Los herederos del franquismo Imprimir
Nuestra Memoria - La ley de la memoria
Escrito por Crónica de Aragón   
Sábado, 14 de Enero de 2017 00:00

Sería muy positivo para la raquítica democracia española que el PP de Bilbao dejara de hacer el ridículo con mociones extravagantes

Normalmente, las personas que heredan algo tratan de cuidar e incrementar el caudal hereditario que tenía el difunto. Otras, en cambio, se dedican a dilapidarlo en el menor tiempo posible. Lamentablemente para la democracia española, el Partido Popular forma parte del primer tipo de herederos, ya que, salvo contadas y honrosas excepciones como la del PP aragonés ha optado por cuidar con esmero la herencia política recibida del franquismo.

No es preciso bucear demasiado en los libros de Historia para saber que los fundadores de Alianza Popular (partido matriz del actual PP) eran prebostes franquistas moderados, que a partir de los años 70 comprendieron que las formas democráticas eran más acordes con los tiempos que las formas dictatoriales.

El inmenso error de la segunda generación de este partido, es decir, de los dirigentes actuales, ha sido negarse a reconocer que el franquismo fue una de las dictaduras más crueles que el mundo ha conocido, que tuvo su origen en un golpe de Estado militar contra el Estado de Derecho democrático de la II República, y que las víctimas del terrorismo franquista (ese que asesinó al menos a 114.000 civiles sólo por ser de izquierdas) merecen el mismo respeto y reconocimiento que todas las demás víctimas del terrorismo asesinadas, torturadas o mutiladas en este país.

En enero de 1989, Alianza Popular pasó a llamarse Partido Popular. Este Congreso de refundación fue una oportunidad de oro para que el principal partido de la derecha española rompiera las amarras que le unían al franquismo, y pasara a sentir por Franco la misma devoción que en ese momento sentía la CDU alemana por Hitler, o la DC italiana por Mussolini.

Pero los populares desaprovecharon la ocasión. Sólo unos pocos (como decíamos arriba) optaron por convertirse en una derecha moderna, nueva, europea y todo lo comprometida con la democracia que se puede estar dentro de un modelo ideológico neoliberal.

Primero llegó la insumisión generalizada respecto a la Ley de la Memoria Histórica aprobada durante el mandato de Rodríguez Zapatero. Al parecer, según el PP, el Estado de Derecho sólo debe cumplirse cuando las leyes a cumplir son del gusto del PP. Y ayer mismo, llegó la desvergüenza. Un grupo minoritario del Ayuntamiento de Bilbao, concretamente, el grupo del Partido Popular, ha presentado una moción para “eliminar del callejero bilbaíno a cuantos personajes no merezcan un hueco en nuestro callejero” ya que no consideran “lógico” que “aún permanezcan en nuestro callejero los nombres de personajes como Dolores Ibárruri, comunista que apoyó decididamente al sanguinario Stalin y que tuvo una actuación terrible en la Guerra Civil española”. Fin de la cita.

Sería ciertamente irónico que Dolores Ibárruri tenga una estatua en la ciudad escocesa de Glasgow, y que a partir de ahora se viera privada de la calle que tiene dedicada en la capital de su Vizcaya natal.

Aquí es donde se demuestra que la mayoría de cargos públicos del PP están actuando como unos magníficos gestores de la herencia franquista recibida, ya que cada día intentan hacer pasar por verdades las mentiras propagandísticas que se acumularon durante cuarenta años.

Cualquiera que sepa algo de historia conoce perfectamente el inquebrantable compromiso democrático que Dolores Ibárruri mantuvo a lo largo de toda su vida, así como su actitud crítica hacia el estalinismo (incluido el rechazo a la invasión de Checoslovaquia por las tropas del Pacto de Varsovia para acabar con la llamada “Primavera de Praga”), o su impulso a la política de Reconciliación Nacional (adoptada por el PCE en 1956, siendo Ibárruri secretaria general del partido), una estrategia que luego sirvió, entre otras cosas, para que el PCE apoyara la Ley de Amnistía de 1977, y con ello, el manto de impunidad del que se beneficiaron los asesinos y los torturadores del régimen franquista.

Así pues, sería muy positivo para la raquítica democracia española que el PP de Bilbao dejara de hacer el ridículo con mociones extravagantes, y se dedicara de verdad a fortalecer la democracia mediante el reconocimiento de personas de diferentes ideologías que siempre lucharon por la libertad, la igualdad y la justicia.

 

Busto dedicado a la dirigente política Dolores Ibarruri,  “La Pasionaria”, secretaria general del Partido Comunista de España desde 1942 hasta 1960, vizcaina (Gallarta,  1895, Madrid, 1989), situado a la entrada del Parque de Amezola, antigua zona ferroviaria recuperada para la ciudad, en la que se ha abietro un gran parque y una zona residencial

(Foto y reseña del Blog de José María Gorordo)

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Fuentes:  Crónica de Aragón y Blog de José María Gorordo