestra con datos. Llevábamos una política de reducción de gastos y personal en los últimos 10 años en España, en Italia y en Francia y desde el año 2013 y Estados Unidos empieza a decir que no paga la OTAN, que ese es un problema nuestro, ahí se invierte todo. Es evidente la ingerencia clara del exterior. La voz que nos obliga a cambiar nuestra política. A nivel exterior tenemos vetada la posibilidad de tomar decisiones incluso en nuestro área de influencia. Nuestros ejércitos son actualmente un apéndice comercial.

¿Tenemos suficientes soldados?

¿Tenemos un número mínimo de militares para defender nuestro país? No. Con 125.000 militares es imposible. No te da. ¿Tenemos un mínimo de militares para dar un golpe de estado? No. ¿Para intervenir en Cataluña? No. Sería impensable. ¿Para qué tenemos un Ejército? Porque es un apéndice comercial de otros muchos. Nosotros tenemos demasiados pocos militares si de verdad fuéramos un país independiente y demasiados militares para lo que realmente actuamos.

¿Pero hay muchas misiones en el exterior no?

El año pasado batimos el récord en número de militares proyectados en el extranjero (5.000 de 120.000).

Más allá del peligro real que implican algunas misiones ¿No son una compensación económica?

También. Ese es otro de los aspectos que abordo. Participar de la OTAN supone unos beneficios para los militares que no deberían ser. Esa política debe cambiar.

Público asistente a la charla de ex teniente Segura organizada por Anticapitalistas.
Público asistente a la charla de ex teniente Segura organizada por Anticapitalistas.

Y con este panorama que describe: un Ejército con estructuras franquistas, que es en realidad un protectorado y con una realidad oculta que a nadie parece importar ¿se puede democratizar el Ejército?

Es muy complejo, pero hay que luchar por ello. Esta misma semana nos han vuelto a atracar. Un atraco de 30.000 millones de euros en un nuevo ciclo armamentístico. El anterior quedó en que debemos 20.000. Y tenemos un submarino que no flota, un avión que no vuela, un carro de combate Leopard del que hemos tenido 150 unidades almacenadas porque no había combustible… un auténtico disparate. Y sobre este disparate, otro más de 30.000 millones. Necesitamos que el modelo de Defensa esté en la agenda política.

¿No teme que si finalmente entra en la agenda política sea para una simple cuestión de equiparación salarial?

Eso ni si quiera es entrar en la agenda política. Eso es que en el estado de exaltación nacional que vivimos a día de hoy se quiera recompensar de alguna manera a esos cuerpos y fuerzas de seguridad que se ha mantenido malpagados y apaleados siguiendo la costumbre franquista. Pero eso no es estar ni siquiera en la agenda. Mientras estamos con la bandera en la mano, ya digo, nos acaban de atracar 30.000 millones de euros. Si se suma lo del ciclo anterior son 60.000 millones: estamos hablando de un rescate bancario, de los recortes de Rajoy en Sanidad y Educación. Y lo peor es que este dinero no se ha gastado bien.

Y en este contexto, se siguen produciendo escándalos que son silenciados sistemáticamente.

Tenemos a un capitán condenado por 28 agresiones sexuales, en línea con los más de 100 delincuentes que tenemos en las Fuerzas Armadas…

Parece evidente que no hay ese caldo de cultivo para procurar la democratización de la que habla.

No lo hay.

¿El ‘a por ellos’ en un cuartel es el himno habitual?

Para que se haga una idea. Cuando sucedió lo de Cataluña, me manifesté radicalmente en contra de la brutalidad policial. Siempre me he manifestado a favor del referéndum. Hay algo que parece evidente: parece que el ordenamiento territorial actual está emanado de Dios. Pero si nos fijamos en nuestra historia los problemas con la ordenación del territorio son una constante. Nadie se cuestiona ahora el ordenamiento provincial. Nadie concibe cambios ahí, ni los independentistas. Hasta ese punto este tipo de entelequias terminan incrustadas en las mentes.

¿Imposible un cambio de modelo territorial?

Si hubiese algún cambio pactado no ocurriría nada. Las fronteras no son inamovibles. Lo que hoy se configura de una forma, mañana puede ser de otra y no pasa absolutamente nada. A Cataluña le va a ir mal por independizarse, pero no por independizarse, sino porque el resto de España hundiría a Cataluña. La expulsaría de Europa, la boicotearía y si nos dejasen, porque yo creo que no nos dejan, la bombardearíamos. Pasa lo mismo con la Constitución, que parece que es sagrada y los que más la escupieron son las que más la defienden hoy. Es algo delirante. Este no es el Régimen del 78, es el de 1939.

¿Su futuro pasa por la política?

No. Tengo muy claro que no. En un principio sí que me moví en ese sentido. Creo que la Política y los Medios de Comunicación son el único lugar donde yo puedo estar. Sobre todo porque yo soy una persona apestada a ojos de la ciudadanía. Cuando perdí el empleo en 2015 me moví en ambientes ideológicos afines y llegué a pedir trabajo a algún partido, no tengo problema en reconocerlo. En aquel momento sí que estaba dispuesto a ello. A hora no. Sí que contemplo trabajar en política o en periodismo, pero siempre en los sótanos, nunca en primera línea.

¿Se arrepiente de no haber dado en salto entonces?

No. No valgo para político. Cuando eres político tienes que defender una línea concreta. Yo tengo mis ideas y son las que son y están por encima de eso. Si mañana tuviera que defender a la OTAN, pues no podría. Es una organización criminal y en el libro lo demuestro.

Pongámonos en el final de todo su proceso judicial. Le dan la razón. Permiten que se reincorpore y… ¿con todas estas declaraciones no volvería a la casilla de salida con nuevos expedientes, denuncias….?

Claro, habría que ver exactamente el motivo. Si me dan la razón con la libertad de expresión bajo el brazo sería el momento de montar la marimorena de nuevo. Pero si es que no, también habrá que montar la marimorena. Habrá que comenzar de nuevo el ciclo y decir aquí estoy, he vuelto y os voy a dar por saco un rato. El problema lo tienen ellos. El problema es de los delincuentes, de los fascistas, de los nazis, de los ladrones… Que yo diga que quiero un Ejército moderno, democrático, no es un ningún problema. Para quien lo sea debería ser expulsado.

¿Ejército y democrático son términos que casan?

Yo planteo un modelo de Ejército en España. Pero aquí estamos demasiado acostumbrados a los porrazos y no siempre es así. No en toda Europa es así. El sindicato belga llamó la atención a su rey por utilizar un avión militar para un uso particular. Eso es algo que aquí sería impensable.

¿Qué pasa al cruzar los Pirineos?

Que estamos en el norte de África, salvo Portugal, donde en su día los militares se movieron por motivos salariales y de promoción interna. Es alucinante. Las posibilidades que tenemos de tener un Ejército verdaderamente democrático pasan porque en algún momento haya un grupo de militares que se sienta menospreciado a nivel ascensos o condecoraciones. Solo en ese momento puede haber un vuelco.

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Fuente: Último cero