Alberto Garzón: “La prioridad es atajar la emergencia social en nuestro país” PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Entrevistas
Escrito por Gema Delgado   
Miércoles, 08 de Junio de 2016 05:13

Entrevista a  Alberto Garzón en Mundo Obrero.

¿Cómo valoras el proceso del programa asambleario que concluyó ayer?
Alberto Garzón:
Ha dejado de relieve que es un proceso muy interesante para mucha gente, como experiencia y aprendizaje. Es la primera vez que la militancia ha podido votar directamente a la dirección y también la primera vez que se hacía un proceso con tanta importancia en las fases previas a lo que es el acto de elección formal del coordinador, y en este caso también de la ejecutiva.


Desde enero hasta junio ha habido una participación muy importante a través de los diferentes mecanismos que se han habilitado. Creo que es un ejemplo de profundización de la democracia interna que ayuda a que sea una asamblea mucho más dinámica.

M.O.: El respaldo tanto en las primarias como en el resultado de la Asamblea ha sido contundente. ¿Cómo afrontas esta responsabilidad de coordinar la organización?
A.G.:
Somos conscientes de que esta nueva dirección va a tener que afrontar una serie de retos que en muchos casos todavía no están concretados. Nosotros vamos a un escenario incierto porque vivimos en un escenario incierto, un nuevo tiempo, una nueva temporalidad de la contingencia, de la incertidumbre en la que estamos inscritos.


No sabemos lo va a pasar el 26J, pero tampoco sabemos lo que va a pasar en los próximos años. Y sabemos que todo es muy volátil. Nosotros lo hacemos desde la convicción ideológica, desde la firmeza y desde lo que llamaríamos la ética de la convicción de que estamos haciendo lo correcto y de que vamos a mantener nuestro rumbo ideológico con tal firmeza que nos va a permitir navegar en estas aguas turbulentas en las que llevamos ya unos años, en los que hemos sido capaces de evitar lo peor y hemos sido capaces de fortalecer nuestra organización. Así que en resumen es un estado de esperanza y de alegría.

M.O.: Se puede decir que ayer nació una nueva Izquierda Unida, al menos una nueva etapa de IU para iniciar el proceso de un nuevo país. Y lo hace además con una dirección muy renovada. ¿Cómo definirías esta IU que salió ayer de la Asamblea?
A.G.:
Creo que lo que se cierra es una fase muy compleja para Izquierda Unida, muy turbulenta, en la que lo hemos pasado muy mal, no sólo electoralmente sino organizativamente. Tenemos muchas direcciones que han desaparecido de IU y que se han convertido en gestoras. Y hemos sabido gestionar para evitar lo peor, como decía, y hemos sabido gestionar esa fase de tal forma que hemos llegado a este final que concluía ayer en una de las mejores condiciones posibles, que es con la puesta en marcha de una campaña electoral y con un acuerdo político que nos permite no sólo tener más diputados y más visibilidad sino también ser parte de un proceso que puede transformar la vida de la gente, que es para lo que nos afiliamos en Izquierda Unida.


Creo que se cierra una fase y se abre un ciclo nuevo donde no sólo hay un elemento de renovación en la dirección, hay una serie de propuestas políticas que apuestan con contundencia por la ruptura democrática. Se ha aprobado una política muy nítida en esos documentos y se ha hecho de una forma muy mayoritaria. Pero es sobre todo el cierre de una fase en la que planteábamos una ética de la resignación y de la resistencia y ahora vamos a una fase distinta que es para gobernar este país, para transformarlo, y es una clave que tiene mucho más que ver con el origen de Izquierda Unida en 1986.

M.O.: ¿Y cómo definirías esta nueva dirección joven y renovada que va a pilotar IU?
A.G.:
Creo que es una dirección muy fuerte. Son cuadros políticos de enorme envergadura. Estamos hablando de una dirección joven pero criada y educada culturalmente en nuestra organización desde hace muchos, muchos años y que hemos sido además los que hemos aguantado en este proceso en el que se ha ido gente de IU, cuadros que teníamos que se marcharon o a su casa o a otras organizaciones políticas. Los que nos hemos quedado somos los que vamos a pilotar también este proceso, que es un proceso fundamentalmente ideológico. Los que nos hemos quedado lo hemos hecho por valores y principios muy firmes y no por los cantos de sirena que motivaron que se fuera otra gente.

Esta dirección tiene una convicción ideológica enorme que simpatiza y es absolutamente heredera de ese espíritu fundacional de IU que es ser un movimiento político social y aspira a la ruptura democrática, a la ruptura no sólo con el capitalismo sino con el bipartidismo y la denuncia de la derechización del Partido Socialista. Estas claves que fueron las que movieron el inicio de IU son las que casan mejor con esta dirección. No creo que sea coincidencia ni casualidad que dos dirigentes de aquella época, tan conocidos y renombrados como Julio Anguita y Gerardo Iglesias, hayan apoyado esta candidatura que está conectando con ese origen fundacional de Izquierda Unida y que en el objetivo de fortalecer la organización hemos iniciado un proceso que tiene responsabilidades a cargo de gente joven también pero sobre todo una conexión con la militancia que está muy estrecha en la política de la ruptura democrática.

M.O.: Ayer hablaste de confluencia y de unidad popular interna, tendiendo la mano a todos y presentando una ejecutiva integradora para trabajar juntos en un programa común. ¿Cómo crees que se va a conseguir que por fin todos empujemos juntos el mismo carro?
A.G.:
Nosotros hemos tenido un proceso de competición política interna sana, democrática, con otras dos listas, las encabezadas por Paloma López y Tasio Oliver, que mantenían proyectos políticos diferentes en los que había diferencias muy profundas en lo político, en lo relacionado con el sistema del 78, la superación del sistema político y en definitiva el debate clásico ya entre ruptura y reforma. Pero dentro de estas diferencias, nosotros pertenecemos a la misma organización y al mismo proyecto político.


Nosotros sabemos que con un 75% político de apoyo estamos legitimados para hacer prácticamente lo que quisiéramos porque ganaríamos cualquier votación. Pero no es nuestro estilo. Nuestro estilo es el del consenso, el de la síntesis, el de buscar, allí donde se pueda, los puntos en común.

Entendemos que la política ya está aprobada, que los documentos han sido aprobados y que lo que le corresponde a la ejecutiva es desplegar esos documentos. Y por lo tanto eso es un ejercicio de trabajo que requiere de todo el mundo, y eso es lo que nosotros queremos hacer. Desde que conocimos los resultados hemos estado varios días hablando con las otras listas para integrarlas en la ejecutiva de forma proporcional a sus votos para que pudieran integrarse y trabajar. Finalmente han accedido y han aceptado trabajar desde ese punto de vista en lo concreto para hacer despegar esa política que no es la suya, no es la que pusieron en marcha en su documento, pero ellos entienden que como aceptación democrática están mandatados a cumplir con el deseo de la mayoría.

M.O.: ¿Cuáles son tus prioridades como coordinador federal de IU, a parte de la campaña electoral?
A.G.:
Nosotros lo que tenemos que hacer es conseguir que IU tenga dos elementos centrales. Uno de ellos es que sea capaz de construir un movimiento político y social nuevo con otra gente. Necesitamos un movimiento político y social porque no podemos tener organizaciones volcadas exclusivamente en lo electoral y lo institucional ya que la conciencia de la gente se cambia en la praxis. Y la praxis tiene más que ver con las movilizaciones, los conflictos sociales, etc. Y necesitamos organizaciones que estén ahí volcadas, en los desahucios, en los conflictos laborales, en los conflictos sociales en general y eso tiene que ser uno de los ejes centrales de IU: la construcción de un nuevo movimiento político y social con otra gente, con gente con la que hemos compartido ya, con gente con la que nos falta por compartir espacios políticos pero con la que hemos estado luchando para parar la privatización de la sanidad y de la educación. Y yo creo que ese es el camino adecuado.


Y luego, además, una orientación política de que no queremos reformas en este sistema sino un sistema nuevo. Puede parecer abstracto pero no lo es. Tiene que ver con si uno está dispuesto a aceptar pactos como el del PSOE y Ciudadanos, o si como hemos hecho nosotros, estamos denunciando ese tipo de pactos que aunque suponen cambio de gobierno no suponen cambio de políticas. Y nosotros lo que queremos es un cambio de políticas.

Las dos tareas que forman el eje del documento aprobado y mayoritario es la de una IU orientada ideológicamente con esos principios y buscando construir un nuevo movimiento político y social. Son las dos tareas fundamentales que tiene que desplegar esta IU.

M.O.: Y de cara a la campaña que ya comienza, ¿podrías adelantarnos algo de cómo va a ser y cuáles van a ser las propuestas programáticas prioritarias?
A.G.:
Bueno, creo que las propuestas programáticas prioritarias son siempre las más evidentes para la militancia de IU y para la gente que se siente de izquierdas , que es atajar la emergencia social en nuestro país. Hay miseria, pobreza… El 30% de la población está en riesgo de pobreza, hay un millón y medio de hogares con todos sus miembros en el paro, hay un 12% de trabajadores pobres… En definitiva, tenemos unas circunstancias verdaderamente dramáticas. Y eso es lo que hay que atajar en primer lugar.

Si uno tuviera que situar una prioridad entre el conjunto de propuestas programáticas que tenemos, sin duda sería esa, la de la emergencia social. Pero eso, lo que nos está diciendo es que ese es precisamente el espacio común que nos permite unirnos con otra gente en un propósito, y el propósito es atajar la emergencia social con ese programa. Y después cada organización tiene su propia demanda de máximos que a veces suponen diferencias con el resto de organizaciones. Pero en este momento histórico concreto hemos entendido qué es lo más importante.

M.O.: La derecha se ha instalado en la campaña del miedo. ¿Qué les dirías a los ciudadanos y trabajadores de este país para combatir y desmontar ese miedo?
A.G.:
Creo que no hace falta decir mucho porque la propia gente tiene miedo ya, miedo a no llegar a final de mes, a que tu hijo se marche del país, miedo a que te bajen los salarios, a que te conviertan en un esclavo aún mayor de un caprichoso libre mercado. Ese miedo que existe en la población es el miedo que corresponde con los culpables que han gobernado este país durante tanto tiempo aplicando unas políticas que han conducido a esta realidad social tan dramática. Creo que a esa gente no les cabe ni en la cabeza que nosotros seamos algo que temer. Nosotros somos los que planteamos propuestas en positivo, propuestas esperanzadoras, de alegría que nos permiten construir una sociedad distinta con unas políticas distintas y diferentes. Sin embargo otros partidos han decidido hacer una política del miedo, elevar las banderas anticomunistas para ocultar los fracasos de sus propias políticas. Nosotros no nos vamos a centrar ahí. Vamos a hablar de lo concreto, de lo que le afecta a la gente y de soluciones, que es lo que quiere la gente. Y si somos habilidosos creo que vamos a tener un buen resultado.


M.O.: Como militante del Partido, ¿qué le dirías a nuestra militancia de cara al trabajo que nos queda por delante, de aquí al 26J?
A.G.:
Creo que la militancia comunista es una militancia que sabe perfectamente qué es lo importante. Y sabe perfectamente que las organizaciones son instrumentos, y que IU es un instrumento para transformar la sociedad. Y eso es esencialmente el eje de toda política comunista en el sentido de que nosotros definimos un objetivo de sociedad sin clases, de justicia social, de cumplir con los derechos humanos. Un objetivo que tiene instrumentos. Esos instrumento son las políticas y las organizaciones. Políticas como la nacionalización de los medios de producción. Y las organizaciones en las que uno va construyendo en función del momento histórico. Izquierda Unida lo ha sido y lo sigue siendo en este momento. Y nosotros lo que tenemos que hacer es adaptar esta organización a ese propósito. En esos espacios vamos a trabajar con gente que no es comunista, que no tiene las mismas ambiciones concretas que nosotras y nosotros, pero con lo que podemos compartir determinados objetivos que caminan en la línea estratégica que nosotros hemos definido.

Creo que ahí está la riqueza y el poder aprender también y poder dominar hegemónica y culturalmente ese espacio común donde uno comparte con otra gente que no es comunista pero que al final puede incluso hacer dominante, aunque sea con otras palabras, los principios comunistas, que son en última instancia los principios que rigen cualquier organización como la nuestra. Y en ese sentido la militancia ha dado un ejemplo brutal en este proceso de convertir al PCE y a IU en una parte activa de un proceso de transformación social y no aspirar a lo que otros querían o hubieran querido, entre ellos el Partido Socialista, que es que el Partido Comunista e Izquierda Unida se hubieran quedado en los márgenes de la historia siendo muleta ocasional y eventual del PSOE y otros partidos como Ciudadanos con tal de preservar el mal menor antes que el mal mayor. Hemos evitado ese rol que nos había asignado el sistema, el rol que el PSOE y Ciudadanos quería para nosotros. Hemos evitado ese espacio y eso ha sido gracias al olfato político del PCE, de su dirección y muy especialmente de esa militancia que se ha volcado en los procesos de unidad popular, que se ha volcado en lo concreto, en lo que afecta a los problemas de la gente y no en la liturgia ni en elementos que siendo importantes no son los que ahora más preocupan a la clase trabajadora.

M.O.: En tu primer discurso como coordinador federal hablaste de dejar la ética de la resistencia para pasar a la ética de la victoria de ir a ganar, a gobernar. Por otra parte las encuestas nos sitúan como segunda fuerza, que sube y que está a menos de 3 puntos del PP. Sé que no te gusta hablar de futuribles, pero ¿cuál puede ser la situación el 27 de junio?
A.G.:
Creo que hay que ser muy cautos con las encuestas y más en de un escenario de volatilidad. Contienen información interesante pero no es una predicción. Lo que sí es verdad es que manifiesta un clamor que está habiendo en la calle independientemente de las encuestas y que es el clamor de la gente que quiere cambiar el rumbo suicida de este país y eso creo que es lo que empuja en las encuestas a la coalición.


Pero al mismo tiempo tenemos que ser cautos porque todavía pueden pasar muchas cosas antes del 26J. El sistema no creo que vaya a permitir que Unidos Podemos tenga tanta fuerza. Y creo también que en la hipótesis de que nosotros quedemos en segundo lugar en escaños y votos, las contradicciones las tendrá el Partido Socialista que tendrá que optar por un gobierno de transformación pilotado por la coalición, o por lo que ha definido de forma explícita Felipe González que es la gran coalición. Una gran coalición que puede tener formas explícitas o implícitas, es decir con participación en el gobierno del PSOE con Ciudadanos y el PP, o puede ser una coalición más discreta en la que el PSOE simplemente se abstiene para dejar gobernar al PP.


En cualquier, caso la contradicción está claro que va a estar en el tejado del Partido Socialista. Yo creo que hay una parte del partido que quiere una coalición con nosotros, que es la base social progresista, que no es comunista pero comparte algunos de los valores y principios de esta coalición, pero también hay una parte que es la que corresponde a los llamamientos de Felipe González y Corcuera, que pertenecen más a la élite política y económica que a la propia clase trabajadora. En ese sentido es muy difícil saber lo que va suceder, pero creo que habrá una presión brutal al Partido Socialista para que impida que pueda haber un gobierno de coalición, lo cual nos llevaría a un escenario y una batalla de medio plazo.

-----------

Fuente: Mundo Obrero