El Maquis, según Pascual García y Giménez Bartlett Imprimir
Nuestra Memoria - La Guerrilla antifranquista
Escrito por manuel Martínez Arnaldos / Lza Opinión de Murcia   
Jueves, 24 de Marzo de 2011 05:16

Donde nadie te encuentre,de Alicia Giménez BarlettSólo guerras perdidas de Pascual GarcíaSolo guerras perdidas, de Pascual García, y Donde nadie te encuentre, escrito por Alicia Giménez Barlett, son dos novelas extraordinarias que abordan un mismo episodio histórico: El nacimiento de los maquis tras la Guerra Civil.
 El tratamiento literario de los maquis, aquéllos guerrilleros, excombatientes republicanos españoles que, al finalizar nuestra Guerra Civil, se refugiaron en las montañas y zonas boscosas, con el fracasado propósito idealista de continuar la lucha armada contra el franquismo, en estos últimos meses ha propiciado dos novelas: la de Pascual García, Solo guerras perdidas (septiembre, 2010), y la de Alicia Giménez Bartlett, Donde nadie te encuentre (febrero, 2011; y premio Nadal). Dos relatos de sugerente interés comparativo en lo que atañe a la percepción temática, literariedad y condición narrativa.

 

La de Pascual García es una obra densa en la que, a través del personaje Aníbal Salinas, un ´contraguerrillero´ que trata y logra infiltrarse en los maquis para conseguir su aniquilación en una determinada comarca, se conjuga melodía poética y lógica del relato. Y en la que los espacios vividos por el protagonista adquieren especial significación cuando el ´yo´ del autor explora sensaciones subyacentes de la memoria preñadas de visiones de la niñez, olores y sabores. Según un desarrollo de la acción en el que se reiteran similares desplazamientos y encuentros. Una novela, en consecuencia, circular o, en todo caso, zigzagueante como la propia vida del maquis. En tanto que la novela de Giménez Bartlett responde a un desarrollo lineal en paralelo; es decir, mientras en unos capítulos (sin indicación numérica) se nos cuentan las andanzas e indagaciones de un psiquiatra francés, L. Nourissier, llegado a Barcelona, para, con la ayuda del periodista C. Infantes, hallar el paradero de un mítico guerrillero apodado La Pastora, «un caso clínico de pseudohermafroditismo masculino» (p. 502), en otros (en cursiva), de manera alternativa, el personaje de La Pastora nos va narrando su existencia: desde la niñez hasta su posterior integración en los maquis. Novela con una muy cuidada técnica y arquitectura narrativa, próxima al modelo del llamado periodismo de investigación, dirigida al gran público y a la rentabilidad editorial; hasta el punto de que el final es un cliché propio de la novela popular o de intriga: el periodista Infantes confiesa a Nourissier que durante todo el tiempo que ha estado acompañándolo le ha engañado, pues es un colaborador de la policía que le ha seguido el juego para hallar el paradero de La Pastora.

Dos concepciones del proceso de escritura y del discurso narrativo distantes. Aníbal, el protagonista de la novela de Pascual García, es un héroe esencial que en su constante transitar por los parajes que de niño recorrió junto a su padre, instaura su propia subsistencia pese a los crímenes que comete. Los lugares que visita, el poco tiempo que en ellos permanece y las mujeres con las que cohabita (¡qué gran sensibilidad lírica y ética en las descripciones eróticas!) llenan su vida y le permiten ahogar sueños y ficciones (expuestos en cursiva). Un conglomerado espacial y temporal que agranda la naturaleza de un hombre perseguido y perseguidor. La pequeñas ventanas de los viejos y destartalados cortijos o casas de pastores en los que se cobija, en ocasiones para curarse de las heridas recibidas, y la charlas junto a las brasas del fogón de la chimenea, son como la plenitud de su conciencia. Un tiempo intermedio entre un origen y un fin, que el autor proclama, por medio del protagonista, desde las primeras páginas: «Lo que verdaderamente me entristece es que yo también huyo sin saber muy bien adónde me dirijo ni de quién me escondo» (20-21). De ahí que la acción se ralentiza, en una mezcla de sentimiento y precisión estilística, que otorga al texto el potencial suficiente para una segunda o tercera lectura crítica; fenómeno que no es factible con Donde nadie te encuentre, pues su dependencia o anclaje a otros textos que le sirven de soporte para recrear la ficción implica una estrategia narrativa, muy legítima, de otra parte, para satisfacer al lector común o popular.

No obstante, la diferente perspectiva nos permite enfatizar el esfuerzo narrativo de Pascual García porque, alejado de presupuestos biográficos, a través de las pasiones que engendran la guerra, los odios, la vida y la muerte, abre la memoria a un tiempo sensible; aunque rudo, infame y violento, de seres marginados.

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Fuente.

http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2011/03/23/maquis-pascual-garcia-gimenez-bartlett/310826.html