Julio Anguita: “Quienes peor me sientan son los cínicos, y en España son legión” PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Entrevistas
Escrito por Pedro Simón   
Jueves, 01 de Septiembre de 2016 04:28

Sigue siendo un referente de la izquierda en España. A sus 74 años, el exdirigente de IU mantiene su coherencia ideológica. En esta entrevista ligera habla de asuntos diversos sobre la situación política y su trayectoria personal…

Tengo la sensación de que los medios le quieren más ahora que antes.

Los medios han podido ver en mí ideas que no son modificadas así como así. Siempre he mantenido una posición muy abierta, pero con contenidos y con valores. Porque yo he sufrido los ataques desaforados de los medios. Fundamentalmente del diario El País. Allá por el año 96-97-98. Entonces ese periódico era el sostén permanente del PSOE. Y bueno, nosotros denunciamos todas sus corrupciones y El País se erigió en adalid.

No ha habido sorpasso esta vez tampoco.

El único mitin que yo he dado en la campaña fue en Córdoba. Comencé diciendo: “No fiaos de las encuestas”. ¿Por qué? Porque yo viví una situación análoga en 1996… Esta vez se ha andado cerca. Si los votantes de Unidos Podemos hubiesen votado lo mismo que el 20-D se hubiese sobrepasado al PSOE en 687.729 votos… Cuando llegan los momentos decisivos mucha gente se asusta. Otra es inconsecuente. Yo lo entiendo. El tema del Brexit, lo del machaque con Venezuela… La derecha le ha dado una lección a la izquierda. No creo que toda la gente que votó al PP esté de acuerdo con la corrupción, sino que ha entendido perfectamente que el modelo que defiende el PP tenía que ser defendido. Y que para eso había que tragar sapos. Los de izquierdas, digamos, pusieron por delante cuestiones secundarias y no la principal.

Cada vez que escucho la palabra progre me llevo la mano a la cartera, me decía un amigo.

Insúlteme usted si quiere, pero no me llame progre… La palabra progresismo tiene una raíz en el XIX, son los que se enfrentan a la carcunda de Fernando VII. Era meliorativa. Hoy la palabra progresista tiene un barniz de izquierdas, pero en el fondo habla de alguien que es profundamente conservador de su estatus. El progre es un esnob, un tipo de izquierda en los salones, pero que no quiere darse cuenta de que la vida es muy dura. La progresía es algo perjudicial para un movimiento de cambio.

¿Controla la mafia a la política o la política ya es la mafia?

Si hay algo que recuerda a la antigua república romana es EEUU. Todos los congresistas son gente pudiente y representan intereses económicos. Eso implica corrupción generalizada… Aquí está ocurriendo igual: los políticos defienden proyectos que van indisolublemente ligados a negocios personales. El amiguismo, el trato de favor a dedo… Y las puertas giratorias: el poder recompensa a sus fieles mayordomos colocándolos después en los consejos de administración de las grandes empresas. González, Aznar, Durao Barroso… Las puertas giratorias.

Como andaluz, ¿qué vergüenza es la trama de los ERE?

Es el sistema. Yo al olmo no le pido peras. El montaje político que hizo aquí el PSOE se basó en el clientelismo. Andalucía es Macondo: los ERE, el PER, la compra de votos… Esto como andaluz lo sé. En los pueblos se explota el tema de la Guerra Civil. Cuando un socialista viene aquí y grita: «¡¡Porque aquellos que mataron a vuestros padres…!!», está utilizando el odio y no el análisis. Buscan la parte irracional del individuo, la venganza. Ese es el discurso populista y demagógico que agarra aquí.

Le digo nombres. ¿Felipe VI?

Un poco esfinge.

¿Bárcenas?

El chivo expiatorio.

¿Otegi?

Un señor que creyó una cosa, que actuó consecuentemente, que tiene sus responsabilidades. Pero no más. No más que los que mancharon sus manos de sangre con Francisco Franco… Aquí recordamos todos los días a los muertos de ETA, que está muy bien, pero no recordamos a las víctimas de los paseos franquistas ni a los que están en las cunetas. Si hablamos de crímenes vamos a sacar a todos los criminales.

¿Felipe González?

Me recuerda a Godoy. Es un hombre con talento persuasivo y mano izquierda, que logró que este país se enamorase de él y le perdonase todo.

¿Habría que hacer un examen para ir a votar?

No. Porque ¿quién examina a los examinadores…? A esos elitistas que se creen muy sabios les digo: “Salid de vuestro sitio, porque sois perfectamente inservibles, un obstáculo”.

¿La vejez sería más llevadera si creyera en Dios?

Tengo 74 años, estoy en la ancianidad, no creo en Dios en absoluto. Y vivo bien. No me hace falta.

¿En quién o en qué confía?

En la gente que, sin pensar como yo, es decente e intenta paliar injusticias. Aunque tenga un carné político distinto. Eso a veces hace que me enfrente a gente que tiene mi carné.

¿Cuántos kilómetros tiene su coche?

Unos 200.000. Lo compré en 2000 y es el que tengo hasta ahora. Y todavía va a aguantar más.

¿Le han ofrecido alguna vez preferentes o algo parecido?

No. Una vez solamente me ofrecieron un fondo de pensiones. Y dije que no. No sé qué se hace con ese dinero, a qué intereses sirve. Estoy radicalmente en contra de los planes de pensiones.

¿Cuando ve un atentado de Daesh qué piensa?

Rechazando el terrorismo, obviamente, tengo que decir que alguien puso las primeras piedras. Las invasiones de Irak, Libia, el acuerdo de las Azores, todo tiene que ver con esto. A aquella barbarie obedece una parte del actual terrorismo.

¿A quién maldice cada día de su vida?

No maldigo. No sirve para nada. Simplemente critico. Los que me sientan muy mal son los cínicos. Y hoy esos en España son legión. Debería haber una especie de detector de barbaridades.

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Fuente: El Ventano