El Estado de coma del reino Imprimir
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Arturo del Villar / UCR   
Miércoles, 29 de Junio de 2011 03:38

Zapatero El compañero Rodríguez entró riéndose en el Congreso, para hacer su último informe sobre el estado del reino. Parecía dar a entender que ese estado es de euforia, aunque lo cierto es que quedó demostrado que es de coma. Desde el primer momento confirmó que todavía sigue sin saber leer con propiedad, pese a llevar once años haciéndolo en el Congreso, desde el 22 de julio de 2000 como líder de la oposición, y desde el fatídico 17 de abril de 2004 como presidente del Gobierno.

 

   Comenzó la lectura de las 35 páginas de su discurso expresando el pesar del Gobierno por los dos atentados con víctimas sufridos en los últimos días por las tropas del ejército español destinadas en Afganistán al servicio de la OTAN. Acababa de celebrarse un funeral según el rito catolicorromano por los dos últimos muertos, en este reino que no reconoce carácter estatal a ninguna religión, pero el Ejército mantiene su estatus peculiar, con sus capellanes castrenses para adoctrinar a los soldados adecuadamente en el arte de matar a los enemigos dentro de la ley divina que prohíbe matar y recomienda amar a los enemigos.

   El momento, pues, no era para reírse, sino para reconocer que mandó a las tropas del Ejército español a matar y morir en Afganistán, en contra de sus reiteradas declaraciones sobre su misión pacífica, semejante a la del Ejército de Salvación. No, eso no, porque es una congregación protestante, condenada por los capellanes castrenses, y sin duda por su majestad el rey católico nuestro señor, que Dios guarde (el Dios bueno, el catolicorromano, por supuesto). 

Pero ¿estamos en crisis? 

   Después el compañero Rodríguez se puso a comentar la crisis económica, así llamada por él: "El estado de la nación hoy es, sigue siendo, el estado de la lucha contra la crisis", aseguró, y remachó: "Mi intervención se va a centrar en la crisis." Curiosas afirmaciones en quien acusó reiteradamente hace sólo tres años de falta de patriotismo a quienes anunciaban la amenaza de una crisis económica sobre el confiado reino de España, porque él no la consentiría.

   Vamos a recordar nada más una intervención suya, en el mitin celebrado en Torrejón de Ardoz el 18 de diciembre de 2005, en el que estuvo acompañado por los miembros de su Gobierno, y también por las miembras, como diría la sociatonta Bibiana. Aseguró ese día inolvidable, según recogieron los medios de comunicación: "Somos la envidia de Europa", y también: "En pocos años vamos a ser un país de primera división en Europa." Como adivino del porvenir tampoco tiene futuro este hombre, no podrá montar una caseta en las ferias de los pueblos cuando por fin deje la presidencia del Gobierno. Calificó por ello de "patriotas de hojalata" a quienes denunciaban la existencia de una crisis económica sobre el reino.

   Tengo subrayada con lápiz rojo, que es el color de la verdad, esta otra definición: "¿Sabéis lo que es ser patriota? Defender los intereses de España, querer al país, poner el interés de España por delante del interés partidista, y poner por delante la voluntad de los ciudadanos, y no la política que imponen los Estados Unidos y el señor Bush." Hay que tener mucho desparpajo y una inmensa cara dura para decir eso. El compañero Rodríguez se postró a los pies del emperador Bush II en petición de que lo invitara a visitar la Casa Blanca, lo que no consiguió nunca de él. 

A las órdenes del emperador 

   Pero sigue sumisamente los criterios del actual emperador Obama I. Vamos a revisar el archivo. El 21 de junio de 2010 Obama I telefoneó al compañero Rodríguez para felicitarle por las reformas económicas antisociales que estaba llevando a cabo, siguiendo instrucciones del capitalismo internacional. Al revés, el 2 de mayo de 2011 el compañero Rodríguez telefoneó a su amo para felicitarle por haber ordenado la invasión de un país soberano para asesinar a un hombre enfermo e indefenso, secuestrar su cadáver y tirarlo al mar, en contra de las más elementales normas del Derecho Internacional, por muy enemigo del Imperio que fuese el llamado Osama Bin Laden. Los emperadores siguen aplicando las leyes del Salvaje Oeste, como en los tiempos de la colonización, cuando exterminar a los indígenas era un bien de interés nacional, para apoderarse de sus tierras. Ahora lo hacen en otros países.

Lo pueden ejecutar impunemente porque cuentan con la sumisión de sus procónsules europeos, entre los que destaca el compañero Rodríguez. Así es su concepto de independencia frente a los Estados Unidos y sus emperadores. El hecho de mantener tropas del Ejército español al servicio de la OTAN en Afganistán y Libia es una muestra más de su interpretación de lo que es la independencia del reino ante el Imperio.

   Y esas tropas las envía a matar y morir ante los infieles mahometanos, nada menos que el antiguo teórico de la alianza de civilizaciones, de la que ya debe de haberse olvidado, porque hace mucho tiempo que no la menciona. Todos los proyectos de este presunto político acaban así, en el mayor fracaso. 

El estado de malestar social 

   En su discurso sobre el estado del reino afirmó categóricamente: "Hemos logrado un considerable desarrollo de la política social y del estado de bienestar, que debemos proteger, que todos debemos contribuir a proteger." Pues él ha eliminado los 400 euros a los contribuyentes, y los 250 a los nuevos padres. Ha suprimido las desgravaciones fiscales por la compra de pisos o de automóviles. Ha rebajado el sueldo a los funcionarios y las pensiones a los jubilados. Los proveedores de los organismos oficiales no consiguen cobrar sus facturas. En Madrid acaba de descubrirse una epidemia de tiña, una enfermedad erradicada en los países civilizados, señal de pobreza extrema. Las calles están tomadas por pobres arrimados a las casas con la mano extendida, a los que nadie socorre porque todos tememos que podamos vernos en la misma situación, si el compañero Rodríguez mantiene sus políticas antisocialistas y antisociales.

   En el mitin de Torrejón de Ardoz sacó pecho y declaró el 18 de diciembre de 2005 que "gracias a la gestión que llevamos a cabo se han creado un millón y medio de empleos". Ahora hay cinco millones de parados, muchas industrias y comercios han quebrado, las cajas de Ahorros se ahogan, y ningún vasallo confía en el futuro.

   En el informe sobre el estado del reino ha olvidado el compañero Rodríguez comentar la huelga general del pasado 29 de setiembre, organizada por los sindicatos de clase para protestar por las medidas económicas impulsadas por él. Al parecer, no se enteró de que hubo un paro general en el reino. Siempre está ocupado por cumplir y hacer cumplir las órdenes imperiales.

   Sí ha aludido, sin citarlos, a los jóvenes y viejos agrupados en el movimiento 15 de Mayo, y ha dicho que es necesario escuchar sus protestas. Las manifestaciones del 19 de junio (la de Madrid fue impresionante) demuestran que los vasallos estamos hartos de esta política incompetente y catastrófica que ha hundido al reino en el desastre. Todas las medidas económicas propuestas por este Gobierno sustentado por el partido Pseudo Socialista Obrero Español son un descalabro total. 

Hay solución para la crisis 

   Sin embargo, la solución de la crisis tiene un modelo. Mientras se celebraba el debate sobre el estado del reino, la canciller alemana Angela Merkel recibía, adecuadamente vestida de rojo, a Wen Jiabao, jefe del Gobierno de la República Popular China, que visita algunos países europeos para prometerles la ayuda de la gran nación comunista para salir de la crisis económica. La canciller se ha rendido a los encantos de la economía china, y lo mismo hacen otros dirigentes europeos.

Al cumplirse noventa años de la creación el Partido Comunista Chino, la gran nación ha logrado ser la primera potencia económica mundial, por delante del Imperio. Ahí está el modelo a seguir. Claro que para eso hay que tener una República Popular, y España es un reino en el que se ignoran y hasta persiguen las opiniones del pueblo, si son disconformes con las de los dos partidos que se alternan en el poder.

Por eso, al mismo tiempo que se celebraba en el Congreso el debate sobre el estado comatoso del reino, se juzgaba en la Audiencia Nacional a un grupo de vasallos vascos, acusados de pensar por su cuenta y riesgo. Sobre todo, riesgo.

   Y el sonriente compañero Rodríguez manifestaba en el Congreso: "Desde que llegué al Gobierno en 2004, siempre he tenido presente esta idea y esta disposición, promover mejoras democráticas. Desde luego, ha sido así en materia de derechos cívicos y sociales, para reforzar la posición de los ciudadanos frente al poder y la sociedad." Lo malo es que en este reino no hay ciudadanos, sino vasallos. Y si encima la economía está en bancarrota, ¿qué nos queda? Ir a los funerales por los soldados muertos únicamente.