Portugal : 25 de abril, cuarenta y cuatro años de la Revolución de los Claveles... PDF Imprimir E-mail
Nuestra Memoria - Semblanzas / Biografías
Escrito por Aitor Hernández Morales   
Miércoles, 25 de Abril de 2018 04:34

25 de abril, cuarenta y cuatro años después de la Revolución de los Claveles...

 El teniente coronel Vasco Lourenço (Castelo Branco, 1942), uno de los últimos 'capitanes de abril' que sobrevive, se parece poco al robusto militar que ayudó a poner fin a cuatro décadas de dictadura salazarista en Portugal. El que era un joven dinámico de cabello con boina de capitán de infantería ha pasado a ser un abuelo campechano que pocos imaginarían comandando tropas contra guerrillas en África u organizando una sublevación en suelo continental.

  Soldados junto a niños y civiles en la mañana del golpe de Estado en Lisboa (reuters)

Sin embargo, cuando recuerda aquel 25 de abril de 1974, el anciano quien muchos lusos consideran como uno de los padres de la patria vuelve a ser el capitán de antaño. Aunque Lourenço ha subido de rango y envejecido, reconoce que ha vivido su vida dedicado a ese momento, "a salvaguardar los valores de aquel abril: la justicia social, la democracia, la igualdad, la libertad".

Formó parte del gobierno provisional y el Consejo de la Revolución, y ahora, en su vejez, Lourenço vela por las conquistas logradas con el golpe de los capitanes como presidente de la Asociación 25 de Abril, que agrupa los veteranos de la Revolución. "Sigo dispuesto a tomar las armas por el bien del país, siempre que sea necesario, y que mi cuerpo viejo sea útil para la causa", ríe.

En el pasado Lourenço no ha dudado en levantar la voz para criticar a gobiernos conservadores como los de Aníbal Cavaco Silva y Pedro Passos Coelho, "neoliberales que querían acabar con todo lo que olía a progreso". Ahora, sin embargo, se muestra sereno al contemplar el actual Ejecutivo socialista de António Costa, que gobierna gracias a una alianza parlamentaria de la izquierda.

"Nada es perfecto, pero este Gobierno está en el buen camino, persiguiendo mayor justicia para todos", afirma el coronel. "Tras muchos años de recortes -económicos y sociales- han demostrado que otro camino es posible".

En el 44 aniversario de la Revolución de los Claveles, Lourenço habla con EL MUNDO sobre aquellos días de abril, y el país que se encuentra una vida más tarde.

¿Qué le llevó a formar parte de la conspiración militar para tumbar el régimen salazarista?
Yo tenía 31 años y no tenía el menor interés en la política, pero había estado en la Guerra Colonial. Vi las barbaridades que se estaban cometiendo en Guinea, y eso me despertó a lo terrible que era el régimen. Supe que tenía que hacer algo para hacer que esos señores en Lisboa dejaran de enviar a jóvenes portugueses a una muerte sin sentido. Me obsesioné con traer la democracia a Portugal.
Cuándo nació, la dictadura ya existía en Portugal. Pese a nunca haber conocido la democracia, ¿por qué decidió luchar por ese principio?
Nadie hablaba de la falta de libertad en Portugal, pero todos éramos conscientes de ello. La democracia y la libertad forman parte de la esencia del ser humano. Es nuestra naturaleza, no es algo que se necesite conocer para que uno quiera poseerlo. Y por eso, aunque sabíamos que podíamos ser fusilados, que podían atacar a nuestras familias, nos enfrentamos al miedo, y al final conseguimos derrotar un régimen.
Cuatro décadas después, ¿la democracia portuguesa cumple con las expectativas que tenías en 1974?
Queríamos una democracia parlamentaria, y eso es lo que hay en Portugal hoy en día. Somos diferentes en todo, y para mejor. Pero aunque el actual Gobierno parece ir en buen rumbo, es verdad que este país ha estado mejor de lo que está ahora. Nuestra sanidad pública está de capa caída, y a duras penas hemos sobrevivido periodos gobernativos en los que se intentó privatizar todo. La pobreza condiciona la democracia y la libertad que hemos conquistado, porque un hombre con hambre no es un hombre libre.
¿Y la sociedad portuguesa ha estado a la altura de la libertad conquistada?
Relativamente. Hicieron muchas tonterías, votaron mal, eligieron a personas que se comportaron mal. Me he quedado desilusionado con muchas de las decisiones que han tomado los portugueses en estos 44 años. Pero eso es lo que tiene la democracia, y con la libertad hemos construido un país mucho mejor del que había.
¿Los lusos siguen identificándose con los "valores de abril"?
Sí, pero hay algunos que tienen que recuperar, principalmente el de la justicia social. Falta en Portugal, un país que vuelve a tener mucha pobreza y con enormes desigualdades. La sociedad tiene que luchar para recuperar los servicios públicos que ayudan acabar con estas injusticias.
Mientras que en España la memoria histórica divide la sociedad, Portugal parece haber conseguido dejar el trauma de la dictadura atrás. ¿Cómo lo logró?
La Revolución de los Claveles fue necesaria para que la democracia llegara a España, pero cuando llegó el turno de nuestros vecinos la transición se llevó a cabo de otra manera. Es verdad que las condiciones fueron distintas: España tuvo una guerra civil con miles de muertos, y en Portugal nuestra dictadura fue más bien suave -no hubo muertos que quedaron por desenterrar-. Pero nosotros borramos los nombres de las personas relacionadas con el régimen en cuanto concluyó y nos enfrentamos a los problemas entre facciones de nuestra sociedad durante los primeros años de nuestra democracia, hasta el punto de tener choques violentos. En España hubo tanto miedo a una nueva guerra civil que se encubrieron las heridas en vez de curarlas. Tal vez fue una transición menos traumática, pero también menos efectiva; no puede haber paz duradera sin reconocer los crímenes del pasado.

 

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Fuente: El Mundo