Monereo: “Pablo se va a quedar, no se va a ir, no van a ganar sus enemigos” Imprimir
Opinión / Actualidad - Entrevistas
Escrito por Miguel Muñoz   
Martes, 13 de Septiembre de 2016 00:00

Manolo Monereo, diputado de Unidos Podemos por Córdoba, delante del Congreso. / Carlos GonzálezFue elegido diputado de Unidos Podemos por la provincia de Córdoba en las elecciones del 26J. Ahí llegó a propuesta del secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, de quien es amigo personal y en cierta medida “padre político”. Exdirigente de IU y del PCE, además de colaborador de cuartopoder.es, ha sido un firme defensor de la confluencia, mostrando su sintonía en ese sentido con personas como Tania Sánchez. Ahora, tras la situación creada internamente en Podemos Comunidad de Madrid, muestra su desacuerdo con Proceso Adelante, la iniciativa impulsada, entre otras personas, por la propia Sánchez y Rita Maestre. Manolo Monereo (Jaén, 1950), atiende a este medio en una cafetería del sur de Madrid, cerca de su domicilio en la capital, para explicar su posición ante ésta y otras cuestiones de actualidad.

 

— En uno de sus últimos artículos señalaba que Pedro Sánchez está manteniendo un pulso a varios niveles de cara a la investidura. ¿Cuál cree que es la opción que va ganando en esa lucha?

 Tengo la convicción de que es una batalla muy dura que está manteniendo Pedro Sánchez donde de alguna manera tiene que ver su capacidad de liderazgo en el PSOE. Y su continuidad en el partido. Para eso se ha enrocado en una estrategia de buscar el clásico monopolio del PSOE en la izquierda. Es decir, para él la clave de bóveda del PSOE es volver a ser la fuerza totalmente hegemónica en la izquierda, no sólo ser la mayoría sino reducir a las otras partes de las fuerzas. Lo que Sánchez no soporta es que ese monopolio se rompa y haya una fuerza de la dimensión de Podemos que le dispute eso. Para él, frente a los poderes fácticos y una parte de su partido, la clave es esa. Por eso continuamente tiene una estrategia de disputarle la hegemonía no a la derecha sino a Podemos. Combate a la derecha en la medida que eso le permite polarizar y aparecer como alternativa. Pero su enemigo a batir es Podemos. La prueba está en una trampa discursiva que maneja muy bien, que es que hay unas fuerzas del cambio y él las dirige. La trampa es meter a C’s en las fuerzas del cambio. Los mete porque no se puede permitir el lujo, ni tiene el poder suficiente en el PSOE, para llegar a un acuerdo con Podemos. Un acuerdo con Podemos que fuera una síntesis programática suficiente terminaría siendo anti-neoliberal. Los límites internos de Sánchez son de tal magnitud que no puede aspirar ni a una solución portuguesa, es decir, un Gobierno suyo apoyado desde fuera.

También hay otra cuestión que es la presión de los grandes medios. Aquí aparece una contradicción, que es lo que me lleva a pensar que no va a haber elecciones. El PSOE no puede ganar unas elecciones si no tiene detrás el apoyo de los grandes medios y, específicamente, de PRISA. Ellos le están diciendo que hay que evitar terceras elecciones. Al final, todo dependerá de las elecciones vascas y gallegas.

— ¿En qué sentido?

— Si el PSOE tiene un mal resultado en los dos sitios y de una u otra forma el PP sale bien en Galicia, ellos favorecerán un acuerdo de gobernabilidad con el PP.

— Todo depende del PSOE pero, ¿qué papel debe jugar Unidos Podemos en estas circunstancias? De momento se mantiene a la expectativa pero apelando a los socialistas a formar Gobierno.

— La de Pablo Iglesias es una táctica consciente de repliegue. Creo que es muy acertada. Es bajar la sobreexposición que ha tenido Podemos estos años, dedicarse a tareas más de fundación organizativa, de relación con la gente, de poner paz interna, etc. Y sobre todo de evitar el pressing que le están haciendo a la vez PSOE y C’s. Ciudadanos pretende disputar un cierto voto moderado de Podemos. Y por otro lado el PSOE pretende reducirlos a la mínima expresión. UP, como un buen jugador de cartas, las ve. ¿Queréis llegar realmente a un acuerdo con nosotros? Pues discutamos, poned las cartas encima de la mesa. Eso no lo puede hacer Sánchez. UP está esperando a que Sánchez se defina pero no cayendo en la trampa que él y Albert Rivera están haciendo como una pinza. Mucho más que la derecha política, lo que hay es una estrategia de volver al bipartidismo. Y para esa tarea hay que liquidar a Podemos. Desde ese punto de vista usan, no sólo los medios políticos, sino las cloacas del Estado. Que sepamos que hay una sección específica en la Policía dedicada a Podemos indica que hay una conexión de lo que yo llamo la trama entre determinados medios de comunicación que reciben información privilegiada, elementos del Ministerio del Interior y una parte de la clase política. Podemos es la clave de la gobernabilidad en el sentido de reducirlo, dividirlo y romperlo.

— En otro de sus artículos decía que Podemos debe prepararse para tercera elecciones sabiendo que no las iba a haber, que es lo que acaba de transmitir. ¿Cuáles son los ejes de esa actuación?

— Primero, no tener miedo a que haya otras elecciones. Podemos no puede ir a este debate como las demás fuerzas políticas. No digo que sea fácil. Pero lo importante, si se da el caso, es que la gente sepa que se va a unas terceras elecciones porque Podemos no se vende, no se desnaturaliza y porque está dispuesto a luchar hasta el final. Lo segundo es salir cada vez más de lo que podríamos llamar el postureo político. La gran capacidad de Rajoy es pudrir la política, él pudre la política y nos lleva a enfangarnos en su territorio. Pudrir la política es hacer que la política no valga nada, hacer antipolítica, mirarse al ombligo, etc. La clave es salir de ahí y eso se hace diseñando claramente un nuevo proyecto de país y protagonizando el conflicto social. Este país tiene tantos problemas que estamos en el síndrome de la luna, donde un señor que está con el dedo señalando la luna, sólo mira a ella y no ve a su alrededor. Hay que poner el foco en la gente normal y sencilla que está hasta los cojones de la política y los políticos. Lo ha estado desde siempre. La tercera cuestión es que UP y Podemos sean capaces de tener una actitud inteligente para salir al paso de las maniobras pero, por otro lado, seguir representando a la gente. Esta línea de fondo la marcó muy bien Pablo en el debate de investidura. Marcó un discurso que seguramente no es pacífico dentro de las organizaciones. Esto es, que ahora más que nunca, cuando toda la clase política está sometida al pudrimiento, tenemos que salir representando lo que no es la política normalizada. Eso es conflicto social y un programa alternativo.

— Es de sobra conocida su buena relación con Tania Sánchez y personas cercanas a ella. Y también la cercanía que tiene con Iglesias. El segundo se ha mostrado crítico con la presentación del proyecto para renovar Podemos en la Comunidad de Madrid. ¿Qué opina de él?

— Yo no estoy de acuerdo. Soy amigo personal de varias de las personas que están ahí, no de todas. Y le tengo un gran respeto personal a Íñigo Errejón. Hay dos cosas para analizar. Para mí, en Podemos lo que falta es debate político y sobra demasiado debate personalizado. La carencia más grande que tiene Podemos es la falta de marcos e instrumentos para organizar un debate político de carácter estratégico. Es verdad que es difícil hacer cuando estás de elecciones cada seis meses. Pero es un punto importante. Lo normal para mí  es que haya corrientes en las organizaciones políticas y en Podemos mucho más, porque no es un partido. Como gen mutante que es, no me preocupa que haya corrientes o estrategias. Es más, lo considero positivo e inevitable. Lo que hay que hacer es convivir con ellas. Me parece fundamental reconocer lo que existe y gobernar democráticamente sobre ello. Desde ese punto de vista no estoy de acuerdo con las fracciones, que es otra cosa. Porque son partidos dentro de partidos. Una segunda cuestión para explicar mi desacuerdo es que ni Podemos es un partido normal ni España vive una situación normal. No se puede actuar desde lo que yo llamo la ingenuidad o política naif. Esto es, decir que aquí somos todos iguales, aquí no pasan grandes cosas y por tanto podemos hacer lo que hacen los demás partidos. No, aquí no hay libertad de chance porque no somos iguales, ya que hay una política del poder que quiere liquidar a Podemos. Por eso no somos un partido normal ni la situación es normal. Me parece extraordinario que se juegue a la democracia, pero hay que recordar que los poderes quieren rompernos, dividirnos y situar un liderazgo alternativo a Pablo Iglesias. Hace falta ser un ingenuo para pensar que lo que hagamos no va a ser utilizado por el enemigo.

Con Rita Maestre no tengo ninguna relación personal, pero soy muy amigo de Tania Sánchez. El meollo de su propuesta es pacificar Madrid. La pregunta es: ¿el medio empleado contribuye a este fin? Ya sabemos que no. Por las demás sensibilidades de Madrid se ha visto como una agresión. Y así lo han destacado los medios de comunicación, sobre todo los que son más enemigos. ¿Por qué no estoy de acuerdo? Hace meses hubo una crisis terrible en Madrid. Se dijeron muchas cosas contra Luis Alegre y Miguel Vila. Y luego contra Pablo. Atacaban a unos y otros por ser amigos de Pablo. Lo que se dijo fue enorme contra ellos. Ahora, cuando los ves a todos juntos en una foto que es paradójica, me recuerda a algunas pinturas de Goya, puedes pensar que se han reconciliado. Vale, positivo. Pero, se han reconciliado, ¿en torno a qué? ¿A la política? No lo veo. Es decir, si hay que reconciliarse, hay una mayoría en la dirección de Madrid porque la corriente de Rita se fue. Pues yo creo que la primera cosa para reconciliarse era hacerlo en el órgano. Habría que haber hecho un mecanismo de reconciliación en el propio órgano de la Comunidad de Madrid. Eso sería para mi lo primero. Y lo segundo, ¿las diferencias políticas enormes que dijeron los que dimitieron, insultando a Luis Alegre, ya están resueltas? ¿Ya tenemos una política común? ¿Los sectores que representan Maestre y Sánchez han alcanzado un acuerdo común? Que pongan primero la voluntad de conseguirlo está bien, pero eso no se resuelve con una candidatura sino con mesas de debate político o con un órgano de dirección que funcione. Por ejemplo hace tres días había un conflicto en el grupo parlamentario. ¿Ya está resuelto?

Para mí, entre los medios que se proponen y los fines, hay una contradicción enorme. Que termina siendo lo que aparece con mucha fuerza en los medios y que una parte de la militancia ve, que es que ha habido dos sectores que se han unido en torno a un proyecto muy genérico, sin suficientes lazos y dejando enfrente a una parte muy considerable de la organización que tendría que haber tenido la oportunidad de ir en una lista conjunta, que es lo que hacen los dirigentes políticos. Se debería haber llegado a un mecanismo para llegar a acuerdos políticos internos, para discutir de política y sólo en último lugar hablar de listas. Poner las listas antes del programa lo que demuestra es que la crisis de Madrid va a continuar y que obviamente los otros actores han tomado nota de que vamos a una campaña interna. Ahora bien, una campaña de estas dimensiones en el contexto que tenemos, ¿a quién beneficia? Se divide Madrid en tres o cuatro zonas, en un momento con posibilidad de elecciones generales y donde hay un ataque gigantesco contra Podemos e Iglesias. Hace falta ser muy ingenuo para no pensar en las consecuencias. Esto se ha hecho sin pensar en las consecuencias. Hay algunos que piensan que se ha hecho pensando en ellas. Yo no lo creo, sobre todo de mis amigos que están ahí.

— Gente cercana a Iglesias ha entendido este movimiento como un desafío o una traición. ¿En qué posición queda el secretario general?

— Dar señales de división, de ruptura, nada más y nada menos que en Madrid en un momento clave para Podemos, perjudica al partido y UP. La paz se consigue en las instituciones, generando en la dirección de Madrid una metodología para debatir, romper los viejos alineamientos y definir las nuevas cuestiones. Eso se podía haber hecho y debería haberse intentado para llegar a una candidatura que representara al 60 o 70% de la organización. Conscientemente no se ha querido eso y se ha ido a una operación muy de esta época, con candidatas perfectas, pero creo que no contribuye a un debate democrático en la organización y a que sepamos por qué se presenta esa lista y se van a presentar otras. ¿Cuál es la línea política? Eso no se discute y es lo que hay que discutir. Primero hablar de política, luego de estrategia y al final de personas.

— Hay quien interpreta este asunto como un anticipo del debate que se dará a nivel estatal. ¿Habrá una disputa por el poder interno entre Iglesias y Errejón?

— En esto, como todo en la vida, hay percepciones y realidades. No siempre coinciden. En los tres mundos que más o menos existen en Podemos aparecen dos donde parece que hay un proyecto antagónico o muy diferenciado de Íñigo con respecto a Pablo. Yo, lo digo con toda sinceridad, no veo dos proyectos antagónicos. Pero puedo estar equivocado. Por lo que conozco, esos proyectos más bien reflejan sensibilidades o culturas políticas más que programas o proyectos diferenciados. Una está más atada a un populismo genérico y otra más atada a las tradiciones de la izquierda y a lo que podemos llamar cultura nacional-popular. Ésta que hace que Pablo sea a la vez el hombre que representa la plurinacionalidad del Estado pero que también defiende la propia unidad estatal. Para mí esto no da para que haya dos proyectos antagónicos. Yo lo que espero es que haya una clarificación política. Voy a contribuir a ello. Para que en un debate participado por los círculos se pueda discutir de política a lo grande. Y que cuando alguien diga que es errejonista sea por algo más que por estar en un círculo de poder en torno a él. Si no somos capaces de situar la política en el centro seremos una fuerza tradicional y lo que es peor, iremos a la autodestrucción.

Los conflictos existen y hay que hacer un esfuerzo para que sean positivos. Hace falta naturalizar los conflictos. Esto significa hacerlos productivos para la gente, es decir, que sepan que si existe algo que se pueda llamar errejonismo tenga una política. Que no sea soy anti-Pablo y viceversa. Por ejemplo, si hay debates reales sobre el PSOE, se debe decir la verdad, no ocultarlos y buscar un marco para debatir. Lo que no es productivo y mata democráticamente a Podemos son debates que se hacen en círculos cerrados y de los que te enteras de vez en cuando porque alguien escribe un artículo o porque hay redes propias que te van diciendo barbaridades del contrario. Esto se resuelve con política, democracia y transparencia. Si hacemos esto se demostrará que las diferencias son menos de las que se creen y que hay un marco de acuerdo entre el mundo que puedan representar Miguel Urbán, Pablo o Íñigo. Y si hay diferencias, pues luz y taquígrafos. Esto ayuda a los partidos, lo que los mata es el entrecruce entre debates de poder y políticos, la oscuridad y sobre todo la falta de transparencia, que la gente no sepa a qué juegan sus dirigentes porque la gente tiene el derecho de saberlo.

— Da la sensación de que Iglesias se ha quedado más sólo ahora. Si finalmente el proyecto de Maestre y Sánchez sigue adelante, ¿ve posible una alianza entre los afines a Iglesias, como Ramón Espinar, al que él mismo mencionó, y la corriente cercana a Anticapitalistas?

— Yo no estoy de acuerdo en excluir a familias políticas. Considero grave que se excluyera a Anticapitalistas de los órganos de dirección estatales. Yo trabajo en Andalucía y mi referente político es Teresa Rodríguez. Trabajo con ella en perfecta sintonía y alianza por lo que no me cuesta trabajo pensar que si se puede hacer allí se puede hacer en el resto del Estado. Se debe terminar la época de las exclusiones o mayorías uniformes. Hay que ir a un funcionamiento de síntesis programática y si no es posible, que la gente defina las proporciones que tienen que estar en la dirección. La clave de esta etapa es democracia, participación de los círculos y claridad política. Por otro lado, si es real lo de que Iglesias se ha quedado sólo, los enemigos habrán ganado. Si fuese así se puede decir que los poderes del régimen y el grupo PRISA lo han liquidado. Pero no lo creo, mi convicción más profunda es que Pablo se va a quedar, no se va a ir. Y es mayoritario tanto en la organización como en el electorado. No van a ganar sus enemigos.

No debemos de olvidar que lo que hagamos debe dar la imagen y la teoría de que lo hacemos por la organización y no siguiendo directrices de los poderes. Mi conclusión sobre esto es que la amistad y la política no siempre parecen factibles. Estoy convencido de que muchos de mis amigos que están en ese lado, en esa lista que yo no voy a apoyar, son compañeros que han hecho una opción legítima que respeto. Mantendré con ellos una relación exquisita. Se darán cuenta de que lo único que nos une es la política y que las maniobras que se quieran hacer no valen nada si no hay política detrás. Y sobre todo, que duran poco. Hay que fijarse lo que pasó en marzo, luego en lo que pasó en el grupo. Ahora todos se amalgaman en una lista común.

— Lleva pocos meses en el Congreso. El día que tomó posesión tuvo bronca con un diputado del PSOE. De su experiencia, ¿qué es lo que más le ha llamado la atención de la actividad parlamentaria?

— Aunque pueda parecer ingenuo, lo que más me impresiona del Parlamento desde el primer día que llegué es el odio y desprecio que tienen a Podemos. Ahí lo ves físicamente. Cuando ven aparecer a Pablo y su equipo se nota la rabia, incomodidad y desprecio, sobre todo en las grandes fuerzas políticas. Muchas veces más en el PSOE que en el PP. Siento con el PSOE la piel contra la piel. Cuando estábamos prometiendo se oían muchos insultos. Al final acabé yo como el insultador. A uno de los que me insultó le dije el otro día que yo no hablé de su madre. En segundo lugar me he dado cuenta de la importancia del trabajo parlamentario si sale de la dinámica del Parlamento. Es una escuela para aprender política de verdad si la cultura de la moqueta no te gana. Cuando voy al Congreso, que voy todos los días, aprendo. Ahora me han hecho de la Comisión Constitucional y de la de Defensa. Lo he aceptado tranquilamente e intentaré aprender e intervenir lo máximo. Por otro lado, algo fundamental, es que estoy empadronado en Córdoba y tengo casa allí. Haya o no elecciones voy a dedicarme a mi circunscripción con pasión. Y también a luchar para que Teresa Rodríguez sea la próxima candidata y alternativa en la Junta de Andalucía. Mi tarea es contribuir con mi granito de arena a combatir el régimen político andaluz instaurado por el PSOE.

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Fuente: Cuarto Poder