Ana R. Cañil escribe una intensa novela sobre las cárceles del franquismo PDF Imprimir E-mail
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Escrito por Pedro Moral / ADN   
Sábado, 12 de Marzo de 2011 00:00
"Al escribir la historia de estas presas de la posguerra llegué a asfixiarme"

  Cuando Ana R. Cañil estaba recopilando testimonios para escribir La mujer del maquis vio el miedo reflejado en los ojos de sus interlocutoras al recordar a María Topete, una carcelera a la que habían conocido en la prisión madrileña de Ventas durante la posguerra. Entonces comenzó el interés de esta periodista -que nació en Madrid pero que se considera de Rascafría- sobre Topete, un personaje que la llevaría a escribir su primera novela: Si a los tres años no he vuelto (Espasa). 

 

Ana R. Cañil, autora de  "No tengo pruebas jurídicas para calificar a María Topete como una ladrona de niños", reconoce la autora aunque asegura que "llevada por su fanatismo religioso y su convencimiento político, Topete fue capaz de persuadir a muchas madres para que, por el bien de sus hijos, los dejaran en adopción". La falta de documentación sobre la vida de esta carcelera es el motivo principal por el que Cañil decidió lanzarse a escribir una novela.

Esto le permitió crear un personaje ficticio con la fuerza y el carácter necesarios para ser un rival digno de Topete. Ese personaje es Jimena Bartolomé, una joven de Rascafría que se enamora de un señorito rojo. "Jimena es un trasunto de muchas mujeres reales -que en la novela son personajes secundarios- encarceladas en las prisiones franquistas" explica Cañil.

Cuando los nacionales salen vencedores en la Guerra Civil Jimena está embarazada y su marido Luis, un republicano con carné comunista, debe exiliarse. Sin saber el motivo la llevan a la cárcel de Ventas y más adelante, con su hijo ya nacido, a la maternidad de San Isidro. Allí Jimena tiene que lidiar con la crueldad de María. Poco a poco la carcelera la separa de su hijo, al que quiere llevar a un seminario religioso.

"Cuando escribía la historia de estas mujeres dentro de las cárceles llegué a asfixiarme", cuenta la autora, que revela como clave de la novela los Tomos de Mujeres en las cárceles franquistas de Tomasa Cuevas. "Tomasa recorrió en los setenta la Península para recoger los testimonios de sus compañeras de prisión", dice entusiasmada.

Uno de los testimonios vivos  con los que Ana R. Cañil ha contado es el de Pepita, que en la novela es una niña -ahora tiene 77 años- hija de una mechera alcohólica llamada Angelita. "Pepita vive en la contradicción, la mano de Topete fue la única que la acarició en su infancia, pero también fue la mujer que convenció a su madre para dar a su hermana en adopción", cuenta emocionada la autora de Rascafría, "Pepita lleva años intentando contactar con su hermana".

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Fuente: http://www.adn.es/politica/20110310/NWS-2023-franquismo-novela-bebes-robados.html