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El Banco Central Europeo no es un banco central: ahí está el problema de la crisis de la deuda pública |
Opinión / Actualidad - Economía |
Escrito por Vicenç Navarro / El Plural |
Jueves, 11 de Agosto de 2011 00:00 |
Una de las áreas donde existe mayor confusión, no sólo en las páginas de los mayores rotativos, sino también de la prensa económica, es creerse que el Banco Central Europeo (BCE) es un Banco Central. Esta confusión imposibilita entender el mal llamado problema de la deuda pública de España (y de Grecia, Portugal, Irlanda y, ahora también, de Italia) y la enorme crisis que estamos sufriendo.
Pues bien, el Banco Central Europeo no hace esto en la Eurozona. En realidad, el BCE tiene prohibido comprar deuda pública de los Estados miembros de la Eurozona, lo cual quiere decir que tales Estados están totalmente desprotegidos frente a los especuladores. Es cierto que el establecimiento del euro ha eliminado la especulación monetaria (que se basa en el cambio de valor de la moneda de un país a otro). En España, por ejemplo, ya no hay la especulación frente a la peseta. Pero, al eliminar tal tipo de especulación como consecuencia de haberse eliminado la variabilidad del precio de la moneda (con el establecimiento del euro) se abrió este otro tipo de especulación: la especulación contra la deuda pública. Los Estados de la Eurozona cuyos Bancos Centrales no pueden ahora comprar su propia deuda pública tienen un problema grave, pues pierden una baza muy importante para prevenir al Estado frente a la especulación. Y para debilitarlo todavía más, el mal llamado Banco Central Europeo tampoco puede comprar sus bonos públicos. Esta es una situación muy grave, pues los Estados no tienen ninguna protección frente a la especulación sobre su deuda pública. (Nota aclaratoria: el BCE ha comprado últimamente deuda pública, pero lo ha hecho muy poco y a regañadientes). Pero la situación es incluso peor. Veamos porque. Cuando un Estado, como EEUU o Gran Bretaña, tiene falta de recursos, su Banco Central imprime dinero y con ello compra deuda pública. El Banco Central Europeo, sin embargo, no provee liquidez (es decir, dinero) a los Estados, sólo puede proveerla a los bancos. Y así hace siempre, como ahora. Quiere salvar a los bancos, pero no a los estados. El lector puede ver entonces lo súper vulnerables que están los Estados para defenderse. No pueden imprimir dinero ni pueden comprar su propia deuda. De lo que he escrito se deriva que estos países periféricos de la Eurozona no pueden defenderse de la especulación. Y lo que está ocurriendo es un indicador de ello. A pesar de los enormes sacrificios impuestos a las poblaciones de los países periféricos de la Eurozona, la deuda pública se tiene que vender a unos intereses elevadísimos que se pagan a costa de reducir el gasto público social que financia su ya escasamente financiado Estado del Bienestar. Y los dogmáticos neoliberales que están causando tanto daño continúan con sus recetas, con la arrogancia del talibán que se cree victorioso yendo de derrota en derrota. Tienen grandes cajas de resonancia en España y continúan insistiendo en que España no sale de la crisis porque no recorta su gasto público suficientemente. Y así se va debilitando la España Social (y la Europa Social). ¿Por qué este diseño del Banco Central Europeo?
Pero, tal como indiqué en los párrafos anteriores, la manera como se estableció el euro creó las bases para generar la especulación sobre la deuda externa. De la variabilidad del precio de las monedas (variabilidad que desapareció) se pasó a la variabilidad en los precios de los bonos, y de ahí a la especulación. Los beneficios del capital financiero se deben principalmente en esta especulación, que se basa en la variabilidad de los precios, desde la vivienda a los alimentos, incluyendo ahora los bonos. Los mercados financieros pasan de burbuja a burbuja, y ahora están en la burbuja de la deuda pública. Por cierto, otra enorme confusión que también se reproduce en los medios es la de subrayar que estos recortes de gasto público están contribuyendo a salvar al euro. Esto no es necesariamente así. El euro es muy poderoso (en realidad, demasiado poderoso para el beneficio de la economía productiva) y probablemente continuará estándolo. El problema es que los Estados periféricos no pueden pagar los intereses de la deuda pública, es decir, de los bonos públicos. Ahí está el problema. Frente a esta situación hay dos salidas. Una es que se presione para que las instituciones europeas cambien, yendo hacia un sistema más federal con cambios muy sustanciales, incluyendo el cambio del BCE en un Banco Central. La solución no es sólo más Europa, sino otra Europa distinta. Para que ello ocurra se necesitan cambios profundos en las culturas y establishments políticos de la Eurozona y de la UE. La otra alternativa a nivel europeo es que España considere muy seriamente salirse del euro, permaneciendo en la UE. Es cierto que la salida del euro crearía grandes problemas, pero hay que recordar que Argentina (cuando rompió la paridad de su moneda con el dólar, en contra de los deseos del FMI), pasó seis meses malos cuando se salió del sistema centrado en el dólar, pero después creció considerablemente. Mi preferencia es la primera alternativa, pero si ello no fuera posible, creo que la segunda debiera al menos debatirse. Lo que sí tiene que quedar claro es que continuar con las políticas que se están siguiendo (que se acentuarán todavía más si el PP gana las próximas elecciones) España va hacia un suicidio económico. |