Regresión salarial en el mundo capitalista PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Economía
Escrito por Fernando Luengo   
Sábado, 03 de Agosto de 2019 02:55

Los salarios perdieron peso en la distribución de la renta nacional en 26 de las 40 economías consideradas.

La base de datos online de la Unión Europea (Ameco, https://labur.eus/dg4wd) ofrece información estadística sobre la participación de los salarios en la renta nacional, en términos agregados y para un amplio abanico de países, incluidos los comunitarios; concretamente, se puede encontrar información completa para 40 economías a lo largo del período 1997-2018. Pues bien, en esos años, los salarios retrocedieron en términos relativos –es decir, perdieron peso en la distribución de la renta nacional– en 26 de las 40 economías consideradas; lo mismo sucedió en 18 de las 28 comunitarias. La caída en la zona euro fue superior a la registrada en el conjunto de la UE.

Una primera consideración a cuenta de estos datos. Es frecuente leer y escuchar que la «moderación salarial», eufemismo con el que se pretende ocultar que muchos trabajadores vieron sus retribuciones estancadas o perdieron capacidad adquisitiva, es consecuencia de la crisis económica que se desencadenó con el crack financiero de 2008. Sin embargo, como pone de manifiesto la información contenida en la figura, en realidad, la crisis -y, sobre todo, le gestión que de la misma hicieron las elites- agravó una tendencia que ya era evidente, para quien quisiera verla, mucho tiempo antes; con anterioridad también a la implantación del euro.

La segunda reflexión, evidente al hilo de la información estadística, es que el crecimiento económico es compatible con el aumento de la desigualdad salarial, que también ha progresado en los períodos de auge. La lógica de las cantidades –cuanto más, mejor– y de los automatismos –más crecimiento equivale a salarios más elevados– ni funcionaba antes ni funciona ahora.

Un tercer comentario. La aproximación crítica a la Unión Económica y Monetaria –etapa en la que la degradación salarial ha seguido su curso a un ritmo todavía más intenso– en términos de déficit institucional o gobernanza insuficiente para entender esa deriva es al mismo tiempo insuficiente y errónea. El marco institucional con el que nació el euro –y las reformas que se han introducido en el mismo– han contribuido al fortalecimiento de las políticas de represión salarial; en especial, el protagonismo adquirido por los mercados y los actores financieros, la intensificación del proceso de concentración empresarial, la debilidad de las políticas redistributivas y el papel central dispensado a la competitividad-coste como eje vertebrador de las estrategias económicas.

Finalmente, una lectura cuidadosa de las estadísticas refleja la existencia de trayectorias muy dispares. En la mayor parte de las economías, como he mencionado antes, retrocede la parte de la renta nacional que se convierte en salarios, pero la intensidad de ese proceso es muy variable; en paralelo, algunas economías, las menos, consiguen mejorar esa ratio. Encontramos, pues, un mapa heterogéneo que apunta a la existencia de variadas restricciones y potencialidades estructurales en los países, así como de entornos institucionales y diseños de políticas económicas con notables singularidades; como consecuencia de todo ello, los gobiernos han contado con márgenes de maniobra mayores o menores.

 

Fernando Luengo  es economista

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Fuente: Sin Permiso